Los mundos silenciosos Lady Gaga
Por Yenny Nun
La temporada de American Horror Story, ahora con Hotel, causó enorme revuelo no solo por el fanatismo que produce esta serie producida por Ryan Murphy, el mismo creador de Nip/Tuck, Glee y Scream Queens, sino porque esta nueva versión tiene como protagonista a Lady Gaga, en el rol de La Condesa Elizabeth, una aristocrática y centenaria vampiro que se pasea por el hotel envuelta en fabulosos vestidos, con el pelo platinado, y en busca permanente de sangre y sexo.
Lady Gaga, podrán pensar algunos, es perfecta para este rol. Durante su carrera, que, créalo o no, comenzó hace apenas poco más de una década y la hizo mundialmente célebre solo en los últimos siete años, Stefani Joanne Angelina Germanotta, su verdadero nombre, ha ganado reputación por su enorme talento y por sus extraordinarios y extraños atuendos. Esta es, después de todo, una mujer que no tiene problemas en llegar a eventos dentro de un huevo gigante acarreado por sirvientes o vestida con trozos de carne. Hay algo oscuro y fascinante en el personaje de Lady Gaga que, en la vida real, desaparece de inmediato gracias a su simpatía y calidez.
Otra de sus características es la versatilidad: en el último año, entre otras cosas, Gaga grabó un disco de jazz junto al octogenario Tony Bennett, con el que además hizo una exitosa gira; filmó un video de lanzamiento de la nueva colección de primavera de Tom Ford interpretando el clásico disco I want your love, y ahora estrenó esta nueva serie.
La cantante y actriz ha usado desde un principio su descomunal fama para crear un movimiento destinado a apoyar a quienes se sienten solos, desprotegidos o discriminados. Ella los llama maternalmente “mis pequeños monstruos”, y forman parte integral de su enorme cantidad de fanáticos. Con admirable franqueza, Gaga habló con nosotros días antes del estreno de American Horror Story: Hotel sobre su propia soledad y depresión, las que ha superado gracias a la música.
El poder, ya sea en el rol de La Condesa en esta serie, o en tu persona pública, parece ser un tema recurrente en tu vida...
Esa es la gran pregunta que viene con la fama: ¿Qué haces con ella? Desde un principio decidí que si iba a subir a un escenario, sin importar si era frente a cinco personas o 50 mil, iba a ser siempre honesta en mis convicciones como mujer y como ser humano. Nunca en mi vida he hecho algo que no quería hacer, es decir algo que no entregue un mensaje de fuerza y poder a la gente joven, incluso si es a través de un momento satírico o irónico. Siempre me ha interesado ayudar a la gente que se siente diferente, para que no se sientan solos, porque yo crecí muy sola. Ahora que estoy todo el día con Ryan (Murphy, productor de American Horror Story) y este fantástico grupo de actores, puedo explorar los aspectos atractivos de la oscuridad. Es algo que siempre me ha interesado. No se trata de promover la oscuridad, sino de descubrir cómo sobrevivirla cuando aparece.
Has dicho que siempre querías ser actriz, ¿por qué?
No estoy actuando cuando soy Gaga. En cierto modo es parte de mí. Y no estoy actuando cuando soy La Condesa. De hecho, me ha resultado muy difícil volver a mi casa cada noche después del rodaje, y no es algo que haya anticipado. Estudié drama durante diez años, con el método de actuación más peligroso, el de Lee Strasberg, que te lleva a convertirte en tu personaje recurriendo a experiencias pasadas. Yo no escribí este guión, pero cuando estoy en el set, siento más lealtad hacia Ryan que hacia mí misma. Soy una romántica. Cuando estoy trabajando, lo doy todo. Y en este caso no tengo que decidir si lo hice bien o mal, eso lo decide Ryan. Es una libertad que no tengo cuando se trata de mí misma. Por eso me gusta la actuación, porque estoy aquí simplemente para entregar lo mejor de mí.
Eres muy madura para tu edad. ¿De qué edad te sientes interiormente?
