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General: La comunidad LGTB saluda los acuerdos de paz en Colombia
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Resposta  Missatge 1 de 3 del tema 
De: CUBA ETERNA  (Missatge original) Enviat: 28/09/2016 18:34
La comunidad LGTB saluda los acuerdos de paz en
Colombia, que por primera la reconocen como víctima del conflicto
 
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La importancia de votar No en Colombia, mirado desde otro punto de vista 
Gran noticia de la que nos felicitamos los que hacemos Dosmanzanas, que tantas muestras de aprecio recibimos de las personas que nos seguís desde América Latina. La firma del acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC ya se ha producido. Queda aún por solventar un importante escollo, el plebiscito convocado el próximo domingo. Pero será luego cuando llegue lo difícil: llevarlo a la realidad. Pero desde la perspectiva LGTB, que es la que a nosotros nos interesa, un dato nos hace ser optimistas: por primera vez un acuerdo de este tipo incorpora el enfoque de género, de forma que “se garantice la inclusión y el ejercicio de los derechos en igualdad de condiciones para toda la sociedad y específicamente para las mujeres y la población LGBTI”. Un aspecto que ha sido saludado por los colectivos colombianos.
  
Más de 260.000 personas asesinadas entre 1985 y 2015. Casi 50.000 desaparecidas. Más de 37.000 secuestros. Más de 11.000 víctimas de minas antipersona. Más de 12.000 víctimas de violencia sexual. Casi 10.000 personas torturadas. Mas de seis millones y medio de desplazados. Son algunas de las cifras que ilustran la magnitud de la tragedia que ha asolado Colombia durante años de enfrentamiento entre Gobierno colombiano, guerrrilla de las FARC y fuerzas paramilitares. Un doloroso conflicto al que por fin se vislumbra una salida real tras varios años de diálogo entre el gobierno de Juan Manuel Santos, que ha sido capaz de resistir los embates del uribismo, y las FARC, materializados en los acuerdos de paz refrendados en Cartagena de Indias este lunes, 26 de septiembre, y que aún debe recibir el visto bueno de los colombianos en el plebiscito convocado el próximo 2 de octubre y autorizado el pasado julio por la Corte Constitucional.
  
Unos acuerdos que por primera vez en un proceso de paz de este tipo incorporan de forma expresa el enfoque de género y diversidad sexual, como bien ha celebrado el colectivo Colombia Diversa, que no ha dudado en lanzar en redes sociales la campaña#PazEsDiversidad en apoyo al “sí” en el plebiscito. Unos acuerdos que por primera vez en un proceso de paz de este tipo incorporan de forma expresa el enfoque de género y diversidad sexual, como bien ha celebrado el colectivo Colombia Diversa, que no ha dudado en lanzar en redes sociales la campaña #PazEsDiversidad en apoyo al “sí” en el plebiscito.
 
Y es que, según ha expresado este colectivo, “los prejuicios sociales con respecto a las orientaciones sexuales e identidades de género diversas, la exclusión estructural y la pobreza hacen a las personas lesbianas, gais, bisexuales y trans vulnerables a los crímenes perpetrados por parte de los grupos guerrilleros, paramilitares y la Fuerza Pública en un conflicto armado. A su vez el conflicto armado agrava y profundiza ciertas formas de violencia y exclusión social contra la población LGBT”. “Bajo ningún mecanismo la construcción de una Colombia en paz puede implicar el retroceso en la garantía de los derechos que han sido reconocidos a gays, lesbianas, bisexuales y trans. Colombia Diversa está convencida de que la paz incluye la posibilidad de desarrollar una vida en condiciones dignas en la que prevalezca el respeto por la singularidad, la igualdad de oportunidades y la justicia social”, ha añadido.
 
Colombia Diversa defiende el “sí” en el plebiscito del próximo domingo porque los acuerdos reconocen como víctimas a las personas LGTB, les permite exigir justicia individual y colectiva por los daños motivados por la LGTBfobia y les reconoce el derecho a una atención diferencial y a una reparación integral como víctimas del conflicto. Permite, asimismo, que las personas LGTB se involucren el la construcción de la paz, asegurándoles que los derechos adquiridos serán realidad en todos los territorios de Colombia: Colombia Diversa defiende el “sí” en el plebiscito del próximo domingo porque los acuerdos reconocen como víctimas a las personas LGTB, les permite exigir justicia individual y colectiva por los daños motivados por la LGTBfobia y les reconoce el derecho a una atención diferencial y a una reparación integral como víctimas del conflicto. Permite, asimismo, que las personas LGTB se involucren el la construcción de la paz, asegurándoles que los derechos adquiridos serán realidad en todos los territorios de Colombia.

