Descemer Bueno admite que la música aleja los miedos
El autor de Bailando, entre otros temas exitosos, asegura que vale la pena arriesgarse en una industria competitiva
La Habana es un corazón que bombea mi sangre de una manera descomunal. Sueño con La Habana a toda hora”.
Por Wilma Hernández - Diario las AmericasEl cantautor cubano Descemer Bueno, que recientemente les cantó a los enamorados, asegura que el escenario transforma su timidez y aleja sus miedos.
“Me encanta sentir como la timidez se puede convertir en algo que se puede compartir en un escenario. Es como pasar de la timidez a expandirte y acercarte al público, perder el miedo. Eso lo aprendí en el escenario”, expresó Descemer Bueno.
El compositor se inspira en todo aquello que haga bailar, sonreír y dé felicidad.
Aunque asegura que las canciones románticas son sus favoritas, no vacila en arriesgarse con temas urbanos en una industria competitiva, porque al final las canciones que nacen por puro placer sobreviven cualquier desafío.
“Las canciones en sí no tienen competencia. Si las haces por disfrutarlas, por sentirte bien, y para hacer bailar a la gente, trasciendes esa competencia de tanta gente con talento”.
Más que para hacer bailar, temas como Cuando me enamoro han surgido de sus vivencias, porque de cierto modo de eso se trata el trabajo de quienes componen.
“A los compositores nos gustar contar lo que hemos vivido. Así que sí hay un poco de ficción y de realidad en las canciones”.
Precisamente con 360 grados se arriesgó después de alcanzar el éxito con Bailando, incluso porque le alertaron que tal vez el tema no sería tan comercial como el que grabó junto a Enrique Iglesias y el dúo cubano Gente de Zona.
“Uno nunca debe dejar de hacer lo que le late por quedar bien con una industria que se mueve de una manera ilógica. Creo que son riesgos que se corren en la vida en todos los sentidos”, afirmó.
El tema, que no ha tenido mucha difusión en la radio, habla sobre inquietudes y cambios que pueden ocurrir repentinamente, y lo compuso junto a su amigo Israel Rojas del dúo Buena Fe.
En cuanto a la fórmula para un tema exitoso, resulta similar a la receta de un platillo en el que un chef mezcla varios condimentos.
“Uno nunca sabe. En el caso de Bailando, los ingredientes contaban con una gran fuerza de riesgo, puesto que hacer una canción con elementos de flamencos corría el riesgo de que quienes respiran esto cada día nos vieran a nosotros los cubanos tratando de imitarlos, haciendo algo que no nos pertenece”.
El cantautor del momento, que recientemente grabó el tema Tú eres la razón junto a Olga Tañón, y además colaboró con el dúo Jesse & Joy (Que pena me da), y con Juanes en la canción Juntos, asegura que hay artistas difíciles de alcanzar. Aunque reconoce no ser muy insistente a la hora de tocar puertas.
Tal vez porque confía que su trabajo hable por sí.
“No soy una persona que trata de aproximarse a los artistas. Creo que ese mérito lo tienen las canciones. Creo que a veces las canciones vienen con alas y van buscando, y se posan en las voces a las que ellas creen que pertenecen”.
Para el autor e intérprete de 7 días, la música ha sido su musa inspiradora que le ha despertado la curiosidad por las artes, y es ese sentimiento por su vocación que anhela heredar a sus retoños.
“Quiero transmitir mi legado a mis hijos. Yo la he pasado tan bien en la música. Me ha enseñado tanto, no sólo de música, también me ha enseñado a aproximarme a las artes en general”.
Además de hacer bailar y cantarle a la vida, está consciente de la responsabilidad que acarrea ser artista.
“A los músicos se nos abren amplias posibilidades de poder cambiar, incluso influenciar a los políticos a través de la música. Y hacer bailar a todas personas, al final todo el mundo necesita sensibilizar su alma, y la música es la mejor manera de hacerlo”.
Sin embargo, considera más prudente dejar las cuestiones políticas de un lado, pues no le ha dejado un buen sabor comentar al respecto.
“A mí me ha traído muy malas consecuencias dar opiniones. Entonces, al final creo que no merece la pena que mi vida artística sufra por eso, ni que los fanes se molesten conmigo”, afirmó.
Asimismo, sostiene que el legado del artista ha de prevalecer cuando la autenticidad lo acompaña.
“La vida de un artista habla por sí sola. Al final, lo que es auténtico es auténtico, lo que un día dijiste y estuvo mal, pues borrón y cuenta nueva, sigues para adelante. No estamos automatizados, vivimos, nos caemos y nos levantamos, es normal”.
En cuanto a los posibles cambios en Cuba que implica las nuevas relaciones entre EEUU y la isla, asegura que la humanidad necesita de cambios.
“Creo que tiene que haber cambios para que la humanidad siga adelante. No solamente Cuba, muchos países cambiarán para bien, otros para mal, pero los cambios son totalmente necesarios para los seres humanos”, puntualizó.
El cantautor asegura que el público que lo vio nacer es más exigente que el de esta orilla, a la que trajo sus letras y música hace 16 años.
“Cuba es un público muy difícil. He visto artistas que tienen una carrera muy sólida y no han llegado a Cuba por muchas razones, y les cuesta mucho trabajo conectar con el público cubano. Y no sólo artistas que vienen de afuera, sino los de allí. Creo que tenemos un público muy exigente”.
Su carrera como intérprete surgió en su tierra natal como un hobby cantándole a quien quisiera escucharlo.
La vena artística le viene de familia. Es sobrino de la legendaria cantante y actriz cubana Farah María.
Aunque a principios sentía arduos deseos de presentarse en Cuba, ahora trata de no hacerlo tan a menudo para mantener la expectativa de sus fans.
“Me cuido de no quemar la imagen, como dicen los artistas”.
Nacido bajo el signo de cáncer, en La Habana, Descemer Bueno llegó en el 2000 a Nueva York, y cinco años después se instaló en la Capital del Sol.
  Farah Maria la tía de Descemer Bueno en el aeropuerto de Miami
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