Nunca hablo de “mi asistente”, porque encuentro terrible decir que tengo una asistente, considerando que crecí en un viejo edificio en el Lower East Side sin ascensor y sin nada material. Pero ayer, yo y mi asistente –ya, lo dije–, estábamos sentadas en el sofá en mi camerino y ella se puso a llorar de emoción. Me dijo que cuando me había conocido, yo estaba muy triste, vacía, quebrada... He estado en la industria del espectáculo desde hace quince años, y he sido famosa durante los últimos siete. Tengo solo 29 años, pero siento que he vivido 100. Cuando mi asistente me conoció, conoció a una anciana que estaba muriendo. Conoció a alguien que estaba a punto de renunciar y que sentía que había vivido una existencia que la mayoría solo puede soñar, ¿Qué más podía esperar? Sentí que si tenía el corazón destrozado, quizás era mi karma. Me siento vieja, pero Ryan y esta serie me han recordado que puedo convertir esos años y esa sabiduría en algo poderoso, y eso me hace sentir joven nuevamente.
¿Qué te hace feliz o te molesta?
Siempre he sentido la necesidad de ayudar a la gente que se siente aislada. Es algo que no comprendo. Crecí con una enorme cantidad de depresión que heredé de mi familia, y soy católica y de descendencia italiana. Eso significa que los medicamentos, la terapia, los doctores y la salud mental fueron algo real. A medida que fui creciendo, me fui aislando más, pero la música me hizo libre. Pienso que cualquiera que se sienta solo, puede convertirse en lo que quiera gracias al poder de la creatividad y la imaginación.
“Me molestan las personas crueles. Una de las personas en las que más pienso es en Vladimir Putin. No comprendo cómo alguien que tiene voz la usa para el mal. Veo a la sociedad actual, con la gente peleando y molestándose unas con otras en Internet, y me parece estúpido, poco importante y frívolo. Me gustaría, igual que Ryan, ayudar a mantener la industria del showbusiness en la forma más elegante y glamorosa posible, y usarla para entregar mensajes positivos y también lecciones duras”.
¿Qué personas son importantes en tu historia personal?
La hermana de mi padre murió a los 19 años, cuando él tenía 15. Esa pérdida lo destruyó, igual como destruyó a mis abuelos, que llegaron a Estados Unidos en un barco de Sicilia. Mi abuelo era zapatero y mi abuela lo ayudaba. El otro lado de mi familia es de Venecia. Mi abuela no trabajaba y mi abuelo estaba en el negocio de los seguros. Tengo una ambición dentro de mí que traspasa las limitaciones del estatus económico. Siempre sentí que no importa donde estés o las circunstancias que enfrentes, si tienes gente querida alrededor todo está Ok. Mis padres perdieron sus trabajos después del ataque terrorista del 11 de septiembre y tuvimos que empezar todo de nuevo. Pero siento que sea lo que sea que les haya sido arrebatado, les ha sido entregado de vuelta a través mío.
¿Qué tan importante es el amor en tu vida?
Algo que puedo decir al respecto es que mi conexión con Taylor (Kinney, su novio) es espiritual. Es como si yo fuera una leona en la selva y estuviera siendo cuidada por un bravo león. Un hombre necesita mucha fuerza para aceptar y sentirse seguro frente a todo lo que me rodea. Solía pensar que aparte de mi padre, no había otro hombre que fuera capaz de cuidarme. Y entonces conocí a Taylor.
Pareciera que la forma en que te vistes y te expresas te da gran libertad, pero también te encarcela. ¿Lo sientes así?
En términos de ropa, absolutamente. Mi vestuario era y sigue siendo una forma de libertad, de expresarme. Si me veo demente, es probablemente porque me siento demente. Si me veo clásica, es porque estoy más centrada. Me divierte cuando la gente dice que no entiende lo que me pongo. ¿Qué hay que entender? Si estoy parada aquí luciendo ridícula, me siento ridícula. Se convierte en una prisión cuando la gente no es capaz de ver más allá; piensan que mi ropa es todo lo que soy. Pero hay algo detrás, un estilo de vida. He vivido como una glamorosa groupie de los años 70 desde que tenía 18 años de edad, y eso es parte de mí. Se convirtió en una cárcel y tuve que recuperarlo. He firmado contratos y me han abandonado, he sido usada, y todo eso duele. Pero he sobrevivido.
Tema anterior
Primer 