LA TROPICAL
La cerveza más antigua de Cuba, vuelve a la vida en Miami Concrete Beach Brewing, de Wynwood, ha recreado la receta original Los descendientes de los dueños de la Cervecería La Tropical la traen a Miami
La cervecería Concrete Beach Brewery, de Wynwood, está recreando la cerveza original cubana de 1888, la Tropical, con ayuda de Ramón Blanco Herrera (derecha), de 70 años; Manuel Portuondo (centro), de 49 años, y Marco Reyna, de 30. El tatarabuelo de Portuondo, Federico Kohly, fue una vez dueño de los terrenos de La Habana donde se construyó la Cervecería La Tropical. Portuondo presentó al dueño de Concrete Beach a Ramón Blanco Herrera, cuyo bisabuelo fundó la cervecería
Por Carlos Frías - El Nuevo HeraldRamón Blanco Herrera lleva sus fantasmas en una pequeña caja metálica negra. Sus manos, con las manchas de los años, sacan con cuidado las reliquias que nunca imaginó llegaran a provocarle tanta nostalgia de cuando era niño en Cuba. Una etiqueta de la cerveza original Tropical. Un certificado accionario de Cervecería La Tropical, firmado por el presidente, su abuelo, en 1954. Una foto de la estatua de un ancestro sobre los amplios jardines de la cervecería que su familia fundó en 1888, la primera de Cuba.
“Nunca llegué a disfrutarla. Toda la cerveza gratis que hubiera querido…”, bromea Blanco Herrera, de 70 años, cuya familia perdió la cervecería —que producía el 60 por ciento de la cerveza que se producía en la isla— a manos de la nacionalización, y la familia tuvo que irse al exilio.
Manny Portuondo prefiere comulgar con sus fantasmas. Portuondo, de 49 años, nacido en Estados Unidos e hijo de exiliados cubanos, visitó Cuba por primera vez el otoño pasado, y fue a los enormes jardines tropicales y biergarten que rodea la Cervecería La Tropical, en las orillas del río Almendares. Fue su tatarabuelo quien urbanizó y vendió la tierra a los Blanco Herrera para la cervecería hace más de 128 años.
“Me paré allí y quedé asombrado”, dijo Portuondo. “Sentí que la historia me corría por las venas. Cuando regresé de ese viaje me dije: ‘Voy a devolverle la vida’. Quiero que la gente sienta lo que yo sentí”.
Los amantes de la cerveza artesanal y lo cubano podrán hacer el esfuerzo por experimentar esa sensación. Portuondo trabajó con Concrete Beach Brewery, de Wynwood, para recrear la receta original y lanzarán la cerveza Tropical en un evento en la cervecería el 22 de mayo. La actividad es el cierra de la Semana de la Cerveza Artesanal Estadounidense, que comienza el lunes con eventos en toda la ciudad.
La cerveza se venderá sólo en la cervecería por el momento. Pero tanto Portuondo como Blanco Herrera, que tienen los derechos mundiales de la cerveza, y Concrete Beach, una filial de la Boston Beer Company (Samuel Adams), tienen la mira puesta en una distribución amplia.
Los empleados limpiaron bien los tanques de cobre de fermentado el lunes en Concrete Beach mientras Portuondo y Blanco Herrera esperaban probar por primera vez el producto terminado, una cerveza tipo lager vienesa que las investigaciones indicaron habría sido la receta original.
En el otro salón esperaba una cerveza que sus familias se habían unido para crear hace más de 128 años. Este día demoró dos décadas en llegar.
Portuondo había estado fascinado con los lazos de su familia con la historia de la cerveza en Cuba. Sus ancestros maternos, la familia Kohly, urbanizaron todo un vecindario en La Habana, incluido el lugar de la Cervecería La Tropical y sus enormes jardines. Portuondo se gradó con una maestría en Administración de Empresas en la Universidad Internacional de la Florida y se convirtió en director de ventas y mercadotecnia de Anheuser-Busch en Puerto Rico hace 25 años.
Creció escuchando las historias que le contaba su madre, descendiente de los Kohly, y su padre, Manuel, quien combatió en Bahía de Cochinos y estuvo dos años preso en Cuba después que el gobierno comenzó a nacionalizar las industrias.
