Una batalla por la democratización en Cuba
Francisco Rodríguez Cruz (gay), más conocido como Paquito de Cuba
Por Pedro Campos | La Habana | 14yMedioEl militante del Partido Comunista de Cuba (PCC) Francisco Rodríguez Cruz, periodista del periódico Trabajadores y activista contra la homofobia y por los derechos sexuales, escribió al primer secretario del Comité Central del partido, Raúl Castro, una carta abierta solicitando que se postergue el VII Congreso de la organización para dar tiempo a que los documentos que allí se aprueben sean discutidos previamente por las bases del partido y por todos los ciudadanos.
Este llamamiento de Paquito de Cuba, como se le conoce en los medios, refleja el sentir de amplios sectores de la militancia del PCC y de la población cubana, preocupados porque en ese Congreso se van a aprobar dos documentos específicos que tendrán mucho que ver con el futuro inmediato de todo el pueblo. Me refiero a la "conceptualización del modelo socioeconómico cubano" y el "plan perspectivo de desarrollo hasta el 2030".
Desde la llegada de Raúl Castro a la máxima dirección del Partido y el Gobierno, se han desarrollado procesos de consultas en las bases de la formación y en general en los sindicatos, la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y el Poder Popular, sobre los problemas generales del país y especialmente en relación con los Lineamientos del VI Congreso del PCC.
Ha sido preocupación de muchos militantes del partido y de ciudadanos comunes que bastante de lo propuesto no fue tenido en cuenta y que otras sugerencias solo aparecieron en forma limitada, sesgada y amarradas a los viejos conceptos del control estatal y burocrático.
Específicamente, ocurrió con el cuentapropismo, el cooperativismo, la autogestión empresarial independiente del Estado bajo control de los trabajadores y con la necesidad de democratizar el sistema político con libertad de expresión, asociación y elección y de fortalecer la independencia, capacidad y autonomía de los órganos locales del poder popular. Esencias económicas y políticas de una sociedad democrática con amplio respaldo en las bases del PCC, los trabajadores y los ciudadanos, según se ha podido comprobar en las opiniones de miles de cubanos vertidos en medios, reuniones, conferencias oficiales y no y en círculos familiares o de amigos.
Recientemente, la dirección del Partido reconoció que una parte de los Lineamientos aprobados no se habían implementado aún y que solo se había cumplido una pequeña parte. Durante los cinco años transcurridos desde el VI Congreso, cientos de miles de críticas han aparecido en la prensa del PCC, en los blogs y páginas alternativas de la izquierda y de la oposición moderada, por la incapacidad, falta de voluntad y hasta los obstáculos evidenciados en la dirección del PCC y el Gobierno para implementar sus propios acuerdos.
Raúl Castro invitó a las bases a opinar; la dirección del Partido y el Gobierno organizaron consultas verticales que no permitían en Santiago conocer lo que opinaban los habaneros y viceversa y luego los organismos superiores tomaron acuerdos que se distanciaban, no se parecían a lo que la gente dijo abajo. Y vienen luego las leyes y decretos leyes para implementarlos cargados de limitaciones burocráticas. ¿Dónde está la democracia?
Ese "sistema de participación" demostró su ineficiencia, la gente está insatisfecha con lo que se ha venido haciendo incluso con los acuerdos del PCC, y ahora, arriba de eso, pretende aprobar en el VII Congreso por unos mil representantes (una proporción minúscula de la población) que allí se reunirán, qué modelo económico político y social regirá los destinos de 11 millones de cubanos que estamos dentro y de otros tres millones que están fuera y cuál será el plan de desarrollo para los próximos 15 años.
Todo cubano de buena voluntad, militante o no, de dentro o fuera, debería unir su voz y apoyar la solicitud de Paquito de Cuba por la postergación del VII Congreso y la discusión democrática de sus documentos de manera que se sometan al debate abierto, horizontal y libre de toda la militancia y de todo el pueblo.
Las calles de Cuba no son libres para llenarlas de estas consignas, pero sí todas las páginas oficiales y no de internet desde Granma, Trabajadores, Juventud Rebelde, Cubadebate, Facebook y demás redes sociales.
