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¡ROSITA!
Habanero2000 - Hoy, no voy a hablar de calles, escalinatas, guaguas ni heladerías. Aunque un espectáculo de ella bastaba para que se reunieran más personas que las que transitan por la Rampa en una semana, más de las que cabian en un camello repleto a la hora pico. Ni hablar de la variedad de personajes, lo mismo podias encontrarte a una viejita de mas de 90 años que juraba que había ido a la escuela con ella, a una niñita de 6 años preguntandole a la mamá; y cuando sale, quiero verla, que una loca de carroza que venía a ver a su ídolo. No es un helado, pero millones de cubanos la hemos saboreado montones de veces sin cansarnos de repetir una y otra vez, sin aburrirnos. Como dijo un locutor mejicano una vez, ella, es ¡una ROSITA, que vale un ramo!
Cuando llego el absurdo y ser vedette, usar plumas, lentejuelas, era casi un pecado mortal, ella, no acepto quitarse ni una sola lentejuela, ni la mas pequeña pluma. Cuando los gays fueron perseguidos y excomulgados, ella, les abrio sus brazos y su Corazon. Me contó un amigo que en una ocasión,en el teatro musical de la Habana, en el intermedio, salieron muchos afuera a fumar, se apareció un camión a hacer una recogida de gays. Alguien avisó a la Fornes, que se subió el vestido y salio a enfrentarse a la policía, fue tajante; ¡O los sueltan a todos o me suben a mi al camion! Desafiar a Rosita,era mas de lo que ellos se atrevian a hacer, todos regresaron al teatro. Esa noche, aplaudieron a rabiar a la artista, pero tambien se pusieron de pie para aplaudir al ser humano, a la amiga incondicional.
Recuerdo cuando presentó La Fornes tridimensional, estuvo semanas en cartelera ,en el teatro inmenso de la Habana, sin apoyo de la prensa que se negaba a promocionarla, no la necesitaba. Durante años ella fue la única capaz de abarrotar y desbordar ese teatro. Me cuenta un amigo que la pudo ver en el Amadeo Roldan, antes que el fuego lo destruyera , que vió a un grupo de bailarines subirla al piano de cola y sobre él bailar, segura que un angel evitaría cualquier caida. La ví en muchos musicales, películas, obras de teatro, recuerdo ,entre muchas, Confesión en el barrio chino, donde demostró a todos que es una gran actriz, por si acaso alguien tenía dudas. Recuerdo cuando recibió el premio de interpretación en el Guzman, una amiga mia, casi de la edad de Rosita, siempre la criticaba para mortificarme. Cuando Rosa se levantó como un sol a recoger su premio, mi amiga se puso de pie, aplaudio, la mire de reojo ,me dijo, hoy esta bellisima.
Podriamos estar días hablando de La Fornes,han sido muchos años de trabajo, de bastar su nombre para repletar los teatros, son varias las generaciones de cubanos que la hemos admirado.Durante años centralizó programas de televisión, esas noches en que ella inundaba los hogares cubanos, en mi casa se comía temprano, mami fregaba y todos nos sentabamos a disfrutarla, los ratings, no se median, ella hubiera batido records, con o sin competencia.
Algunos le han criticado haberse quedado en Cuba. Una noche en una fiesta en su honor, en casa de amigos, me acerqué a ella y le dije; gracias por quedarte en Cuba, por ser nuestra ventana al glamour, al arte a la belleza, los que nos demoramos en salir, los que se quedaron, te disfrutamos tanto que no podemos imaginar todo este tiempo sin ti
Durante muchos años, su edad era algo asi como un secreto de estado, la comidilla nacional, la especulación de todos. Cuando tendría en realidad mas o menos 60 años, un tió mío, un día llego a mi casa y muy serio nos llamó y nos dijo que le habian dicho la verdadera edad de Rosita, 80 años! Nos quedamos atónitos, imposible! Y asi todos le sumaban años, como ella misma dijo al cumplir 80 años,(de verdad) si todo hubiera sido cierto,ella tendría ahora alrededor de 400 años, ¿se imaginan? Recuerdo las palabras de Enrique Santiesteban , al cumplirse 20 años de San Nicolas del Peladero; Rosita, fuiste linda antes del programa, durante el programa y ahora que se acaba, seguiras siendo linda!. Tambien recuerdo a Pinelli, que la adoraba y cada vez que la presentaba, se emocionaba y tejía halagos y piropos.
