Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Cuba Eterna
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 BANDERA DE CUBA 
 MALECÓN Habanero 
 *BANDERA GAY 
 EL ORIGEN DEL ORGULLO GAY 
 ALAN TURING 
 HARVEY MILK 
 JUSTIN FASHANU FUTBOLISTA GAY 
 MATTHEW SHEPARD MÁRTIR GAY 
 OSCAR WILDE 
 REINALDO ARENAS 
 ORGULLO GAY 
 GAYS EN CUBA 
 LA UMAP EN CUBA 
 CUBA CURIOSIDADES 
 DESI ARNAZ 
 ANA DE ARMAS 
 ROSITA FORNÉS 
 HISTORIA-SALSA 
 CELIA CRUZ 
 GLORIA ESTEFAN 
 WILLY CHIRINO 
 LEONORA REGA 
 MORAIMA SECADA 
 MARTA STRADA 
 ELENA BURKE 
 LA LUPE 
 RECORDANDO LA LUPE 
 OLGA GUILLOT 
 FOTOS LA GUILLOT 
 REINAS DE CUBA 
 GEORGIA GÁLVEZ 
 LUISA MARIA GÜELL 
 RAQUEL OLMEDO 
 MEME SOLÍS 
 MEME EN MIAMI 
 FARAH MARIA 
 ERNESTO LECUONA 
 BOLA DE NIEVE 
 RITA MONTANER 
 BENNY MORÉ 
 MAGGIE CARLÉS 
 Generación sacrificada 
 José Lezama Lima y Virgilio Piñera 
 Caballero de Paris 
 SABIA USTED? 
 NUEVA YORK 
 ROCÍO JURADO 
 ELTON JOHN 
 STEVE GRAND 
 SUSY LEMAN 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 
 
  Herramientas
 
General: ... SANTOS, EL NOBEL ... ¿Y AHORA QUÉ? ...
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: cubanodelmundo  (Mensaje original) Enviado: 12/10/2016 19:32
colombia_jmsantos_nobel2016.jpg (748×498)
Santos, el Nobel ¿y ahora qué?
              Carlos Alberto Montaner - El Nuevo Herald
Juan Manuel Santos obtuvo el Premio Nobel de la Paz a los cinco días de haber perdido el plebiscito en el que la mayoría de los colombianos rechazó los acuerdos suscritos con las FARC.
 
Ganó batallas después de muerto, como se cuenta del Cid Campeador. Juan Manuel Santos obtuvo el Premio Nobel de la Paz a los cinco días de haber perdido el plebiscito en el que la mayoría de los colombianos rechazó los acuerdos suscritos con las FARC.

¿Qué sucedió? Probablemente, la decisión final haya sido tomada hace varias semanas por los miembros del Comité Noruego del Nobel. Se daba por seguro que Santos ganaría el plebiscito por un amplio margen y el Premio reforzaría su autoridad moral.

El lunes 3 de octubre, cuando supieron en Oslo que Santos había fracasado, era muy tarde para revocar la selección. Ya todo estaba dispuesto y encaminado. Al fin y al cabo, el testamento de Alfred Nobel ordenaba que se galardonara a quien “más o mejor” haya luchado por la paz. De acuerdo con el veredicto de los colombianos, Santos no lo había hecho bien, pero llevaba varios años de esfuerzos.

No obstante, la concesión del Nobel llega en un momento extraño. El presidente Santos no acaba de aceptar que los acuerdos de paz fueron anulados por la decisión soberana del pueblo colombiano. En el plebiscito se les preguntaba si aprobaban o rechazaban los pactos consignados en el documento de 297 páginas y, contra todo pronóstico, los rechazaron. Esos acuerdos no existen, salvo como experiencia para comenzar de cero una nueva negociación.

Santos pudo fragmentar los pactos en diversas categorías y establecer un referéndum para que el pueblo decidiera lo que le parecía bien o mal, pero, como audaz jugador de Póker que es, decidió jugárselo todo a la carta del plebiscito, convencido de que no podía perder.

Con el objeto de triunfar, comprometió todos los recursos del Estado, dispuso ingentes sumas de dinero para propaganda, alineó tras su proyecto a figuras como el papa Francisco, al canciller norteamericano John Kerry, el rey de España Juan Carlos I, y hasta organizó una curiosa ceremonia en Cartagena en la que todos vistieron de blanco, el color de la paz, incluido Timochenko, el jefe máximo de las FARC, dueño de una espeluznante y violenta biografía.

Los partidarios del NO, en cambio, apenas tuvieron recursos, pero se movieron febrilmente por medio de las redes sociales, convencidos de que, si se aprobaban los acuerdos firmados en Cartagena y en La Habana, no sobrevendría la paz, sino un esperpento totalitario como el venezolano o el cubano. Se estaban jugando el modelo de Estado. Las FARC iban a lograr por otros medios lo que no habían conseguido por las armas.

Los acuerdos de paz suspendían la separación de poderes, anulaban el código penal, terminaban con el principio democrático de que todos los ciudadanos eran iguales ante la ley, y le otorgaban graciosamente a los narcoguerrilleros, además de subsidios cuantiosos, varios escaños en el parlamento, mientras los crímenes atroces cometidos por las FARC quedaban impunes bajo el manto benévolo de una justicia transitoria que tenía todos los síntomas de convertirse eninjusticia permanente.

Por otra parte, las medidas se parecían sospechosamente a las tomadas por Hugo Chávez en Venezuela para desmontar el Estado de Derecho propio de las democracias liberales. Santos, incluso, sería dotado de una especie de “ley habilitante” que le serviría para guiar a la nueva Colombia por una senda parecida. No en balde, los asesores de las FARC, que acabaron siéndolo de todos, eran los mismos comunistas españoles que construyeron la jaula jurídica en Venezuela.
 
¿Por qué fracasó Santos con su plebiscito si lo tenía todo “atado y bien atado”? Al menos, por cinco razones: porque su popularidad es de apenas un 21%, la más baja de todos los presidentes democráticos; porque la situación económica del país es muy mala y los colombianos le pasaron la cuenta; porque el NO lo encabezaron Álvaro Uribe, el político más valorado del país, y el respetado expresidente Andrés Pastrana; por la inmensa tarea pedagógica de figuras como Fernando Londoño, Plinio Apuleyo Mendoza e Iván Duque; y porque los acuerdos, realmente, eran muy perjudiciales para el país.

Ojalá que Santos advierta que no puede ignorar la voluntad de sus compatriotas expresada en las urnas. Recibió el Nobel de la Paz, no un permiso para hacer lo que le dé la gana.
  
Santos-Nobel-ahora_LPRIMA20161009_0098_25.jpg (667×375)


Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados