¿Primero de Mayo o cumpleaños 90?
Fernando Dámaso | La Habana | Diario de CubaTradicionalmente los Primero de Mayo eran una manifestación obrera, unas veces pacífica y otras violenta, en la cual los obreros desfilaban planteando sus demandas a los gobernantes de turno. Así sucedió durante los años de la República.
Al instaurarse el socialismo, sus objetivos cambiaron, adaptándose a los del campo socialista, y se convirtieron en una "fiesta de los trabajadores", organizada y controlada por las autoridades a través de los sindicatos gubernamentales, donde los obreros, empleados y estudiantes, en pancartas y telas con consignas autorizadas, rendían honores a sus dirigentes y les daban las gracias por lo "bien" que los habían gobernado, aunque el país estuviera cada día peor.
Algunas veces la fecha se utilizó para mostrar solidaridad con algún gobierno "amigo" en situación crítica, para homenajear a alguna "personalidad" de visita en el país y para otros fines.
Este año el Primero de Mayo está dedicado principalmente a celebrar el 90 cumpleaños del "líder histórico" y a apoyar sus últimos pronunciamientos públicos y los acuerdos del VII Congreso del PCC, precisamente cuando no se tomaron acuerdos y todo se trasladó en el tiempo para el próximo congreso.
La masiva y abrumadora propaganda desatada por todos los medios de comunicación oficialistas parece dirigida a tratar de establecer un nuevo récord Guinness del "culto a la personalidad", dejando muy atrás los de Stalin, Mao Tse Dong y Kim Il Sung.
Ya se sabe que desfilarán exactamente en todo el país 6.300.000 cubanos, teniendo en cuenta los "compromisos firmados espontáneamente" en sus centros de trabajo y de estudio. Los jóvenes, a modo de una nueva Guardia Roja al estilo del presidente Mao, con 50.000 participantes cerrarán el desfile en La Habana, portando 90 banderas cubanas representando los 90 años del "líder", además de 20 grandes fotografías mostrando momentos importantes de su vida, una gigantografía de su charretera militar y 1.000 banderas cubanas más.
Muchos ven en esta histeria y en el tardío repunte del "personaje" posterior a la visita del presidente Barack Obama, un intento infructuoso de él y de sus seguidores de atenuar el gran impacto positivo producido por el mandatario norteamericano y por sus palabras en la mayoría del pueblo cubano, así como de frenar los pocos y lentos cambios que ha venido realizando su hermano, pretendiendo una marcha atrás ya imposible.
Estas opiniones se fundamentan también en la falta de renovación de los órganos del Partido, y el mantenimiento en ellos de verdaderos dinosaurios políticos, sin poder el reelegido primer secretario incorporar algunas figuras nuevas mucho más cercanas a sus ideas, así como en las irónicas palabras finales del "líder histórico" felicitándolo, no por los resultados obtenidos sino por "el magnífico esfuerzo realizado", sabiendo que este siempre ha planteado que "deben premiarse los resultados y no los esfuerzos".
Si el VII Congreso fue un congreso fallido, este Primero de Mayo será simplemente la celebración adelantada de un cumpleaños, al cual los cubanos han sido invitados con carácter obligatorio, asegurándoles cajitas de comida y refrescos.
Primero de mayo en Cuba: muchos compromisos ninguna demanda
Con el lema "Por Cuba: Unidad y Compromiso" se realizó este domingo un masivo desfile por el Día de los Trabajadores en varios puntos de la geografía cubana. La marcha en la Plaza de la Revolución de La Habana comenzó a las 7:30 de la mañana, contó con la presencia de unas 600.000 personas y estuvo marcada por las alusiones al recién concluido VII Congreso del Partido Comunista y al 90 cumpleaños del expresidente Fidel Castro, a celebrarse en agosto próximo.
Entre los miles de carteles que enarbolaron los trabajadores ninguno exigía reivindicaciones laborales ni aumentos salariales. Una peculiaridad de los desfiles por el primero de mayo que han tenido lugar en la Isla en el último medio siglo y cuya motivación principal ha sido mostrar la adhesión de los profesionales y obreros al sistema político.
La prensa oficial (la única que existe) anunció previamente que a los festejos se sumarían por todo el país unos 200.000 trabajadores por cuenta propia, en representación del sector privado que ya suma más de medio millón.
En la tribuna y saludando a los participantes del desfile, que duró alrededor de una hora y media, estaban el presidente cubano Raúl Castro, recién ratificado como primer secretario del PCC; el primer vicepresidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez; José Ramón Machado Ventura, segundo Secretario del Comité Central del PCC y Ulises Guilarte de Nacimiento dirigente de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), la única organización sindical permitida en el país y que reúne a 3,4 millones de trabajadores estatales, privados y jubilados.
En el discurso que dio inicio al desfile, Guilarte de Nacimiento, también miembro del Buró Político, catalogó de “maniobras” los problemas que atraviesan varios gobiernos de izquierda en América Latina. En especial las protestas o procesos legales que cuestionan el ejecutivo en Venezuela y Brasil, además de Ecuador, Bolivia, Nicaragua y El Salvador.
El sindicalista también se refirió al proceso de normalización entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos, sobre el que aseguró que no será posible completarlo mientras “se mantenga el bloqueo económico, comercial y financiero contra nuestro país”, además de la presencia estadounidense en la base naval de Guantánamo.
Desde horas tempranas de la madrugada comenzaron a congregarse en los alrededores de la Plaza habanera trabajadores de varios municipios y de zonas cercanas a la capital cubana. La mayoría de ellos fueron trasladados en ómnibus pertenecientes a centros laborales y unos 3.257 vehículos que cubren las rutas de transporte urbano en la ciudad.
La marcha fue abierta por una representación de 40.000 maestros y profesores, en recordatorio a la Campaña de Alfabetización de la que este año se celebra el 55 aniversario. Según datos de la prensa oficial cubana, en la congregación participaron 1.600 invitados en representación de 68 países y 209 organizaciones sindicales. Sin embargo, a diferencia de años anteriores el acto no contó con la presencia de ningún mandatario extranjero y en la tribuna la figura foránea de más alto nivel fue el diputado del oficialismo venezolano Elías Jaua.
“La historia no la vamos a olvidar” repitieron en varios momentos los locutores que animaron el desfile, en alusión directa al discurso de Barack Obama en el Gran Teatro de La Habana, cuando el presidente de EE UU aseguró conocer la historia entre Cuba y Estados Unidos pero se negó a quedar “atrapado por ella”. Una referencia que molestó especialmente al oficialismo cubano.
El desfile transcurrió según lo pautado en la clausura de la cita partidista, el pasado 19 de abril, cuando Raúl Castro hizo un llamado a los trabajadores afiliados para mostrarle "al mundo", a través de una "entusiasta y masiva participación", la "unidad y el apoyo" a los acuerdos del Congreso y "al rumbo socialista e independiente de la Patria".
Zunilda Mata