Rosita, reunió talento, belleza, tesón y fuerzas para subirse a un escenario, hacer de todo y hacerlo bien, pero las hadas del cuento, al nacer le dieron un don extra, un angel extraordinario, una luz que va mas allá de su talento o belleza. La he visto compartir escenarios con muchos artistas de gran talento, pero a su lado se eclipsaban, para ella, no ha habido nunca escenario grande, los desborda, los hace pequeños al influjo de su magia, esa magia que la ha acompañado siempre y que le ha permitido reinar en nuestros corazones, por muchos años.
Hemos tenido el privilegio de coincidir con ella en tiempo y espacio, disfrutarla, aplaudirla, ella es parte importante de la historia de la televisión Cubana, de nuestro teatro lírico, de nuestra cultura en general, es una Rosita que es todo un jardín!
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ROSITA FORNÉS LA MÁS GRANDE
Por Ramón Fajardo
Rosita Fornés, cuyo verdadero nombre es Rosalía Palet Bonavia, nació en 1923 en Nueva York, donde se encontraban temporalmente sus padres, una pareja de españoles radicados en Cuba. En 1925 vino para La Habana con su madre, que contrajo segundas nupcias en esta capital.
La familia se trasladó luego a España y allí permanecieron hasta el estallido de la guerra civil, en 1936, cuando regresaron a Cuba. Con el nombre artístico de Rosita Fornés (primer apellido de su padrastro), el 12 de septiembre de 1938 obtuvo el primer premio en el espacio de aficionados intitulado “La Corte Suprema del Arte”, de la radioemisora CMQ, al cantar la milonga La hija de Juan Simón, secundada por el guitarrista español Manuel Tirado.
Por aquel entonces recibió algunas clases de prestigiosos profesores: Mariano Meléndez (canto), Enriqueta Sierra (declamación) y Margarita Lecuona (ballet). Esa sería toda su formación, pues el resto se debería a su intuición, su musicalidad y el ejercicio cotidiano sobre las tablas al lado de directores y primeras figuras del arte que le transmitieron experiencias y conocimientos.
Contratada por Antonio Palacios ─ su padre artístico ─ hizo su debut teatral en 1941 en el Principal de la Comedia en la zarzuela “El asombro de Damasco” (Zobeida). Aquel año Ernesto Lecuona la llevó a una compañía de arte lírico fundada por él en ese coliseo con la que Rosita Fornés participó en el estreno en Cuba de “La del manojo de rosas” (Clarita) y actuó en “Los gavilanes” (Rosaura) y “La viejecita” (Luisa).
A continuación integró la compañía de arte lírico creada por Miguel de Grandy y como miembro de ella trabajó en el Martí entre 1941 y 1942. Momentos memorables de su presencia en aquel colectivo durante ese último año se asociarían al estreno en la isla caribeña de la zarzuela española “Luisa Fernanda” (Duquesa Carolina); su debut en “La viuda alegre” (Ana de Glavary) y “Doña Francisquita” (rol titular); sus primeras actuaciones en “Las leandras”, “Don Gil de Alcalá”, “El rey que rabió” (M: Ruperto Chapí / L: Vital Aza), “La verbena de la Paloma”, “La duquesa de Bal Tabarin”, y su primera presentación en el teatro dramático con la doña Inés, del “Don Juan Tenorio”.
En esta etapa fueron notables las actuaciones realizadas por la cantante y actriz en zarzuelas, sainetes, revistas y operetas, género en el que Rosita Fornés llegaría a obtener extraordinarios éxitos en un vasto conjunto de títulos representativos: “La casta Susana”, “El soldado de chocolate” (M: Oscar Straus / L: Jacobson y R. Bernauer, basado en la obra “Arms and the man”, de George Bernard Shaw), “La Princesa de las Czardas” (M: Emmerich Kalman / L: Leo Stein y Bela Jembach), “La danza de las libélulas”, “La Princesa del Dólar” (M: Leo Fall / L: A. M. Willner y F. Granbaum) y, sobre todo, en “La viuda alegre”.
El 28 de noviembre de 1942 se presentó en el Campoamor con la Compañía Teatro Romántico, fundada por Miguel de Grandy, en la obra “La novela de un joven pobre”. Para ese colectivo protagonizo, además, “La dama de las camelias”, de Alejandro Dumas (3 de diciembre de 1942).
