‘Una habanera avasallante a la conquista de París’
Un musical inspirado en Carmen de Bizet interpretado por artistas
cubanos libera en París la electrizante variedad de ritmos de la isla caribeña
16 bailarines, 13 músicos y un elenco de actores-cantantes de Cuba y Estados Unidos
despliegan su arte a la gloria de las tres grandes especialidades cubanas: “vivir, amar y bailar”.
Por Luis Torres De La LLosa
Mientras Cuba vive cambios vertiginosos, un musical inspirado en Carmen de Bizet interpretado por artistas cubanos libera en París la electrizante variedad de ritmos de la isla caribeña.
Para el estreno mundial de “Carmen, la cubana” este miércoles en el Teatro del Chatelet, a orillas del Sena, 16 bailarines, 13 músicos y un elenco de actores-cantantes de Cuba y Estados Unidos despliegan su arte a la gloria de las tres grandes especialidades cubanas: “vivir, amar y bailar”.
“Cuba siempre estuvo de moda, porque es una isla bendecida por los dioses, por su energía y por la posición geográfica”, dijo minutos antes del último ensayo el coreógrafo Roclán González.
Aunque está ambientada a fines de los años 1950 durante el ocaso de la dictadura de Fulgencio Batista y antes de la instalación de la de Fidel Castro, la obra toma especial relevancia por los vientos de cambio que vuelven a soplar en la isla.
Al punto que durante los ensayos el mes pasado, el elenco ya instalado en París grabó un mensaje en YouTube de bienvenida a Cuba para Barack Obama.
La ópera romántica de Georges Bizet (1838-1875) basada en un libreto de Prosper Merimé originalmente ambientado en España ha inspirado miles de variantes, desde el musical afroamericano de Oscar Hammerstein II “Carmen Jones” (1943) y su version hollywoodiana de Otto Preminger a la cinta flamenca de Carlos Saura (1983).
Esta vez el director británico Christopher Renshaw --cuatro premios Tony en 1996 por su “King and I” y exitoso autor del musical “We will rock you” sobre la banda Queen-- viajó a La Habana para inspirarse.
En 2014 realizó audiciones con decenas de artistas cubanos, seleccionando a los bailarines, músicos y tres cantantes. El resto del elenco provino de Broadway --principalmente cubanos instalados en Estados Unidos-- donde el británico quiere montar el musical si tiene éxito en París (hasta el 30 de abril) y presentarlo en 2017 en Alemania e Inglaterra.
Esta Carmen (Luna Manzanares) también es obrera en una fábrica de puros, pero en el oriente de Cuba, y su enamorado José (Joel Prieto) es un soldado de Batista. El torero en la ópera de Bizet es quí “El Niño” (Joaquín García), un boxeador exitoso que le roba el amor de la habanera.
“¡Si yo te amara, sería tu final!”, canta en un lascivo chachachá al atormentado soldado cubano la irresistible Carmen Jones, hija de un militar norteamericano y una prostituta.
Para Renshaw, más que una feminista o una mujer fatal, Carmen, que vive en la pobreza bajo el régimen de Batista, “es simplemente una mujer que quiere hacer lo que ella quiere, y está dispuesta a todo para lograrlo”. Significativamente, su muerte coincide con la llegada de la Revolución.
La orquestación y arreglos musicales de Alex Lecamoire --neoyorquino de padres cubanos-- adaptan los principales cuadros de la obra original a la música cubana, de la que el musical termina siendo una especie de enciclopedia.
“Me fascinaba tratar de transformar la idea (de Carmen) a un ambiente latino y arreglar la música con mambo, salsa y chachachá”, explicó Renshaw.
Cuba es un país lleno de ritmos --tiene 22 diferentes-- y la idea era no dejar ni uno solo afuera.
También está presente la santería, a través del personaje de una anciana que reaparece varias veces como un elemento del destino que hace eco al de la fatalidad gitana en la obra de Bizet.
El director británico explicó que sintió la necesidad imperiosa de realizar el musical “porque la cultura cubana quedó conservada en el tiempo, es una de las mejor preservadas --para bien o para mal, desde la Revolución-- ya que no fue destruída por la globalización”.
“Es un momento importante para todos los jóvenes que están aquí”, comentó Roclán González. “Ahora está más visible por el tema de la política, pero Cuba va a seguir siendo lo que siempre fue: un país feliz, de gente bonita y lleno de alegría”.