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De: cubanet20 (Mensaje original) |
Enviado: 31/01/2016 17:37 |
El gran negocio de los chárteres a Cuba Además de un pasaje de $450 por un viaje de 45 minutos,
el cobro a los pasajeros por exceso de equipaje alcanza cifras abusivas
Las aerolíneas que viajan a Cuba obtienen elevadas ganancias por el cobro del equipaje
Por Rui Ferreira | La Habana | Especial Diario las AmericasA las 4 de la mañana de un día de semana, el aeropuerto de Miami surge algo así como un apeadero aéreo con aires de terminal de ómnibus interprovinciales. Es una mezcla de soñolencia, el olor de café recién colado y no muchas ganas para atender el público. A esa hora, la agilidad no es prioritaria.
Pero es la hora a la que hay que estar allí si se quiere viajar a Cuba al amanecer. El pasajero pasa más tiempo en los aeropuertos que en el aire para hacer ese viaje, tanto en el de Miami como en el José Martí en La Habana. El vuelo, en sí, son apenas 47 minutos y tiene sus momentos agradables pero también escalofriantes.
Como aquel instante en que el pasajero, sobrevolando el Estrecho de Florida, durante un instante divisa la costa norte de Cuba y la costa sur de Estados Unidos. Ante sus ojos tiene un espacio que le parece fugaz y bello, pero que se vuelve tenebroso cuando piensa en la odisea que miles han pasado solo para ir de una orilla a la otro y a la que muchos no han sobrevivido.
“Mi vida, ¿un cafecito?”, pregunta uno de los primeros pasajeros en la fila, que parece un cliente habitual de estos menesteres, por la familiaridad con que trata a los empleados de la aerolínea, como si los conociera de toda la vida. “Gracias, mi amor”. Y la colada va siendo compartida entre despachadores y maleteros que interrumpen sus tareas. Los trámites no parecen complicados pero, como éste no es un vuelo normal, sino un ‘charter’ como viene sucediendo desde el siglo pasado, los pasajeros tienen que hacer tres filas para poder embarcar. Una burocracia que no tiene nada que envidiar a la de las oficinas públicas del otro lado del estrecho.
La primera fila suele ser la más rápida. El pasajero se presenta, enseña sus documentos, los empleados miran si todo está en regla. Si el viajero es conocido de la casa, lo que sucede a menudo, la cosa es casi expedita. “Manolo, de nuevo por acá…”. “Así es mi socio, la vieja se ha enfermado”, contesta el Manolo. “Vamos mi socio que eso mismo dijiste hace dos semanas. Buen viaje”.
El paso siguiente es el más engorroso y enfrentado por los viajantes con resignación porque de forma alguna pueden evitarlo, sean conocidos o no. Esta es la etapa de presentar los equipajes, pesarlos y para la mayoría es un proceso lento porque estos vuelos de Miami a La Habana operan como una especie de cordón umbilical y en el fondo de las maletas viajan artículos para todo tipo de necesidades para hacer la vida más llevadera a la familia en la isla. Hay de todo, como en una feria, de lo imprescindible a lo superfluo, como los enormes televisores de pantalla plana que son un dolor de cabeza para los maleteros que tienen que cargarlos hacia las esteras que los depositan en el avión. La madrugada de este viaje iban 18 televisores.
También se pesa todo lo que el pasajero quiere llevar, porque uno de los negocios de los vuelos ‘charter’ es el exceso de equipaje y el costo no tiene ‘perdón de Dios’, es uno de los más caros del mundo, como lo es de hecho el precio del pasaje – 450 dólares por 45 minutos de vuelo, a 10 dólares por minuto –, que termina incrementándose si, a la llegada a La Habana, la Aduana de la República entiende que hay que pesar todo de nuevo y pagar más excesos.
Pasado este ‘pequeño’ escollo toca la última fila, la de recibir el pase a bordo, indicio de que todo marcha bien. Pequeño error, falta un detalle. Es el momento de pagar el exceso de equipaje o la maleta porque, inexplicablemente, en este caso la única que se despacha tiene que pagar 20 dólares aunque no tenga exceso de peso. “Y me da el dinero al contado, me hace el favor. Yo no hago las reglas”, ataja la cajera ante la protesta sin grandes contemplaciones y ya espabilada. No se sabe muy bien si por los efectos del café tomado una hora antes, porque entretanto han pasado casi 60 minutos, o por el entusiasmo de ver la pequeña caja fuerte que tiene en frente sobre el mostrador, irse llenando de fajos de billetes. Porque, no nos olvidemos, esto es un negocio. Y grande.
El embarque se procesa en silencio, es lento. Aunque algunos pasajeros parecen saber ya hacia dónde dirigirse, a los demás las azafatas los tratan literalmente como ganado, porque como la mayoría son ancianos, no son muy duchos en el arte de viajar y los achaques de la edad tampoco facilitan el acomodo.
“Me tienen que poner todo bajo el asiento, sino los mando a bajar”, amenaza una de ellas. No se sabe si en serio o en broma. Pero la advertencia queda en el aire y la gente la lleva en serio, posiblemente quizá familiarizada con los pequeños abusos del otro lado del estrecho y se aprestan rápidamente a desprenderse de carteras, pequeños maletines, sacos de plásticos y todo lo que tienen sobre el regazo. “Y se me portan bien”, agrega.
El despegue es rápido. Avión corto, con ciento y pico de pasajeros a bordo, cuando en la cabina se siente que las ruedas ya están en el aire y comienza la trepada, se escucha una voz ronca: “Dale que nos fuimos”. Un desahogo que no define si es una alegría por volver a casa o irse de ella. Más clara es una anciana toda vestida de blanco que se persigna y exclama: “¡Gloria a Dios!”.