También el colectivo Caribe Afirmativo defiende con ahínco los acuerdos de paz y se muestra firmemente partidario del “sí”. Las razones las explica bien el siguiente vídeo, realizado por Caribe Afirmativo con el apoyo de la Fundación Friedrich Ebert:

Caribe Afirmativo, de hecho, ha organizado a lo largo de este mes de septiembrediversos talleres con personas LGTB sobre el acuerdo y ha anunciado la apertura de cuatro “casas de paz” en localidades del Caribe colombiano en las que víctimas LGTB del conflicto armado puedan superar los estragos de la guerra.
 
El líder de las FARC recuerda al colectivo LGTB
Una buena señal, sin duda, es que durante el acto de firma de los acuerdos de paz el líder de las FARC, Rodrigo Londoño (conocido también por su apodo, “Timochenko”), haya incluido expresamente al colectivo LGTBI en sus agradecimientos por apoyar el proceso de paz, junto a “artistas, campesinos, comunidades religiosas, niños del país y partidos políticos”.
 
Esperamos y deseamos que el camino que ahora empieza, y que será largo y difícil de transitar, acabe desembocando en una paz verdadera en la que las personas LGTB en Colombia se sientan cómodas. Y que al mismo tiempo que la situación jurídica del colectivo mejora en ese país (aún con serias amenazas, como la iniciativa de referéndum contra la adopción por parejas del mismo sexo y personas solteras que promueve la senadora Viviane Morales) lo haga la situación social.

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Resposta  Missatge 2 de 3 del tema 
De: CUBA ETERNA Enviat: 28/09/2016 18:39
OTRA forma de interpretar y ver el PLEBISCITO
 
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                                                                                                                                                                                 Foto The New York Times
La importancia de votar No en Colombia 
            Por Marta Lucía Ramírez  - The New York Times
El 4 de febrero de 2008 ocurrió la manifestación pública más multitudinaria en la historia de Colombia. Miles de ciudadanos, tradicionalmente apáticos, salieron a las calles espontáneamente para protestar por los continuos secuestros y crueldad de la guerrilla de las Farc, la reciente masacre de once diputados del departamento del Valle luego de cinco años de cautiverio y la frustración por las demoras de la Operación Emmanuel, en la cual serían liberadas Clara Rojas y su hijo. El mensaje fue uno solo: “No más Farc”, y reveló la unión de los colombianos para condenar la violación de los derechos humanos por el grupo guerrillero.
  
En 2012, el gobierno de Juan Manuel Santos comenzó las negociaciones con las Farc y tras cuatro años de diálogo, el acuerdo firmado para reintegrar a 7000 guerrilleros ha polarizado por completo a nuestra sociedad de 46 millones de colombianos y ha generado una atmósfera de división e intolerancia.
 
Esta división comenzó durante la campaña presidencial de 2014, cuando el gobierno de Santos, quien buscaba su reelección, se apropió de la bandera de la paz con un mensaje engañoso: los que estaban a favor de la paz apoyaban la reelección de Santos y quienes competían contra él, eran amigos de la guerra. Ahora, al final de la negociación, el gobierno vuelve a usar la misma estrategia: los amigos de la paz apoyan el acuerdo y son enemigos de la paz quienes tienen críticas.
 
Es evidente que tras 50 años de muertes, masacres, secuestros, reclutamiento de menores, terrorismo, narcotráfico y millones de desplazados, el pueblo colombiano anhela la paz. Todos estamos a favor de la paz, pero no todos estamos a favor de un acuerdo que, para terminar el conflicto con las Farc, debilita nuestras instituciones y el Estado de derecho, y que permite que crímenes de lesa humanidad queden sin una condena adecuada y que los responsables entren a la política, con riesgos para el futuro de nuestra democracia.

El acuerdo tiene apoyo internacional y de varios sectores nacionales, por el enunciado ambicioso de sus capítulos y gracias a avances indiscutibles en los capítulos de desarrollo del campo colombiano, fin del narcotráfico, desmovilización y entrega de armas y participación política de las Farc. Sin embargo, el texto final muestra un desbalance preocupante, puesto que las Farc obtienen la mayor parte de los beneficios con muy pocas obligaciones a su cargo, mientras que el gobierno, en representación de todos los colombianos, adquiere casi la totalidad de las obligaciones.
 
