¿POR QUÉ EL “COLECTIVO LGTB”
NO SE ATREVE A PRONUNCIAR: TERRORISMO ISLÁMICO?
A la memoria de Reinaldo Arenas, ese gran olvidado por esos que se denominan defensores de los derechos LGTB.
El tal Abdeslam era un caso igual que este, por lo visto, la imanes radicales les cuentan la visita al infierno que hará todo aquel que es gay y se redimen de ese modo. El fanatismo y la sinrazón da lugar a atender primero al clérigo radical antes que asumir tranquilamente su condición. Benditas sean las democracias que ponen por delante la libertad sexual frente a la represión religiosa.
Daniel Epiro
Partiendo de la base que detesto la palabra “colectivo” porque afortunadamente no me considero un “borrego” -me guío por mi libertad individual, y estos “colectivos” utilizan su orientación social con fines partidistas- sigo sin comprender por qué estos gays que se hacen llamar progresistas, no se atrevan a pronunciar “terrorismo islámico”. ¿Hay miedo? ¿Les deben algo? Al fin y al cabo somos todos infieles.
Sí, ahora me dirá algún listillo progre iluminado: ¿Y la Iglesia Católica y el obispo Cañizares? La Iglesia Católica puede tener su opinión sobre la homosexualidad –que a mí como católico puede gustarme o no-, pero ellos no ordenan matar al “diferente” (da igual que seas hetero, homosexual, católico. Van a por nosotros), sólo basta recordar las palabras del Papa Francisco: "Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo? El Catecismo de la Iglesia Católica lo explica de una forma muy bella. Dice que no se pueden marginar a estas personas por eso. Hay que integrarlas a la sociedad. El problema no es tener tendencia. Debemos ser hermanos. El problema es hacer un lobby". (Aunque ahora no tiene relación a lo que quiero explicar en este artículo, no soy defensor de este Papa excesivamente socialista, pero hay que reconocerle aquí su buena intención; apuesto por una Iglesia liberal).
No hay que tenerle miedo a nada, hay que temerle a que ataquen a nuestra Libertad individual, que es el tesoro más grande que tenemos las personas. Es lo mismo que seas hetero, homosexual, lesbiana, negro, nos odian por igual.
Y ese ataque no se defiende con abrazos y osos amorosos. Si se defendiera así yo soy el primero en apoyar a una delegación formada por Manuela Carmena, Carla Antonelli y toda esa troupe chavista-comunista para defenderla. Pero es algo imposible, casi surrealista que suceda, porque la cobardía la lleváis en la sangre. Si hasta a mí me parece bien que critiquéis al ultra catolicismo (yo lo critico, en eso me diferencio de vosotros), pero chicos y chicas vamos a ser coherentes. Al menos ¿lo vais a intentar?
El atentado de Orlando, no solo ha sido por homofobia, ha sido un atentado al odio de todos los que somos libres, por mucho que esa izquierda sectaria y bolivariana nos hable de “heteropratiarcado”. Nos odian, pero vosotros seguís sin entenderlo. Era un homosexual reprimido porque su religión odia a los gays y nos quiere muertos. Yo no voy por ahí asesinando a comunistas y fascistas porque tenga un conflicto personal. No me gustan, pero son libres de tener su ideología. Lo mismo hacéis con Israel, abomináis de los judíos mientras defendéis el derecho del pueblo terrorista palestino homófobo, cuando en Israel se respetan los “derechos” LGTB. Yo no lo entiendo y como yo, muchos. Yo espero fervientemente un pride gay en Palestina, ¿ustedes cuándo’? Sois cobardes hasta que me demostréis lo contrario.
Mi madre, a la que admiro y me quiere por lo que soy, no por mi orientación sexual, me decía el otro día: ¿Qué quieren estos decir con el progresismo? El verdadero progresismo es defender la libertad, eso le contesté. No hay más, hasta defender al que piense distinto. Pero esa palabra es urticaria para el progresismo. ¿Le vais a echar arrojo a criticar a todo por igual? No lo creo, por mucho que no quiera perder la esperanzas, sois cobardes aparte de sectarios. Y eso es muy triste, penoso. Pienso que tenéis un trauma, pero para eso hay muy buenos profesionales. Todo se puede superar.
Tú puedes ser gay de izquierda y de extrema izquierda, antisemita, pro-islamista pero respeta la libertad de otros gays que no se sienten indentificados por vosotros, ahí está la libertad, pero ante todo demuestra que eres valiente con todas las religiones.
A partir de ahora, me podéis llamar homófobo, gay reprimido, facha, franquista… Pero soy libre, eso no me lo vais a quitar, esa libertad que odiais por ser diferente, contra ella no podéis. Soy liberal, no distingo a fascistas y comunistas (como diría mi querida @MuyLiberal), me producen el mismo asco. Por eso desde aquí aprovecho: No confundan a los gays que son individuos libre con el colectivo LGTB, ya sea la @FELGTB o @arcopoli, a mí como a muchos, no me representan.
Siempre voy a defender mi libertad individual ante todo, ya sean islamofascistas, ultracatólicos, etc. Yo desprecio todo tipo de sectarismo (aunque a veces me ponga muy burro en las redes sociales; yo también he caído en esa aversión de las dos Españas, y he sobrepasado mis límites de educación. No hay que seguir a la provocación del que discrimina por pensar diferente). El Islam no es una religión, es una ideología que ataca nuestra libertad, como el marxismo. Cuando comprendáis eso, seréis tan libres como yo, mientras tanto vuestra cobardía os supera, o quizá no es cobardía, es pasión por esa religión. Sois libres, pero no tenéis la verdad absoluta sobre los demás. Yo es que no quiera ser un valiente, ni lo pretendo, pero no me voy a “amariconar” porque unos oligofrénicos radicales islamistas quieran destruirme. No es cuestión de ser un héroe, es cuestión simplemente de defender la libertad.
El mismo odio que tenéis con el obispo Cañizares, demostradlo por aquellos imanes islamistas que también nos odian. No hay diferencias, se llama sentido común. Pero para vosotros siempre estará “pero los católicos más, y todos los musulmanes no son terroristas, pero todos los pederastas son curas.” Es la incoherencia progresista. Por eso os pido que cuando habléis de los derechos LGTB, hablar por vosotros, no por todos. Yo cuando nací vine al mundo con dos derechos: el de la vida y de la propiedad privada. Aunque os duela, y me llaméis sinvergüenza, ni Zerolo, ni Shangay Lilly, ni Carla Antonelli, han representado esos “supuestos derechos”. Esos “derechos” soy yo.
Los derechos no son ser de izquierda, son el ser libre. No puedo sentirme representado por sectarios ni cuotas floreros. A mí me representan los valientes, los individuos libres, sin etiquetas, las personas.
La consecuencia necesaria del derecho del hombre a la vida es su derecho a defenderse.
Ayn Rand