Cuba eliminará impuesto al dólar
pero no cederá en 'principios políticos'
Lamenta que las medidas anunciadas por la Administración no hayan sido más ambiciosas
Reitera que Cuba no negociará cambios políticos internos y critica discurso de EEUU sobre “empoderamiento”
El canciller cubano Bruno Rodríguez durante una conferencia de prensa en La Habana el 17 de marzo del 16
Nora Gámez Torres
El gobierno de Cuba eliminará el impuesto del 10 por ciento al dólar estadounidense cuando compruebe que podrá realizar transacciones bancarias con esa moneda a través de bancos en terceros países sin obstáculos y sin que los bancos sean multados, dijo el jueves el canciller cubano Bruno Rodríguez.
Rodríguez explicó en una conferencia de prensa que el gobierno de Cuba hará transacciones de prueba para ver si los bancos extranjeros no son multados y si efectivamente pueden realizarlas sin impedimentos, como anunció la Casa Blanca el martes. Si es así, eliminaría el impuesto a la moneda pero aclaró que “mientras haya persecución financiera, habrá gravamen”.
En cualquier caso, dijo, esto no significa la “normalización de las relaciones bancarias” pues el gobierno cubano aún no puede abrir cuentas corresponsales en bancos de Estados Unidos para hacer transacciones directas.
Con esta medida, condicionada a si Estados Unidos continúa o no aplicando multas a bancos extranjeros, Cuba responde a la última ronda de medidas de relajamiento del embargo anunciadas, previo a la visita del presidente Barack Obama a la isla.
Rodríguez confirmó que el discurso que pronunciará Obama en el Gran Teatro “Alicia Alonso” (otrora Gran Teatro de La Habana) sería televisado, de modo que “cada quien podrá formarse su opinión sobre lo que dijo”.
Sin embargo, la conferencia de prensa versó poco sobre las convenciones diplomáticas alrededor de la visita. En su lugar, Rodríguez fue revisando una por una, las nuevas regulaciones promulgadas por el Departamento del Tesoro y el Comercio esta semana para concluir que “la realidad es que el bloqueo sigue en vigor” y que si a Estados Unidos le interesa “ayudar al pueblo de Cuba, que levante el bloqueo”.
El canciller reiteró que su gobierno no negociará con Estados Unidos “de ninguna manera, la realización de cambios internos en Cuba” ni renunciará “a uno solo de sus principios”. Aseguró que el gobierno de Raúl Castro mantendrá su política de apoyo al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela y protegerá “la soberanía tecnológica de nuestras redes”, en alusión a las propuestas de abrir el sector de las telecomunicaciones a inversiones de compañías estadounidenses, las que calificó de “inversiones con propósito político”.
Rodríguez dijo estar “decepcionado” porque la Administración no aprobó a través de acciones ejecutivas medidas como permitir las importaciones de productos cubanos o las inversiones en otros sectores más allá de las telecomunicaciones.
Aunque calificó de positiva la posibilidad de contratación de ciudadanos cubanos, por ejemplo atletas y artistas, dijo que la regulación continuaba siendo discriminatoria pues incluía condiciones “rídiculas” para impedir que un por ciento del salario pagado llegara al sector público, como es habitual en las contrataciones en la que el Estado cubano es intermediario, por ejemplo, en el caso de los médicos.
Hacia el final de la declaración se refirió a la visita de Obama, a quien su gobierno acogerá con el debido respeto como mandatario, e informó que en la audiencia que escuchará su discurso en el teatro, el Presidente podrá tener un encuentro “con nuestro pueblo y una amplia y diversa representación de la sociedad civil”.
También informó que en el evento empresarial al que asistirá Obama, participaran empresarios, cooperativistas y cuentapropistas cubanos.
Rodríguez le dedicó duras palabras a algunas de las declaraciones hechas por el asesor de seguridad Ben Rhodes quien explicó que el viaje tenía como objetivo “el empoderamiento del pueblo cubano”.
“Algo debe estar mal en la democracia de Estados Unidos cuando habla de empoderar a otros pueblos”, ripostó el funcionario quien añadió que “sería mejor que EEUU se ocupara de empoderar al pueblo estadounidense” porque “el pueblo cubano se empoderó a a sí mismo hace décadas”.
El candidato demócrata Bernie Sanders, reconocido por sus críticas al poder financiero en Estados Unidos, encontró en el funcionario cubano un inesperado aliado. El canciller se preguntó por qué “Wall Street no transfiere poder a la gente que paga impuestos en Estados Unidos” y que nadie podría dudar que Wall Street es el verdadero poder en el país, en un largo segmento crítico en el que sugirió a la Administración “someter a consulta” pública las políticas educación, salud, empleo y salario.
La devolución de la base naval de Guantánamo y la política “discriminatoria” de Estados Unidos que “promueve la emigración ilegal”, también fueron mencionadas en su declaración.
Nora Gámez Torres