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General: OBAMA llega a Cuba para innaugurar una nueva era
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: administrador2  (Mensaje original) Enviado: 21/03/2016 15:18
Para los cubanos, el mensaje del gobierno es claro:
Compórtense durante la visita de Obama
  
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                       Por Damien Cave y Frances Robles -  The New York Times
 Elizardo Sánchez voló el sábado a La Habana, desde Miami, para asistir a la reunión que el Presidente Barack Obama tendrá el martes con un grupo de disidentes cubanos invitados por la Embajada de los Estados Unidos. Pero en el aeropuerto, los funcionarios cubanos decidieron que tendría que esperar.

Dijo que fue separado de su esposa, lo metieron en una habitación fría, sin ventanas, y le dijeron que no estaba “detenido”, más bien “retenido”.

“¿Puedo hacer una llamada telefónica?”, preguntó mientras los funcionarios sacaban copias de todos los documentos que llevaba. “No”, fue la respuesta de los oficiales cubanos.

Tres horas y media después, Sánchez, quien dirige la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional y tiene una posición crítica respecto al gobierno de Raúl Castro, fue puesto en libertad. Estaba enfadado, pero la situación no le sorprendió.

“Es el clima de intimidación que el gobierno está creando para la visita de Obama”, dijo en el patio de su casa en La Habana. “Hay docenas de casos”.

La seguridad y el control son fundamentales en todos los países que Obama visita. Pero Cuba –un Estado policial que todavía está tratando de definir cómo va a ser su apertura con el mundo y con su propio pueblo– ha reforzado todas las medidas de seguridad para evitar sorpresas vergonzosas.

A unas horas de que el avión presidencial aterrizara en el Aeropuerto Internacional José Martí, los desafíos de una relación más cercana con Cuba se hicieron evidentes cuando un grupo de policías, rodeados por manifestantes oficialistas, detuvo a docenas que participaban en la marcha de las Damas de Blanco, un conocido grupo disidente.

Sin importar lo que Obama diga sobre la libertad durante su estancia de tres días en la isla, se espera que los cubanos de todas las edades e ideologías se comporten. “El gobierno de Cuba es como un padre”, dijo Carlos Alzugaray Treto, un exdiplomático cubano que escribe sobre las dinámicas políticas de su país. “Fuerte, pero preocupado por la familia”.

Durante décadas, los funcionarios cubanos han tratado las interacciones con Estados Unidos como una prueba de soberanía, y su enfoque sobre la visita de Obama es que será un esfuerzo por proyectar la competencia, confianza y el nuevo compromiso con la amistad entre ambas naciones.

La propaganda ha cambiado. Las enormes vallas contra el imperialismo que hace unos meses estaban por todas partes ahora denuncian la violencia contra las mujeres, entre otros males. Y de repente el embellecimiento compite con la decadencia.

Sánchez, quien le dedica mucho tiempo al registro y seguimiento de detenciones como la que sufrió el sábado, dijo que el gobierno ha intensificado su campaña de intimidación, por lo que ha ejecutado más de mil detenciones mensuales en el periodo previo a la visita de Obama. Solo en las dos primeras semanas de marzo hubo 526 detenciones, comentó.

“En este momento lo que se ve es la represión preventiva, para que a nadie se le ocurra decirle nada a Obama mientras está aquí”, dijo.

Sánchez será uno de los disidentes que tendrá un encuentro con el mandatario estadounidense en la Embajada de Estados Unidos. Otras personas invitadas a la reunión son la periodista y bloguera Yoani Sánchez; la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler, y activistas como Manuel Cuesta, Antonio Rodiles y Dagoberto Valdés, entre otros.

Pero más allá del discurso que Obama pronunciará el martes, y que será transmitido por la televisión nacional, no queda claro hasta qué punto los cubanos podrán verlo o escucharlo.

Un joven reportero que trabaja para un importante medio estatal dijo que hace dos semanas lo llevaron a una sala junto con sus colegas y les recordaron que todo lo que publicaran en las redes sociales durante la visita de Obama en Cuba podría tener consecuencias. No deben publicar fotografías, comentarios, ni tener entrevistas con periodistas extranjeros, ni siquiera conversaciones privadas con amigos.

“Es censura”, dijo. “No se puede decir nada bueno o malo”.

