Cuba, arte y activismo:
Tania Bruguera se dispone a “transformar las ideas en acciones cívicas”
La artista cubana Tania Bruguera prepara su regreso a Cuba con el Instituto de Artivismo Hannah Arendt
Tania Bruguera
El proyecto comenzará a sesionar en La Habana a partir de septiembre
Natacha Herrera / Especial/ El Nuevo HeraldTras su intento en diciembre del 2014 de abrir por un minuto un micrófono a cualquier ciudadano que quisiera expresarse libremente en la Plaza de la Revolución, ser detenida tres veces por ello, y no poder salir de la isla por la confiscación de su pasaporte durante seis meses en el 2015, la artista cubana Tania Bruguera prepara su regreso a Cuba con el Instituto de Artivismo Hannah Arendt que está creando y comenzará a sesionar en La Habana a partir de septiembre.
En esta entrevista a El Nuevo Herald, Bruguera explica en qué consiste este proyecto, quiénes pueden participar, cómo se está financiando, dónde estará ubicado y la importancia de que se divulgue para que el ciudadano común pueda tocar a la puerta del #INSTAR (por sus siglas), y ser parte de “un espacio de transparencia, respeto e igualdad”.
¿En qué consiste el Instituto de Artivismo Hannah Arendt que estás creando?
“El Instituto se llama de Artivismo, con r, como combinación de arte y activismo. Esta es una palabra que usamos para hablar de un arte que es socialmente responsable y de un activismo que es consciente del potencial comunicativo del arte. Lleva el nombre de Hannah Arendt, que es una politóloga que estudió los sistemas totalitarios, tanto en el capitalismo como en el socialismo, y sus efectos en el concepto de ciudadanía.
El Instituto es el lugar desde donde se va a realizar una alfabetización cívica.
En Cuba se hizo una alfabetización masiva que aseguró que la gran mayoría supiera leer y escribir, lo cual es un gran logro. Pero creemos que eso hoy no es suficiente, nosotros reclamamos el derecho a tener una alfabetización cívica, donde no sólo sepamos nuestros derechos sino que podamos ejercerlos sin temor a represalias. Queremos que los cubanos puedan leer lo que quieran, escribir lo que piensan y decir lo que sienten en público, sin miedo. Queremos reclamar la calle como el foro público, como el lugar donde coexisten pacíficamente muchas visiones diferentes de lo que se quiere sea la sociedad.
En el Instituto de Artivismo Hannah Arendt (#INSTAR) vamos a transformar las ideas en acciones cívicas”.
El website del Instituto dice que está ubicado físicamente en la Habana, Cuba. ¿Ya tiene una dirección exacta?
“Sí, como mismo he hecho con otros proyectos, éste se hará en mi casa de Tejadillo #214 entre Aguacate y Compostela, en la Habana Vieja. Ahí puede venir todo el que quiera, a partir de septiembre, a ser parte de los tanques de anhelo (wish tank), los tanques de pensamiento (think tank) y los tanques de acción (do tank)”.
¿El gobierno cubano permitirá que sesione físicamente? ¿Con qué garantías cuentas?
“El equipo de trabajo de #INSTAR, que también incluye al equipo de #YoTambienExijo, trabaja para que legal y simbólicamente sea difícil impedirnos el Instituto.
Legalmente yo ya saqué la licencia de cuentapropista como repasadora y estaré pagando mis impuestos. Seré repasadora de arte contemporáneo y parte del arte contemporáneo es el arte político y socialmente comprometido.
Muchos repasadores han creado con esa licencia sus escuelas —de idioma, para ayudar con las tareas o para impartir talleres de preparación para pruebas de ingreso— en las que tienen varios profesores trabajando en el mismo espacio físico, así haremos nosotros, tendremos varios profesores invitados. También como es en mi casa puedo realizar actividades sin permiso de la policía mientras que sea dentro de la casa y antes de las 10 de la noche, según averigüé en la policía municipal que es la que atiende estos casos.
De todas formas siempre estaremos pendiente de cuáles son los espacios que quedan sin regular por las leyes en Cuba para ver cómo podemos utilizarlos a favor del proyecto. Estaremos también viendo las iniciativas de los otros cuentapropistas que expanden los usos de las licencias. De todas formas esto es un juego de legalidades y al final es el gobierno quien hace la ley pero mientras, jugamos con sus propias herramientas”.
¿Cómo será el trabajo del Instituto en la práctica en Cuba?
“El trabajo lo decidirán los cubanos que sean parte de los talleres, el contenido vendrá de ellos.