Entre febrero y octubre de 1943 integró la Compañía de Mario Martínez Casado en el Principal de la Comedia, donde actuó en numerosas puestas en escena: “Los hijos artificiales” (Joquin Abati y Federico Reparaz), “Un bebé de París” (Juan Fernando Darthes y Carlos S. Damel), “Las Don Juanes” (Alfred Savoir), “Yo le cedo mi señora” (Pierre Sandre), “El perfume del pecado” (Stear Gipsy), “El infierno” (Joaquín Abati y Antonio Paso), “Dueña y señora” (Leandro Navarro y Adolfo Torrado), “La papirusa” (ibidem.), “La locura de don Juan” (Pedro Muñoz Seca), “Morena Clara” (Antonio Quintero y Pascual Guillén), “Doña Diabla” (Luis Fernández de Ardavín)…También en el Principal de la Comedia, a finales de diciembre de 1943, formó parte de la Compañía de Edgardo Lescano Abella y con ella interpretó dos títulos de Carlos Arniches: “La chica del gato” y “La tragedia de Marichu”.
Sin interrumpir sus faenas radiales, en 1944 figuró en la nómina de otra compañía de arte lírico creada por De Grandy y con su elenco protagonizó dos zarzuelas de Ernesto Lecuona en el Campoamor: “La de Jesús María” (Charo) y “María de los Ángeles”. Por los méritos acumulados hasta entonces, el 11 de julio de 1944 se le rindió un homenaje en el Principal de la Comedia, escenario de muchos de los principales triunfos de la etapa inicial de su desempeño artístico.
En 1945 trabajó en un espectáculo de Ernesto Lecuona en el Gran casino Nacional. Luego hizo su primera salida al exterior: México y filmó su película prístina para la cinematografía azteca: “El deseo” (dir: Chano Urueta).
Regresó a La Habana y fundó la Compañía Rosita Fornés, que entre mediados de junio y julio de ese año llevó un grupo de piezas al proscenio del Principal de la Comedia: “El último lord” (Hugo Falena), “Casa de muñecas” (Henrik Ibsen), “Cásate y verás” (Miguel Mihura y Andrés J. de La Prada), “Samgre gorda” (Serafín y Joaquín Álvarez Quintero)…
De visita en La Habana, el empresario, director artístico y escritor argentino Roberto Ratti contrató en noviembre de 1945 a Rosita Fornés como primera vedette de la Compañía de Revistas Modernas, que debutaría en diciembre de ese año el Arbeu, de la ciudad de México con la pieza “Ritmos y canciones de América”. Se iniciaba así un período de siete años de permanencia de la artista criolla en suelo mexicano que culminarían en un éxito total con su actuación en esa revista y otras que después protagonizó en el Lírico y el Tívoli y, en las cuales departió con Hugo del Carril, Libertad Lamarque, Toña la Negra, Pedro Vargas, Néstor Mesta Chayres, Tongolele, Ana María González y otras personalidades de la época, aparte de las películas en que participó.
Durante 1947 la Asociación de Periodistas de los Estados Unidos Mexicanos la proclamó “Primera Vedette de México”, en tanto que dos años más tarde la Prensa Asociada de los Estados Unidos Mexicanos le concedió el título de “Primera Vedette de América”. Casada desde 1948 con el actor, director artístico y empresario mexicano Manuel Medel, ambos formaron compañía tres años después para actuaciones en Mérida, e incorporaron a su colectivo a los notables cantantes líricos españoles Pepita Embil y Plácido Domingo (padre).
Separada de Medel, regresó a La Habana en 1952. De inmediato se incorporó a los programas estelares de la recién iniciada televisión cubana, en la que conocería a Armando Bianchi, a quien luego estaría unida en la vida y el arte hasta que él falleció en 1981. En el decenio de los cincuenta, la Fornés consolidó su prestigio y popularidad en tal medio de difusión. Protagonizo zarzuelas, operetas, dramas, comedias y llegó a tener espacios fijos, de los cuales ─ junto con Bianchi ─ el más famoso sería “Mi esposo favorito”. Este posibilitó que recayeran en ambos los títulos de Miss y Mister Televisión 1953. Al siguiente año se incorporó en el Martí a la Compañía de Vodevil de Mario Martínez Casado.
Armando Bianchi y la Fornés viajaron en 1957 a España, donde ella debutó en el Cómico, de Barcelona, en la revista “Linda Misterio” (M: Augusto Algueró / L: M. Filos). Después, en la capital del país ibérico, hizo en el teatro Madrid “Los siete pecados capitales (M: A. Algueró y Daniel Montorio / L: Adolfo Torrado), en el Calderón “Paz, amor y la gran vida” (M: Enrique Cofiner / L: José Luis Navarro y Romero Marchent), mientras que en el Alcázar “Tócame Roque” (M: Morales y E. Cofiner / L: J. Muñoz Román).
