Son las nueve de la noche y muchachas, con
ropas ajustadas y provocativas, comienzan a llegar al sitio
Esquina de Boulevard y Aguilera, Holguín (foto del autor)
Por Fernando Donate Ochoa | Holguín, Cuba | CubanetSon las nueve de la noche y muchachas, con ropas ajustadas y provocativas, comienzan a llegar al sitio donde converge el Boulevard con la calle Aguilera, esquina de la ciudad de Holguín que a partir de esa hora cobra vida.
El lugar ha sido bautizado como El Chupi, pero nadie sabe quién ni por qué lo nombraron así. Algunos relacionan la palabra con las propuestas sexuales que se brindan allí cada noche.
Una de las primeras en aparecer es Elizabeth, rubia de 21 años. Llega temprano porque así tiene más probabilidades de encontrar clientes.
“Antes venía a las diez, pero ganaba poco dinero. A esa hora hay mucha competencia… somos muchas en este negocio”, afirma.
Por estos días, Elizabeth ha bajado el precio y está ofreciendo su cuerpo por solo cinco dólares.
“Estoy en la profesión hace tres años y sé por experiencia que en enero escasea el dinero”, comenta.
Sabe que en Cuba la prostitución es ilegal, por eso prefiere a los cubanos, porque “si la policía te ve con un ‘yuma’ (turista extranjero), enseguida te pide el carnet de identidad y corres el riesgo de ser detenida”.
Se aleja y, mientras camina, se muestra más provocativa. Pero a medida que avanza la noche tiene menos posibilidades de ganar algún dinero para llevar a la casa.
El reloj de la iglesia San José marca las once y comienza a llegar otro grupo que exhibe más belleza en su rostro y en su cuerpo, vestido con ropas de marcas reconocidas.
Estas son las que cobran diez CUC por un “rato de placer”, aunque algunas más jóvenes y con rostros casi de niñas, piden hasta 20 CUC.
Shakira, de 18 años y piel muy blanca, es la más atractiva de todas. El parecido con la cantante colombiana y su cuerpo escultural le han cambiado el nombre y facilitado el éxito en el negocio.
Los hombres, según comentan, la prefieren en su fantasía sexual cuando imaginan que ella es la artista famosa.
“En la habitación les canto algunos temas utilizando su miembro como micrófono y hago striptease”, presume con una sonrisa pícara.
Así ha logrado en poco tiempo una clientela exclusiva que la llama al celular. “Sólo tienen mi número los clientes confiables y los de buena paga”, aclara.
El negocio en El Chupi está organizado bajo estrictas reglas no escritas. Una de ellas es la de usar condón. No se permiten tomar fotos, realizar el coito anal, o solicitar tríos. El cliente asume el costo de la habitación, pagando 50 pesos por una hora, pero si a los cinco minutos el hombre eyacula, todo habrá terminado.
“Siempre intentamos que el cliente quede complacido para que vuelva, pero también utilizamos nuestras habilidades para tratar de terminar rápido y buscar a otro hombre”, dice Roxana, una trigueña de 20 años con grandes senos, que los exhibe a través de un escote bien abierto.
A pocos metros se observa a grupo de muchachos, que son los encargados de brindar protección y de avisar en el caso de acercarse la policía.
“Los agentes vienen y nos piden identificación, pero es un acto de rutina porque le pagamos para que ‘se hagan de la vista gorda’”, explica un proxeneta que ha pedido declarar en anonimato.
Muchas intentaron dejar el oficio, pero han tenido que volver ante la imposibilidad de encontrar un trabajo decoroso que les permita sortear las carencias y el alto costo de la vida.
Ante el aumento de la prostitución se abrió una cárcel provincial donde guardan prisión más de trescientas mujeres, según cuenta Indira, trigueña de 22 años que pasó por esa instalación.
El fenómeno ha tenido connotación social y ha obligado a las autoridades a reconocer el aumento de la práctica de esta actividad en Holguín.
Recientemente, Roselia Taño Ricardo, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en la provincia, dijo a la emisora local Radio Angulo que en el territorio se han enriquecido las indisciplinas sociales asociadas al ‘jineterismo’ (prostitución) y a prácticas de sexo que, según la funcionaria, afectan al crecimiento humano y degradan la condición femenina. “Esas cuestiones tienen que ser objeto de análisis por parte de nuestra organización”, sentenció.
La FMC es una organización de masas que aglutina a casi cuatro millones de afiliadas. Fue creada el 23 de agosto de 1960 con Fidel Castro en el poder y entre sus objetivos ha estado la eliminación de la prostitución en Cuba.
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