Los que huyen de la crisis permanente
Los que huyen de la crisis permanente
Según reporte de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras,
la cantidad de cubanos que llegan a EEUU desde el 2011 se ha quintuplicado
ILIANA LAVASTIDA
Como especulaciones de la prensa internacional calificaron los medios oficialistas cubanos la repercusión noticiosa de la inminencia de una nueva etapa de restricciones económicas para Cuba.
Pero lo más importante de las consecuencias de ese anuncio, que fue una clara interpretación de las palabras del entonces ministro cubano de Economía, Marino Murillo, no son las miles de etiquetas emitidas contra los artículos periodísticos que se anticiparon a lo que significaría para la isla el agravamiento de la crisis.
Lo que alcanza notoriedad y constituye un medidor irrebatible de lo que representa para los cubanos la advertencia de la probabilidad de un nuevo “período especial”, es el incremento incontrolable de las decenas que por días deciden arriesgar sus vidas y escapar del país, a como dé lugar.
Según estadísticas publicadas en un reporte de la agencia española EFE, en los últimos cinco años la llegada de cubanos a EEUU se ha quintuplicado. De 7.787 contabilizados al cierre del año fiscal 2011, para el 2014, la cifra se elevó a 23.752.
Pero el aumento de este éxodo fragmentado e indetenible cobró fuerza desde que en diciembre de 2014 EEUU y Cuba anunciaron el restablecimiento de sus relaciones comerciales y diplomáticas.
Durante las más de cinco décadas, que ambas naciones se mantuvieron como enemigos irreconciliables, los cubanos que arribaron a territorio estadounidense gozaron del privilegio de un estatus migratorio preferencial.
En este momento, las leyes que amparan a los inmigrantes cubanos y les conceden la posibilidad de legalizar su situación migratoria en un tiempo relativamente corto, permanecen vigentes.
Sin embargo, los pasos dados por la actual administración respecto a Cuba, en los que se ha visto un marcado interés de hacer concesiones al régimen de La Habana, generan incertidumbre y especulaciones sobre la posibilidad de que los privilegios migratorios de los cubanos sean derogados en cualquier momento.
Durante 48 horas, a través de las costas del sur de la Florida habían arribado un total de 60 cubanos, entre ellos, una mujer en estado de gestación y un menor de 4 años, según el reporte de medios locales.
El domingo 17 de julio, por las costas de Cayo Largo llegaron 13 hombres. El lunes siguiente, en la mañana, después de seis días de navegación, arribaron otros nueve por el norte de Cayo Largo. Ese mismo día, pero por Key Colony Beach llegaron tres y también el lunes, pero en horas de la noche, 40 balseros arribaron a Florida.
Mientras no quede derogada la norma conocida como pies secos/pies mojados los inmigrantes cubanos que lleguen por mar y logren tocar suelo estadounidense sin ser interceptados por las autoridades, cuentan con el derecho de acogerse a la Ley de Ajuste gracias a la cual, al año y un día de residir de forma ininterrumpida en EEUU, pueden solicitar el otorgamiento de la residencia legal.
Pero la estampida de cubanos que buscan llegar a EEUU no se está dando únicamente por vía marítima. La travesía que un gran número realiza a través de Centro y Suramérica, sorteando todo tipo de obstáculos, ha sido calificada por analistas como el nuevo éxodo terrestre que en muchos casos y debido la negativa de trasiego por sus territorios de algunos países de la región, ha desencadenado en la repatriación de muchos.
Nada frena el éxodo
La opción de apertura a la economía de mercado que intenta aplicar el Gobierno de la isla con las llamadas reformas, a juzgar por la falta de confianza en el futuro del país que demuestran los cubanos, no constituye un incentivo para retener en el país ni a su juventud, ni a las fuerzas calificadas que no encuentran más opción que escapar.
La esperanza de los cubanos en su país está cautiva. Más allá de doctrinas políticas y de ideologías, la oleada creciente de inmigrantes cada año constituye un argumento irrefutable.
Muchos de los que se van de Cuba se califican a sí mismos como inmigrantes económicos, pero detrás del sistema económico del que escapan, más allá de los elementos externos que funcionan como justificación para la ineficiencia, la única y verdadera razón de la estampida creciente, es el empecinamiento de un proceso político fracasado que convirtió al país en una tierra de ausentes.