La hija de Franco, insólita turista en La Habana
La hija de Francisco Franco acaba de hacer un crucero que ha recalado en la capital cubana
Recuerda la especial relación que unía a su padre con Castro: "Fidel también era gallego y mi padre nunca quiso cortar".
Carmen Franco en su casa de Madrid (Foto Dolores De Lara/El Mundo)
MARÍA EUGENIA YAGÜE - El MundoCuba está de moda. La isla se ha convertido en el destino favorito de celebridades y millonarios, fascinados por las hermosas ruinas de una Habana capital del último reducto comunista del mundo Occidental.
El viaje del presidente Obama, el concierto de los Rolling Stones o el desfile deChanel esta misma semana abren el camino a todos aquellos que no se atrevían a desafiar la prohibición norteamericana de visitar el país de los hermanos Castro.
Pero quizá la turista más insólita en pasear últimamente por La Habana Vieja, ha sido Carmen Franco, la hija del general, quien por cierto resultó un sorprendente aliado de Fidel Castro.Carmen, de 89 años y salud envidiable, acaba de hacer un crucero por el Caribe que empezó y terminó en La Habana. Y está encantada de haber regresado a un país que conoció en los últimos días del gobierno de Batista, derrocado por una dictadura que permanece desde hace 60 años.
Su padre siempre mantuvo relaciones diplomáticas con la Cuba de Castro, le comentamos, y eso que se parecían poco.- Es que siempre fue un país muy español, lleno de españoles, Fidel también era gallego y mi padre nunca quiso cortar, no. Consideraba que no siempre tienes que hacer todo lo que dicen otros países y que no puedes estar obedeciendo a ciegas, él tenía su propio criterio. Y ellos están por eso muy agradecidos a España", declara Carmen a LOC.
En una entrevista de 1985 en 'El País', Fidel Castro aseguraba: "Franco no se portó mal, hay que reconocerlo. Pese a las presiones que tuvo, no rompió las relaciones diplomáticas y comerciales con nosotros. No tocar a Cuba fue su frase terminante...".
A su vez, Fidel correspondió con tres días de luto oficial y banderas a media hasta, cuando Franco murió. Esta curiosa relación entre Franco y Fidel, se mantuvo intacta incluso con un incidente diplomático de consecuencias imprevisibles.
El 20 de enero de 1964, el embajador español Juan Pablo Lojendio, interrumpió un programa de la televisión cubana en el que Fidel en persona acusaba a la embajada de España de "conspiraciones fascistas y contrarrevolucionarias".
Llamó a Castro mentiroso y le exigió una rectificación inmediata. La escena le costó el puesto al marqués de Lojendio que abandonó la isla antes de las 24 horas siguientes y fue trasladado a Suiza. Sin embargo, Franco no llamó a consultas al embajador de Cuba en España y asombrosamente no ocurrió nada más.
La buena sintonía entre Franco y Fidel quedaba ampliamente demostrada aunque nunca llegaron a tratarse personalmente. "Papá siempre decía que Fidel había acabado con el analfabetismo", recuerda la hija de Franco.
Carmen Franco ha vuelto a una Habana muy diferente a la que conoció hace años. "La gente de la calle es educada y la ciudad sigue siendo muy bonita aunque falten tantas cosas. Quise volver a ver al cabaré Tropicana que está igual, con mucho ritmo y las mulatas son estupendas".