Para Ramón Blanco Herrera, la relación era incluso más inmediata. Recuerda correr por toda la cervecería, que su bisabuelo había fundado, y jugar en la oficina de su padre, Cosme Blanco Herrera, quien había estudiado en la Universidad de Pennsylvania y regresó para dirigir los negocios de la familia.
“El Sr. y la Sera. Budweiser de Cuba”, es como Manny Portuondo les decía a los padres de Ramón.
Pero cuando el gobierno comunista nacionalizó la fábrica a principios de los años 1960, la familia Blanco Herrera vino a Estados Unidos sin un centavo, y su padre terminó trabajando en un banco, clasificando correspondencia. Ramón creció en Key Biscayne con recuerdos poco claros del tiempo que pasó en la cervecería.
Crió tres hijos y rara vez habló en detalle de la larga historia de su familia. Fue por boca de amigos que les contaron historias sobre la cervecería en medio de unos hermosos jardines tropicales y urbanos, con un castillo diseñado por un discípulo de Gaudí, que se dieron cuenta de lo mucho que su familia había contribuido a la cultura cubana.
A lo largo de los años, Ramón buscó recuerdos en eBay, tarjetas, fotos, botellas y etiquetas viejas, de la antigua Cervecería La Tropical.
“Nunca habló de eso”, dijo Moncy Blanco Herrera, de 36 año, el hijo mayor de Ramón. “Creo que todo eso le había roto el corazón. Lo afectó mucho. Fue muy duro para él”.
Entretanto, Portuondo aprendía el negocio de la cerveza, como el lanzamiento de la cervecería Brahma Brewery en Brasil, que más tarde le vendió a Anheuser-Busch, que ahora se llama AB-InBev. Se dio cuenta que en Cuba todavía se producía la cerveza Tropical y su submarca popular Cristal, en alianza con la compañía belga InBev.
Así las cosas, se alió con Blanco Herrera y restablecieron los derechos sobre la marca hace unos 17 años, e incluso la produjeron durante tres años en Coral Gables a finales de los años 1990. (InBev y Cuba siguen produciendo Cristal, aunque el magnate de la cerveza admitió en un informe anual del 2001 a la Comisión de Bolsa y Valores que hay reclamaciones sobre el nombre. Portuondo ha presentado una reclamación contra la compañía).
Eddie, el hijo menor de Blanco Herrera, recuerda haber crecido rodeado de recuerdos de ese esfuerzo, como un letrero de neón de La Tropical que usaba por las noches y que todavía tiene en su habitación. Moncy era el alma de la fiesta en la Universidad de la Florida cuando su padre se aparecía con una caja de Tropical. Y la hija Rosa recuerda entrar a un bar en Nueva Orleans y encontrar una foto de Al Capone tomándose una Tropical frente a la cervecería en La Habana.
“El legado de la familia se mantiene. … Era algo muy representativo de esa Cuba”, dijo Rosa, de 32 años, quien lleva el nombre de la hermana de su bisabuela Rosita, a quien su padre le decía la “Paris Hilton de la cerveza”.
La Tropical recibió un fuerte impulso recientemente con el auge de la cerveza artesanal en Estados Unidos. Portuondo conoció a Alan Newman, fundador de Concrete Beach, a quien le encantó la idea de recrear la primera cerveza de Cuba.
“Siempre estamos buscando formas de ser parte de la comunidad”, dijo Newman. “Recrear la cerveza más cubana que se pueda producir me pareció muy lógico”.
Esta semana todo se hizo realidad. Blanco Herrera y Portuondo cruzaron las puertas de vidrio y entraron a la cervecería de Concrete, donde les sirvieron una cerveza a cada uno, salida de los tanques donde se agrega dióxido de carbono al líquido en la fase final de la producción.
Portuondo se arrodilló para llegar al grifo. Pareció un momento de reverencia silenciosa.
Portuondo y Blanco Herrera intercambiaron miradas cuando se llevaban el vaso a la nariz y tomaron el primer sorbo de una cerveza que demoró décadas en hacerse realidad. El lager color ámbar con sabor a malta, casi cremosa, no era nada amarga.
“Mis ancestros no estarían decepcionados”, dijo.
Los dos esperan que los amantes de la cerveza en Miami opinen lo mismo.
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