Para finalizar un conflicto de larga duración entre guerrilleros y el Estado debe haber concesiones, pero también es necesario que se garantice la no repetición. Por ello se debe negociar acatando las instituciones y el imperio de la ley con el verdadero compromiso de reparar a las víctimas.
 
El acuerdo no cumple lo anterior, principalmente por las siguientes razones:
 
Primero, las concesiones son extremadamente ventajosas para las Farc, un grupo calificado como terrorista por la mayor parte de la comunidad internacional. En materia de justicia, no tendrán prisión los crímenes contra el derecho humanitario como el reclutamiento de niños, la violación como arma de guerra, ni los secuestros, que en condiciones normales tendrían condenas de 30 años o más.
 
Segundo, el acuerdo facilita la existencia política de Farc otorgándoles diez escaños en el congreso durante dos periodos legislativos, tras lo cual deberán ganarlos mediante el voto. Adicionalmente, podrán participar en la elección de 16 escaños especiales de las zonas más afectadas por el conflicto y tendrán 31 emisoras y un canal de televisión para difundir su ideología, herramienta que no tienen los partidos políticos tradicionales de Colombia. También les asignarán los mismos recursos, del presupuesto nacional, que a los partidos tradicionales. Buena parte del país acepta que las Farc organicen un partido político, siempre y cuando se respete la constitución vigente, según la cual en su articulo 122, quienes hayan sido condenados por crímenes no pueden aspirar a cargos de elección popular.
 
Tercero, las Farc no reconocen su importante participación en el narcotráfico y el acuerdo tampoco les obliga a devolver esos recursos, ni los de los secuestros, extorsiones y minería ilegal. Al no devolverlos, tampoco contribuirán a reparar el daño a las víctimas y sí podrían usarlos en política. Tampoco están obligadas por el acuerdo a devolver las tierras arrebatadas a los campesinos, que son parte importante de los más de cinco millones de desplazados en Colombia.
 
El corto plazo para analizar el acuerdo y el mecanismo elegido por el gobierno para su refrendación, consistente en un plebiscito en el que los votos de menos del 10 por ciento de los colombianos podrán incorporar a la Constitución de Colombia, lo acordado en La Habana, generan preocupación, pues sabemos que el resultado de este plebiscito cambiará profundamente el curso de nuestro país.
 
Un conflicto prolongado debe terminar en una negociación, pero lo ideal para que la refrendación popular garantice legitimidad y estabilidad a largo plazo, habría sido una la votación individual de los puntos más críticos. El mandato del pueblo ratificaría con la votación mayoritaria los puntos positivos o, daría lugar a una segunda ronda de negociación en temas críticos como justicia y participación política de los responsables de crímenes de lesa humanidad.
 
Desafortunadamente, el plebiscito convocado por el gobierno para el 2 de octubre es todo o nada. Sí o No.
 
El gobierno ha presionado indebidamente el voto por el Sí diciendo que si no se ratifica el acuerdo tendremos guerra urbana, mientras Carlos Lozada, negociador plenipotenciario de las Farc, venía afirmando hasta la X Conferencia Guerrillera que si gana el No continuarían negociando.
 
Cada colombiano debe entender el momento histórico que vivimos, pues sin duda la entrega de armas de las Farc es un hecho de la mayor importancia y por ello hay que invitar a decidir libre y responsablemente sin presiones ni temor al terrorismo urbano.
 
Si gana el Sí, todos debemos respetar la decisión y aportar recomendaciones para que las leyes y reformas constitucionales para desarrollar el acuerdo no debiliten más las instituciones ni otorguen más ventajas a favor de las Farc o la coalición populista con sus grupos afines.
 
Si gana el No, el gobierno debe facilitar las condiciones para trabajar con la oposición y otros sectores para proponer a las Farc mantener del acuerdo todo lo que convenga, sin perder el esfuerzo de los últimos años y ajustar los puntos neurálgicos para lograr un acuerdo más equilibrado y benéfico para el común de los colombianos y nuestra democracia.
 
       ACERCA EL AUTOR
Marta Lucía Ramírez ha sido ministra de Comercio Exterior, ministra de Defensa, senadora y candidata presidencial en Colombia.

Resposta  Missatge 3 de 3 del tema 
De: CUBA ETERNA Enviat: 01/10/2016 16:01



 
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