Algunos periodistas y académicos independientes sostienen que el gobierno ha aflojado las riendas desde el 17 de diciembre de 2014, cuando Obama y Castro anunciaron el restablecimiento de las relaciones. Es evidente que el flujo de información en La Habana está aumentando. Ahora hay puntos de internet inalámbrico en toda la ciudad. Solo se tiene que buscar la multitud de jóvenes reunidos en grupos, que miran las pantallas de sus teléfonos.

“Lo que el gobierno da lo puede quitar en un segundo”, dijo Sánchez. “Lo que necesitamos es una reforma, lo que necesitamos son leyes. Eso es lo que creará un cambio real”.

En Cuba se respira cambio, pero también frustración
“La próxima vez que venga, será diferente”, me dijo el doctor. Caminábamos por las afueras del hospital de Cárdenas, la ciudad natal de Elián González, pocos días después que el Presidente Obama anunciara que Estados Unidos restablecería las relaciones con Cuba.

Era un tipo joven, atractivo, popular entre sus pacientes.  Quería hablar, pero no podía hacerlo. Se disculpó cuando me dijo que el Partido Comunista había rechazado mi solicitud para preguntarle sobre, bueno, casi cualquier cosa.

Cada vez que viajo a la isla, siento entre los cubanos un deseo reprimido por dejarse llevar y soltar un torrente de palabras, también noto varios niveles de paciencia porque los cambios son escasos y lentos.

En los 17 años que han pasado desde que empecé a visitar Cuba, siempre he sentido las tensiones de un país listo para cambiar, pero esto nunca ha sido tan evidente como desde el anuncio del Presidente Obama en diciembre de 2014.

Cárdenas, en particular, es un pueblo deseoso de mirar hacia el futuro en lugar de al pasado. Hoy Elián González es un hombre venerado como héroe revolucionario después de su regreso de Miami en el 2000, pero no aparece por ningún lado. Sin embargo su pequeña ciudad se está convirtiendo en algo nuevo. Ya no solo es un lugar de desfiles revolucionarios, sino también de crecimiento y progreso junto a Varadero, la célebre playa de la isla.

El turismo ya ha producido cambios. Se nota la influencia de los extranjeros.

Pero como el médico me explicó, hay límites. Los frenos se han activado cuando es necesario. Quienes están en el poder todavía tienen mucha cautela, existe una cultura de la burocracia en la que el “no” todavía es una respuesta más común que “si”.

Poco más de un año después eso no parece haber cambiado, al menos para la mayoría de los cubanos, con la excepción de quienes trabajan en turismo o tienen los contactos adecuados.

¿Cómo afectará la visita de Obama a este proceso? ¿Cuáles cambios, y a qué ritmo, fomentará la visita del presidente? ¿Cuánto ha cambiado la isla en realidad?

Todas esas preguntas que se hacen los cubanos, también me las hago yo.
           DAMIEN CAVE 
                                       Fuente The New York Times
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 21/03/2016 15:38
Obama llega a Cuba para inaugurar una nueva era
 
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                   Por  Julie Hirschfeld Davis y Damien Cave - 
El Presidente Obama llegó a Cuba este domingo y se convirtió así en el primer líder estadounidense en visitar la isla en casi nueve décadas. El viaje, resultado de un viraje diplomático radical que empezó hace 15 meses, tiene el potencial de generar lazos más estrechos entre antiguos enemigos y acabar con uno de los últimos fantasmas de la Guerra Fría.
  
Sin embargo, los desafíos de una relación más cercana se hicieron evidentes cuando, horas antes de que el avión presidencial aterrizara en el Aeropuerto Internacional José Martí, un grupo de policías, rodeados por manifestantes oficialistas, detuvo a docenas de personas que participaban en la marcha de las Damas de Blanco, un conocido grupo disidente.
 
Muchos esperaban que la protesta —que suele ocurrir los domingos en frente de una iglesia en la zona de Miramar, en La Habana— se convirtiera en una prueba de la tolerancia hacia la disidencia durante el viaje de Obama. Los arrestos confirmaron que el gobierno cubano ha mantenido, e incluso ha intensificado, sus tácticas represivas en preparación para la visita oficial.
 
“Pensamos que iba a haber una tregua, pero no fue así”, dijo Elizardo Sánchez, dirigente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, y acotó que los arrestos sucedieron justo cuando “Obama estaba en el aire, volando hacia Cuba”.
 
La pregunta sobre cómo manejar la oposición al gobierno del Presidente Raúl Castro es apenas uno de los temas difíciles que Obama tendrá que abordar durante su visita.
 
