El Departamento de Defensa elimina una de las últimas
restricciones vigentes y ya no expulsará a los militares transgénero
El secretario de Defensa Ashton Carter.
Por Cristina F. Pereda | Washington | El País
El Ejército de Estados Unidos anunció este jueves que las personas transgénero podrán servir abiertamente en sus filas. En una medida sin precedentes, el Departamento de Defensa ha creado un programa para que los militares que quieran hacer la transición de género puedan desarrollarla dentro del Ejército.
“Esto es lo correcto para nuestros ciudadanos y para nuestro Ejército”, aseguró Carter este jueves. “Estamos hablando de americanos con mucho talento que sirven a su país o que quieren tener la oportunidad de hacerlo”. El secretario de Defensa añadió que “no podemos permitir que haya barreras que no están relacionadas con las cualificaciones de una persona y que nos impidan reclutarle”.
De manera inmediata, ningún miembro del Ejército podrá ser expulsado, separado o negado su acceso a las fuerzas armadas por el hecho de ser transexual. EE UU se une así a otros 18 países que ya permiten servir a las personas transgénero, incluidos varios aliados como Reino Unido, Israel o Australia. “La identidad de género de una persona no le cerrará las puertas”, dijo Carter.
El anuncio de Defensa llega en un momento en que EE UU se encuentra inmerso en un intenso debate sobre los derechos de las personas transgénero. El Ejército ha tomado la iniciativa levantando una de las últimas prohibiciones que quedaban vigentes. En 2010, la Administración Obama permitió que los homosexuales sirvieran en el Ejército y desde enero de este año, las mujeres también pueden acceder a prácticamente todos los puestos de combate.
Carter explicó este jueves en Washington que el Ejército “necesita tener acceso a todo el talento que sea posible” para seguir liderando las fuerzas armadas, “poder reclutar a los más cualificados y también retenerles”. El Departamento de Defensa estima que hay 2.500 efectivos de un total de 1,3 millones de militares en activo, así como otros 1.500 en la reserva -de 825.000-, que son personas transgénero. Los cálculos más altos apuntan a un total de 7.000 transexuales.
“La realidad es que hay personas transgénero que visten nuestro uniforme y tenemos una responsabilidad con ellos”, dijo Carter. El secretario de Defensa reconoció que en la actualidad, un miembro del Ejército estadounidense que quiera hacer una transición de género necesita hacerlo a través de un servicio médico y debe pagarlo con sus propios recursos. “Esto no coincide con la promesa que hacemos a todas nuestras tropas cuando les decimos que cuidaremos de ellos y pagaremos por sus gastos médicos”.
El Ejército comenzará a aceptar a personas transgénero tras un período de preparación del personal encargado de reclutar a nuevos miembros que durará nueve meses. El único requisito será que hayan completado la transición de género y que un médico certifique que hayan permanecido estables en su nueva identidad durante al menos 18 meses.
A lo largo de los próximos tres meses, las instalaciones médicas del Ejército también proporcionarán a sus miembros la atención necesaria para llevar a cabo la transición de género, si así lo desean, o someterse a tratamientos hormonales. Defensa permitirá asimismo que registren su nueva identidad personal dentro de las fuerzas armadas.
El Ejército estadounidense anunció hace casi un año que estaba estudiando la posibilidad de abrir las filas a las personas transgénero. Durante este tiempo algunos líderes del Ejército han pedido que se retrasara la medida para poder evaluar su impacto. Sin embargo, Carter justificó este jueves que han podido aplicar las lecciones aprendidas desde que eliminaron la prohibición de servir a los homosexuales.
Aquello ocurrió en 2010 y desde entonces el Ejército, como Estados Unidos en general, ha vivido una oleada de cambio hacia la aceptación y el reconocimiento de los derechos de los ciudadanos homosexuales, lesbianas, bisexuales y transexuales. Las personas transgénero han sido precisamente el centro del último debate entre la opinión pública con motivo de su acceso a los baños públicos. La decisión de Defensa supone un respaldo clave, e histórico, hacia su igualdad.
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