No es una batalla dentro del Partido, es una batalla del pueblo cubano por la democratización, de cuyo resultado dependerá en gran parte el futuro de la patria de todos los cubanos.
Carta abierta a Raúl Castro o Aplazar hasta julio el VII Congreso del Partido La Habana, 27 de marzo de 2016 Año 58 de la Revolución
A: Compañero Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba
Desde hace ya dos meses comencé a trasmitir mi preocupación, principalmente en el espacio de participación que me corresponde como militante, a propósito de la organización previa del VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, cuyas sesiones están previstas del 16 al 19 de abril próximo.
En lo esencial, mi insatisfacción radica en la falta de discusión de sus documentos centrales —hasta hoy secretos—, tanto en las organizaciones de base del Partido, como con el resto de la ciudadanía, lo cual califiqué también públicamente como un retroceso en relación con anteriores procesos políticos.
Hasta el momento, no solo nunca obtuve ninguna respuesta directa o convincente a mi inquietud, sino que recibí por las más diversas vías las opiniones y el respaldo de otras personas, militantes y no militantes, que tienen la misma apreciación negativa sobre este procedimiento.
Además, conozco al menos de un municipio en esta capital donde el tema fue objeto de una seria discusión de sus secretarios generales. No obstante, mi intención no es asumir la representación de nadie, porque no domino en realidad en qué medida este pueda ser o no un planteamiento colectivo.
De cualquier forma, el Partido y usted nos enseñaron que una preocupación ciudadana, aunque sea la de una sola persona, puede, debe y tiene que recibir toda la atención y análisis que merezca.
Por tal motivo, en fecha reciente hice —donde me correspondía— una propuesta concreta: aplazar la realización del VII Congreso del Partido Comunista de Cuba para el 24, 25, 26 y 27 de julio del 2016.
Esta postergación de solo tres meses podría permitir dedicar los meses de abril y mayo a discutir los documentos centrales del Congreso con toda la militancia del Partido, y también con el resto de la población cubana. Quedaría todavía el mes de junio para procesar, estudiar, mejorar e incorporar planteamientos.
Como ventaja estratégica, ya conocen los documentos las mil personas que son delegadas y delegados, además de las diputadas y los diputados a nuestro Parlamento, así como cientos de dirigentes del Partido en sus diferentes estructuras intermedias de dirección, quienes podrían preparar y conducir con rapidez y profundidad este análisis en la base.
Sin dudas, un debate como este, amplio y participativo, permitiría perfeccionar tales documentos programáticos y les conferiría más legitimidad aún al próximo Congreso y sus acuerdos, a partir de un mayor consenso social.
Entiendo que esto podría resultar complicado desde el punto de vista práctico, pero usted mismo nos insiste con frecuencia en que debemos ir “sin prisa, pero sin pausa”. Es cierto que no poseo toda la información que la dirección de la Revolución maneja, pero ahora mismo no veo motivo para apresurar un proceso político tan decisivo para el futuro de nuestra patria, si todavía sus preparativos no maduraron lo suficiente.
Por último les pido a usted y a la dirección del Partido que disculpen si hay alguna incorrección de método en el modo que ahora empleo para también hacer pública esta sugerencia. Si lo consideran una indisciplina imperdonable, estoy dispuesto a responder por ella.
Mi humilde intención es tratar que esta inquietud les llegue sin intermediarios, y tal vez contribuir a motivar un debate al respecto entre el resto de la militancia y de la sociedad cubana, cuando resta tan poco tiempo —menos de un mes— para la fecha en principio prevista para la realización del Congreso.
Cumplo así, además, con mi palabra de hacer todo lo que esté a mi alcance para trasmitirles esta grave preocupación, compromiso que asumí ante un colega militante de larga data y hermosa trayectoria, quien con sentidas palabras y golpes de puño sobre su pecho, hace poco echaba de menos un Congreso más cercano, de su Partido de toda la vida.
Revolucionariamente, Francisco Rodríguez Cruz Militante
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