Berta Soler, líder de las Damas de Blanco, es parte de un grupo de disidentes invitados a reunirse con Obama este martes en la Embajada de Estados Unidos. Según otros disidentes, aún no está claro si Soler irá a la reunión dada su oposición a la política de acercamiento del presidente estadounidense.
 
El esfuerzo de Obama por tratar de acercar a antiguos enemigos le asegura un gran apoyo entre los cubanos que lo describen como una figura transformadora, y también en Estados Unidos, donde cada vez hay más interés por Cuba.
 
Obama, que llegó a la isla acompañado por la Primera Dama Michelle Obama, sus hijas Sasha y Malia, y su suegra Marian Robinson, empezará y acabará su viaje con actividades turísticas: la tarde de este domingo visitó el centro histórico de La Habana y el martes, antes de irse, disfrutará de un juego de exhibición entre un equipo de béisbol de las grandes ligas y el equipo nacional cubano.
 
El resto de su itinerario refleja las contradicciones que todavía plantean retos para la relación entre los países: el lunes se reunirá con el Presidente Raúl Castro en el Palacio de la Revolución (la sede del gobierno comunista), y el martes, con disidentes que han sido víctimas de la represión estatal.
 
Obama llegó acompañado por una delegación de congresistas republicanos y demócratas dispuestos a mostrar su apoyo para acabar con el embargo comercial, una piedra en el zapato que dificulta la normalización de las relaciones. También vinieron docenas de ejecutivos estadounidenses en busca de posibles oportunidades de negocio en la isla.
 
Obama se trasladó el domingo a la Embajada de Estados Unidos en Cuba, donde la bandera estadounidense se izó en agosto pasado por primera vez desde que el Presidente Dwight D. Eisenhower rompió relaciones diplomáticas con Cuba en 1961. También tiene planeado reunirse con el Cardenal Jaime Ortega, quien jugó un papel importante en las conversaciones secretas que llevaron al acercamiento en 2014. El cardenal, incluso, hizo un viaje en secreto a la Casa Blanca como interlocutor del Papa Francisco con el propósito de lograr un acuerdo entre Obama y Raúl Castro.
 
En la Catedral de la Virgen de la Inmaculada Concepción, una de las paradas esperadas de Obama de este domingo en su paseo por el centro histórico, algunos cubanos celebraron el Domingo de Ramos y, entre oraciones, susurraban sobre la visita presidencial.

Afuera, algunos creyentes estaban sorprendidos de que Obama no solo se reuniría con el gobierno cubano, sino también con la Iglesia católica.
 
“Es importante que él también entienda la Iglesia”, dijo Hortencia Dominguez, de 58 años, quien llegó a misa con unos leggings de la bandera de Estados Unidos. “Es bueno que haya venido”.
 
Los cubanos han demostrado una gran afinidad hacia Obama durante su presidencia y esta se ha intensificado desde que se anunció la normalización de las relaciones con Cuba el 17 de diciembre de 2014. Para muchos la fecha es un nuevo punto de partida para el país, y comparte el mismo sentido histórico que otros días importantes, como el 26 de julio de 1953, cuando Fidel Castro asaltó el Cuartel Moncada e inició la Revolución.
 
Durante varias semanas, las autoridades se han dedicado a embellecer a La Habana. Las calles con huecos fueron reparchadas y algunos edificios a lo largo de la ruta de Obama fueron pintados de color pastel; por eso ya los cubanos le dicen “Santo Obama” y bromean sobre su visita. “Ojalá se quedara un mes o un año aquí”, dicen.
 
El gobierno cubano ha dejado en claro, a través de editoriales, detenciones preventivas y demás tácticas, que no tolerará demostraciones o cualquier otra forma de disidencia pública en contra del gobierno de Estados Unidos. La palabra que han escogido es “respeto”, bien distinta a “imperialismo”, la palabra asociada con Estados Unidos durante más de 50 años.
 
Aún hay dudas, en especial entre la juventud, sobre qué puede cambiar a raíz de la visita. Afuera del estadio de béisbol que recibirá a Obama el martes, Juliet Garcia Gonzalez, de 17 años, dijo que estaba feliz por la visita porque el presidente le había dado esperanza a su generación, algo escaso en un país que desde hace muchos años parece estancado en la historia.
 
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Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 21/03/2016 15:39
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