Fidel Castro reaparece en una reunión con el patriarca ruso Kiril
Fidel Castro y Su Santidad Kirill. (Foto Alex Castro)
Raúl Castro le condecora con la mayor distinción de Cuba, en una ceremonia formal en la
que participaron las principales autoridades del Gobierno para mostrar el «respeto y afecto» del pueblo a la Iglesia ortodoxa rusa
Encuentro histórico del Diablo.
ABC - El presidente de Cuba, Raúl Castro, ha impuesto este sábado al patriarca ruso Kiril la orden «José Martí», la mayor distinción que otorga la isla y que el máximo líder ortodoxo de Rusia recibió durante la visita oficial que cursa al país caribeño.
La condecoración, entregada en una ceremonia formal en la que participaron las principales autoridades del Gobierno cubano, es «una expresión del respeto y afecto» del pueblo cubano a la Iglesia Ortodoxa Rusa y «en especial» a su primado, Kiril. Según se leyó en el acto trasmitido por la televisión oficial, con esa distinción se destaca el papel del patriarca ruso al frente de una «iglesia que prestigia el diálogo, el entendimiento y el respeto entre los pueblos».
La orden «José Martí» reconoce además la «permanente labor» de Kiril en pos del acercamiento entre Cuba y Rusia. Por su parte, Kiril aseguró que considera «su deber» apoyar las relaciones entre ambos países, basadas en «fuertes raíces», conservadas en la «memoria histórica de ambos pueblos», y reafirmó su compromiso de «hacer todo lo posible» por que estos nexos alcancen «un nuevo nivel, más alto, más activo».
Durante la ceremonia, celebrada en el Palacio de la Revolución de La Habana, acompañaron al presidente Castro el primer vicepresidente cubano, Miguel Díaz-Canel, el líder del Parlamento unicameral de la isla, Esteban Lazo, y el canciller, Bruno Rodríguez. Como parte de su itinerario oficial para este sábado, el patriarca ruso visitó por la mañana el Mausoleo del Soldado Internacionalista Soviético y recorrió la escuela «Solidaridad con Panamá» para niños con necesidades especiales, a quienes donó sillas de ruedas, ordenadores portátiles y juguetes.
Kiril asistirá en horas de la noche a un concierto en su honor, que tendrá lugar en el teatro Martí de La Habana Vieja. El patriarca ruso se ha reunido con el expresidente cubano Fidel Castro, de 89 años y retirado del poder desde 2006. La visita oficial de Kiril a la isla caribeña se extiende hasta domingo, día en que oficia una liturgia en la Catedral de Nuestra Señora de Kazán, único templo ortodoxo ruso en territorio cubano, donde hay unos 15.000 fieles.
El viernes el patriarca ruso y el Papa Francisco protagonizaron un inédito encuentro en el aeropuerto de La Habana, en una breve escala del pontífice en su viaje a México. La histórica reunión y la firma de una declaración conjunta entre Francisco y Kiril abrió un canal de diálogo y cooperación entre las iglesias católica y ortodoxa, tras casi mil años de ruptura, que busca forjar un frente común para los desafíos del mundo actual como la persecución del cristianismo, la violencia y el terrorismo.
La catedral ortodoxa de La Habana: joya exótica
Catapultada a la actualidad por la visita del patriarca Kiril a Cuba, la catedral de la Iglesia Ortodoxa Rusa en La Habana rompe la monotonía arquitectónica colonial de la parte antigua de la ciudad, donde se la reconoce como una de las raras y exóticas joyas de la isla caribeña. Ubicado a orillas de la bahía habanera, en la Avenida del Puerto, el templo de estilo bizantino sorprende en un entorno dominado por fortalezas españolas, conventos, iglesias católicas, calles empedradas y antiguas casonas.
Seis cúpulas -doradas la mayor y la menor, de color cobrizo las cuatro restantes- coronan la edificación, cuya primera piedra fue puesta hace diez años, el 14 de febrero de 2006, por el entonces cosmopolita Kiril, quien la consagró 32 meses más tarde a Nuestra Señora de Kazán, venerada como la madre y protectora del pueblo ruso.
Precisamente es una imagen de la «kazanskaya», como se conoce en Rusia a esta virgen, quien recibe a los fieles y curiosos a la entrada del templo. El icono de estilo greco-bizantino representa a la Virgen sosteniendo al Niño Jesús casi de pie en su regazo, quien la bendice con su mano derecha. La edificación, en la que se utilizaron más de un millón de ladrillos cubanos y mobiliario, lámparas, campanas y cruces traídos desde la Rusia, fue una de las más complejas emprendidas en La Habana Vieja, con un costo de más de dos millones de euros.
FUENTE ABC