Retornó a Cuba en 1959 y volvió a sus presentaciones teatrales. En la televisión empezó a actuar esporádicamente en los espacios de variedades con mayor audiencia y tuvo programas a su cargo: “Lunes de la Shell”, “Desfile de éxitos”, “Cita con Rosita”, “Su noche favorita”… A través de “Comedia del domingo” y “Teatro-ICR” protagonizó las obras “Morena Clara”, “Dulce pájaro de la juventud” (Tennessee Williams), “El hombre en la piel de víbora (ibidem.), “Filomena Marturano (Eduardo de Filippo), “Mesas separadas” (Terence Mervyn Rattigan) y “Los Delfines” (Jaime Salón), entre otros títulos de una extensa listado de títulos teatrales adaptados a la pantalla chica.
Participó en 1962 en la fundación del grupo Teatro Lírico que hizo su primera temporada en 1963 en la sala García Lorca. Con esa agrupación protagonizó “La viuda alegre” (1963 y 1967), “La Princesa de la Czardas” (1964), “María la O” (1964, 1978 y 1999), “La verbena de la Paloma” (1965), “El conde de Luxemburgo” (1966)…
Su actuación teatral después de 1959 experimentaría momentos de relevancia con las puestas en escena de “La permuta” (Juan Carlos Tabío), “Canción de Rachel” (Miguel Barnet), “Hello Dolly” (M: Jerry Herman / L: Michael Stewart, basado en la novela “The match-maker”, de Thornton Wilder), “Vivir en Santa Fé” (M: Juan Formell / L: Nicolás Dorr), “Para matar a Carmen” (José Milián),”Confesiones en el Barrio Chino” (Nicolás Dorr) y “Nenúfares en el techo del mundo” (ibidem.).
Asimismo ha hecho actuaciones en Honduras (1954), Estados Unidos (1947, 1950, 1996, 1999, 2003), Venezuela (1950), Hungría, Unión Soviética, Bulgaria y Rumania (1966), Polonia (1968), Mongolia (1979), y en varias ocasiones México a partir de 1960. Desde 1977 empezó a centralizar grandes espectáculos teatrales: “La Fornés Tridimensional” (dir: Joaquín M. Condal), “La Fornés en el Musical” (dir: Héctor Quintero), “Ser artista” (dir: Alfonso Menéndez), “Vedettísima” (dir: Raúl de la Rosa)…
Su filmografía incluye también las películas: “Una aventura peligrosa”, “Romance musical”, las realizaciones mexicanas “Se acabaron las mujeres” (1946, dir: Ramón Peón), “La carne manda” (1948, dir: Chano Urueta), “Cara sucia” (1949, dir: Carlos Orellana), “Mujeres de teatro” (1951, dir: René Cardona), “Del can can al mambo” (1951, dir: Chano Urueta), “Piel canela” (1953, coproducción mexicano-española, dir: Juan José Ortega), “El mariachi desconocido” (1953, México, dir: Gilberto Martínez Solares), “Hotel Tropical” (1954, coproducción cubano-mexicana, dir: Juan. J. Ortega), “No me olvides nunca” (1956, coproducción mexicano-cubana, dir: Juan José Ortega), “Palmer ha muerto” (1961, coproducción española-puertorriqueña, dir: Juan Fortuny), “Se permuta” (1984, ICAIC, dir: Juan Carlos Tabío), “Plácido” (1986, ICAIC, dir: Sergio Giral), “Hoy como ayer” (1987, ICAIC, dir: Constante Diego y Sergio Véjar), “Papeles secundarios” (1989, coproducción cubano-española, dir: Orlando Rojas), “Quiéreme y verás” (1994, ICAIC, dir: Daniel Díaz Torres), “Las noches de Constantinopla” (2001, ICAIC, dir: Orlando Rojas), “Al atardecer” (2001, dir: Tomas Piard, filme para la TV cubana).
A lo largo de una trayectoria profesional de más de siete décadas ha podido departir en la radio, el teatro, la televisión, el cine y el cabaret con casi la totalidad de los más famosos artistas que ha tenido Cuba en esos años. Su discografía abarcaría los títulos “Rosita Fornés y Armando Bianchi con la Orquesta Riverside”, “Nuestra primera vedette Rosita Fornés”, “Rosita Fornés”, “Canciones de Ayer y de Siempre”, “Rosa del tiempo”…Se le han otorgado numerosos reconocimientos: Premio de Actuación Femenina (Festival de Teatro de La Habana 1984), Artista Emérita de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (1988), Orden Félix Varela (1995), Premio Nacional de Teatro (2001), Premio Nacional de Televisión (2003), Premio Nacional de Música (2005)…
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