La misma plegaria habrá de escucharse al aterrizar tras el corto vuelo sin novedad, durante el cual el viajante queda sabiendo que a abordo hay de todo como en la viña del señor. Un joven que llegó a Estados Unidos hace año y medio y regresa a ver a su familia con un maletín lleno de ‘cositas buenas’, como dice. Una adolescente que nació en Miami, hace dos meses viajó por primera vez a la isla, allí encontró ‘el amor de su vida’ y va a verlo de nuevo. Se dejarán ver ya fuera de la Terminal 2 del aeropuerto habanero pegados el uno al otro. Por algo ella aplaudió efusivamente, como todos a bordo, cuando el aparato tocó tierra y la voz ronca sonó de nuevo: “Frena, frena, que se acaba la pista”.
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Pasaporte cubano uno de los menos útiles del mundo
El pasaporte cubano es una de los menos útiles del mundo según el ranking de Passport Index que pone a la isla casi al final de la lista. Cuba se encuentra el “Power Rank” 66 junto a Liberia y Mozambique.
La lista formada por 80 “Power Rank” o grupos evalúa los países que se puede entrar sin visado o que se puede obtener en el pais de llegada de manera rápida. Los cubanos pueden viajar a 52 países sin visado la mayoría de ellos en lugares lejanos.
Los pases que encabezan la lista son Reino Unido y EE.UU. (147 puntos). Les siguen Corea del Sur, Francia y Alemania (145 puntos); Italia y Suecia (144 puntos); Singapur, Japón, Finlandia, Dinamarca, Luxemburgo y Países Bajos (143 puntos). Posteriormente se sitúan Suiza y Canadá (142 puntos).
¿Sabías que el pasaporte cubano es el más caro del mundo?
Un cubano necesita 4 meses de trabajo íntegros para poder pagar el pasaporte!!! ¿Se han preguntado alguna vez cuál es el pasaporte más caro del mundo? Seguramente pensarán que lo podemos encontrar en las naciones más poderosas económicamente; en países como EEUU, Australia o hasta en Japón. Pero no, los pasaportes en estos países cuestan alrededor de los $100 dólares. El premio al pasaporte más caro del mundo se lo lleva el Pasaporte Cubano ¡así como les digo!
Hagamos la cuenta. Después de entrar en vigencia la nueva reforma migratoria, el costo de un pasaporte cubano aumentó de 55 CUC (62 USD) a 100 CUC (112 USD) para los cubanos residentes en la isla. Ustedes dirán que hay pasaportes más caros, o rondando por el mismo precio, como por ejemplo el colombiano que ahora cuesta $188,000 pesos (cerca de 95 dólares). Pero antes, hay que analizar si en realidad el precio es equivalente a lo que gana el ciudadano común y corriente en cada una de estas naciones.
En Colombia, el sueldo básico es aproximadamente 300 USD mensual, lo que nos daría un promedio de 3600 USD anuales. Así que el costo de su pasaporte es más o menos igual a 10 días de trabajo. Si vamos a Cuba, el sueldo promedio mensual es de $25o pesos (12 USD). Pero bueno, comparémoslo mejor con el sueldo de un profesional que es de aproximadamente $700 pesos (28 USD). Analizando esto nos damos cuenta que la persona que más gana en la isla puede hacer 336 USD anuales. Esto significa que el valor del pasaporte cubano es el equivalente a 4 meses de trabajo. Si le cobramos a un colombiano el equivalente a 4 meses de trabajo su pasaporte estaría valorado en 1200 USD.
Pero esto no es todo, a pesar que el pasaporte cuesta una suma exageradamente alta para “el cubano de a pie”, en Cuba el pasaporte es válido por 6 años, pero hay que prorrogarlo cada 2 años por un valor de 20 CUC cada prórroga. Costando en total 152 CUC, equivalente a 6 veces el sueldo de la persona que más gana en Cuba. Si lo comparamos con Colombia es como si al colombiano le cobraran por su pasaporte 1800 USD (6 meses de salario).
Para los que viven en el extranjero es otra historia; especialmente los que viven en EEUU. Los cubanos residentes en Norteamérica tienen que pagar 375 USD por un pasaporte nuevo, más cada prórroga (hay que hacer dos) que cuestan 180 USD cada una. Un total de 735 USD (375 + 180 +180) por el pasaporte cubano, lo que lo ubica en el primer lugar como el Pasaporte más caro del mundo.
El pasaporte cubano esta exageradamente sobre valorado, y es utilizado por el gobierno como una de sus principales fuentes de ingresos.
Los 10 pasaportes más poderosos del mundo
1. EEEU y Reino Unido son las naciones más poderosas en este rubro pues sus ciudadanos pueden visitar 147 países sin visa que se les requiera. 2. Francia, Corea del Sur y Alemania (145 países) 3. Italia y Suecia (144) 4. Dinamarca, Singapur, Finlandia, Japón, Luxemburgo y Los Países Bajos (143) 5. Suiza (142) 6. España, Noruega, Irlanda, Bélgica y Portugal (141) 7. Canadá, Grecia, Austria y Malasia (140) 8. Nueva Zelanda (139) 9. Australia, República Checa y Hungría (138) 10. Polonia, Eslovaquia (137)
22 . México ocupa el lugar 22 a nivel mundial pues a los ciudadanos mexicanos se les permite ingresar en 122 naciones sin una visa de por medio.
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