Tenemos ciertas coordenadas del proceso pues #INSTAR es un Instituto que quiere traer una alternativa a la cultura precaria de ‘vamos a resolver’ que existe ahora en Cuba, a todos los niveles, incluyendo los gubernamentales. Para llegar a la cultura de ‘vamos a construir’, a través de un proceso donde las quejas, las frustraciones personales, las desilusiones, la falta de esperanza, la desigualdad social y el sentido de desempoderamiento que existe en la sociedad cubana hoy se transformen, a partir de talleres, tanques de pensamiento, acciones artivistas y propuestas de leyes, en otra manera de existir colectivamente. Para eso lo más importante es trabajar en ejercicios que faciliten la pérdida del miedo a decir lo que uno piensa en público, para devolver el placer de la honestidad política y la tolerancia hacia opiniones diferentes a las de uno.
Pero hoy en Cuba pasan tres cosas que nos preocupan: una es la falta de base teórica para los ‘cambios’ (que pertenecen más a una cultura del ‘vamos a resolver’ que a una visión clara de proyecto de país). La otra es la manera en la cual el gobierno ‘informa’ a la población de los ‘cambios’ y la necesidad de ser acatados (sin que haya un proceso donde reconozcan su responsabilidad por la ineficiencia de sus políticas anteriores ni posteriores consecuencias administrativas por sus errores). Y la tercera es la falta de transparencia del gobierno lo cual facilita la corrupción y el tráfico de influencias de quienes están en el poder.
No queremos esperar a que todo esté decidido, no queremos esperar a que todo sea irreversible para salir a pedir nuestros derechos. El momento de intervenir en el futuro de Cuba es ahora”.
¿Cómo se enterarán los cubanos de que existe el Instituto y que pueden acudir al mismo?
“La tarea más difícil va a ser atraer al cubano de a pie, que tiene sospecha de proyectos no gubernamentales y que será ‘alertado’ sobre #INSTAR por los mismos que me hicieron la campaña de asesinato de la personalidad el año pasado. Pero en mi barrio la gente sabe que he hecho proyectos de este tipo antes. Y esperamos que poco a poco de boca en boca la gente empiece a querer participar. Pero estamos conscientes que esto es el reto mayor”.
El Instituto se está fundando con financiamiento privado y ya ha alcanzado más de la mitad de la meta. Además de la colaboración financiera de los interesados individualmente, ha despertado la atención de empresas, universidades, etc. ¿Cómo va la alianza específica con kickstarter?
“Vamos muy bien, pero estamos en la última semana así que tenemos que llegar a la meta porque en Kickstarter es todo o nada, podemos perder todo lo que hemos llegado a recaudar.
Para nosotros fue muy importante que el primer acto de #INSTAR fuera una lectura de Los orígenes del Totalitarismo de Hannah Arendt que se oyera en las calles. El segundo gesto ha sido el de un apoyo, a partir de la recaudación colectiva, donde todos por igual (ya casi 600 personas), no importa lo que depositen, se pueden sentir que han aportado y son parte de esta iniciativa; es una manera de votar por el proyecto. En eso se incluyen museos, universidades y coleccionistas que han querido apoyar este proyecto porque creen en el poder transformativo del arte y la manera en la cual desde el arte se puede influir en el cambio social.
Un detalle importante es que #INSTAR no permite que el dinero que nos entreguen, sin importar de parte de quién venga ni la cantidad, defina la política ni las directivas del proyecto.
Kicstarter nos ha apoyado mucho porque nunca habíamos hecho una campaña de recaudación de este tipo y nos dieron coordenadas desde las cuales podíamos entender este proceso. Nos han acompañado en este camino”.
Si tuvieras ante ti ahora una concurrida audiencia de cubanos de a pie ¿qué les dirías sobre el instituto?
“Bienvenidos a un espacio de transparencia, respeto e igualdad”.
¿Qué opinas del viaje del Presidente Obama a Cuba? ¿Crees que para los cubanos de a pie habrá un antes y un después de esta visita?
“Puede ser pero, el gobierno cubano hará un esfuerzo muy grande por volverle a quitar las esperanzas que dio la visita de Obama al pueblo, tal como hizo después del 17 de diciembre del 2014. Y en esto ayudarán eventos de magnitudes tan desproporcionadas en el imaginario popular, como fue el concierto de los Rolling Stones y lo que será el desfile de Channel en la isla.
Una manera de ver la libertad sin responsabilidad de cambio hacia tus circunstancias, como evasión de la realidad o como glamour. Hoy la gente que va a Cuba nos usa para sus propios beneficios (económicos, mediáticos o históricos) en vez de ponerse a disposición del beneficio de los cubanos. Obama fue la excepción y por eso marcó su discurso. Obama habló al corazón de los cubanos, su discurso en La Habana fue mejor que el de Kennedy en Berlín”.