Más de medio siglo sin buscar a Camilo
¿Encontrar sus restos significaría cambiar la historia de la Revolución Cubana?
(Foto Tania Díaz)
Por Tania Díaz Castro|La Habana| Cubanet
Es lógico pensar que la muerte de Camilo Cienfuegos, el tan querido y popular Comandante de la Sierra Maestra, pudo ser consecuencia de una extraña maniobra empleada por el alto mando político de aquellos meses turbulentos y locos de 1959.
En más de medio siglo transcurrido, jamás se ha hecho un trabajo de rescate de los restos del avión que cayó al mar, el 28 de octubre de 1959, con el joven guerrillero y sus dos acompañantes.
Sin embargo, la prensa gubernamental, sobre todo el periódico Granma, ha destacado numerosas tareas arqueológicas subacuáticas, llevadas a cabo en las aguas del archipiélago cubano, por especialistas de instituciones científicas.
En 2010, un grupo de arqueólogos de la Oficina del Historiador de la Ciudad encontró un valioso tesoro en las profundidades de la bahía de La Habana: 500 toneladas de losas de cerámica que transportaba un barco español en 1909.
En 2012, la National Geographic Society galardonó por primera vez al arqueólogo cubano Daniel Torres Etayo, con el Premio Emerging Explorer, al descubrir los restos de un barco enterrado en arenas cubanas, que arribó a la Isla 500 años antes que Cristóbal Colón descubriese América.
En 2013, de nuevo el equipo de arqueología subacuática de la Oficina del Historiador de la ciudad de La Habanadescubrió otro tesoro, compuesto de vajillas de loza, porcelana inglesa, lámparas, instrumentos de navegación y otros, perteneciente a un buque construido en Nueva York en 1805 y hundido en las aguas cubanas de Santa Cruz del Norte en 1814.
Por último, otro hallazgo arqueológico ocurrió el 22 de agosto de 2014, cuando un grupo de pescadores en Puerto Esperanza, municipio de Viñales, Pinar del Río, encontraron numerosas piezas de gran valor histórico, pertenecientes a un barco hundido en el siglo XVII ó XVIII.
El avión tipo Cessna, con dos motores, de color rojo y blanco, donde viajaba Camilo con el primer teniente Luciano Fariñas, un experto piloto con más de1 500 horas de vuelo en Cessnas, nunca ha sido buscado con tecnologías especializadas de los últimos años.
¿Es que encontrar sus restos significaría cambiar la historia de la Revolución Cubana?
¿O es que no se buscan sus rastros porque el avión de Camilo nunca existió? Y si el avión no existió, puesto que no se busca, ¿por qué ese espectáculo macabro de llevar a los niños a que lancen flores al mar, donde no murió Camilo?
La hipótesis hecha en 2001 por el prestigioso periodista Carlos Franqui y publicada en su libro Camilo Cienfuegos, nunca ha sido respondida y aclarada en Cuba.
Mucho menos ha sido aclarado por qué el Che Guevara cuenta en su diario cómo estaba abandonado, sin comunicaciones, sin envíos de refuerzo, ni de rescates, a pesar de los miles de guerrilleros preparados en los campamentos castristas de La Habana.
Preguntas que siempre han quedado en el aire, gracias a un silencio de años por parte de la dictadura cubana.
En el discurso de Fidel Castro, para anunciar la muerte de Camilo, expresó: “Han tratado de insinuar canallescamente, vamos a sacar a relucir las bolas y todas las cosas que se quieran porque en definitiva nosotros no tenemos nada que ocultar, nos hemos acreditado suficientemente ante el pueblo de haberle dicho siempre la verdad”.
Pero las bolas han persistido, sobre todo en el pueblo. Jamás se ha hecho lo necesario para que las nebulosas desaparezcan.
El misterioso fantasma de Camilo Cienfuegos espera por la verdad.