Page principale  |  Contacte  

Adresse mail:

Mot de Passe:

Enrégistrer maintenant!

Mot de passe oublié?

Cuba Eterna
 
Nouveautés
  Rejoindre maintenant
  Rubrique de messages 
  Galérie des images 
 Archives et documents 
 Recherches et tests 
  Liste de participants
 BANDERA DE CUBA 
 MALECÓN Habanero 
 *BANDERA GAY 
 EL ORIGEN DEL ORGULLO GAY 
 ALAN TURING 
 HARVEY MILK 
 JUSTIN FASHANU FUTBOLISTA GAY 
 MATTHEW SHEPARD MÁRTIR GAY 
 OSCAR WILDE 
 REINALDO ARENAS 
 ORGULLO GAY 
 GAYS EN CUBA 
 LA UMAP EN CUBA 
 CUBA CURIOSIDADES 
 DESI ARNAZ 
 ANA DE ARMAS 
 ROSITA FORNÉS 
 HISTORIA-SALSA 
 CELIA CRUZ 
 GLORIA ESTEFAN 
 WILLY CHIRINO 
 LEONORA REGA 
 MORAIMA SECADA 
 MARTA STRADA 
 ELENA BURKE 
 LA LUPE 
 RECORDANDO LA LUPE 
 OLGA GUILLOT 
 FOTOS LA GUILLOT 
 REINAS DE CUBA 
 GEORGIA GÁLVEZ 
 LUISA MARIA GÜELL 
 RAQUEL OLMEDO 
 MEME SOLÍS 
 MEME EN MIAMI 
 FARAH MARIA 
 ERNESTO LECUONA 
 BOLA DE NIEVE 
 RITA MONTANER 
 BENNY MORÉ 
 MAGGIE CARLÉS 
 Generación sacrificada 
 José Lezama Lima y Virgilio Piñera 
 Caballero de Paris 
 SABIA USTED? 
 NUEVA YORK 
 ROCÍO JURADO 
 ELTON JOHN 
 STEVE GRAND 
 SUSY LEMAN 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 
 
  Outils
 
General: Trump NO debe Forida al voto cubanoamericano de Miami
Choisir un autre rubrique de messages
Thème précédent  Thème suivant
Réponse  Message 1 de 1 de ce thème 
De: CUBA ETERNA  (message original) Envoyé: 16/11/2016 17:06
calle_8_gallo_cubano_miami.jpg (560×350)
Trump y el voto cubano de Miami
La mentira y el voto cubanoamericano de Miami
            Guillermo I. Martínez | El Nuevo Herald   
La verdad es que sigo sin entender la política de nuestro pueblo en el sur de la Florida.  Hace más de 16 años que oigo la misma cantaleta. Políticos, expertos en cuestiones electorales, y encuestadores repiten hasta la saciedad que el voto del exilio cubano está cambiando.
 
Explican con muchos detalles las razones por las cuales esto ocurre. Y la verdad es que lo que dicen tiene lógica. En una época el voto de los cubanoamericanos del sur de la Florida que vinimos en los primeros años de la revolución castrista era republicano cerrado. No se perdonaba al presidente John F. Kennedy por haber incumplido la promesa de ayudar a los cubanos que invadieron Cuba por Playa Girón.
 
Pero eso fue hace mucho tiempo, dicen los expertos. El voto de los hijos y nietos de esos primeros exiliados está cambiando. A ellos ya no les interesa tanto Cuba. Son más propensos a votar por los candidatos demócratas. Son políticas más modernas. Y además les agrada el acercamiento con la Cuba de los hermanos Castro.
 
A ellos no les importa que Obama haga todo lo que puede hacer sin violar la ley del embargo y que a cambio Cuba no de ni las gracias. Ellos repiten una y otra vez que la revolución no tiene marcha atrás. Y aquí repiten que el contacto de pueblo a pueblo es bueno y que va a ayudar a los cubanos de a pie.
 
Repito que no entiendo la política.
¿Cómo es posible que este exilio, que según los expertos cada día es más demócrata y menos republicano, siga eligiendo a tres congresistas republicanos. Ileana Ros-Lehtinen lleva más de 30 años en el Congreso y es la digna heredera del escaño que ocupara por muchos años Claude Pepper. Ambos siempre han mantenido una línea muy fuerte en contra de los comunistas en Cuba, y a la vez son más progresistas en cuestiones sociales.
 
Los otros –Mario Díaz-Balart y Carlos Curbelo– siguen una política parecida: duros en la política con Cuba e ideas moderadas en otras cosas. Por supuesto digo esto dentro del contexto del Partido Republicano, al cual todos pertenecen.
 
Joe García, el único demócrata en ocupar uno de estos escaños por dos años, volvió a aspirar. Dijo claramente que respaldaba la política hacia Cuba del presidente Obama y favorecería que levantaran el embargo a la isla. Curbelo, su oponente, fue tajante en su oposición.
 
De acuerdo a los expertos, una comunidad cada día más liberal debía haber respaldado a García, pero Curbelo le ganó a sombrerazos. Los congresistas cubanoamericanos barrieron. Los tres ganaron con enorme facilidad. Y eso que los encuestadores y expertos decían que el exilio cubano ha cambiado.
Pero hay más. El senador Marco Rubio también tiene una política fuerte en contra del régimen comunista de Cuba. Su oponente Patrick Murphy hizo campaña a favor de que levantaran el embargo. Hubo hasta un ricachón cubano que dice es republicano que dijo en forma abierta que había donado $100,000 a la campaña de Murphy para así ayudar a que le levantaran el embargo a Cuba.
 
Pero de nada le valió su donación. El dinero no compra dignidad ni humildad. El botó todo lo que dio.
 
Ahora vienen los estudios post-electorales. Resulta que el voto de los cubanoamericanos fue decisivo en la elección Donald Trump, el candidato republicano a la presidencia. Dicen que sacó más del 60 por ciento del voto de los exiliados. Y que conste que del exilio histórico cada día quedamos menos.
 
El almanaque es implacable.
Y esos mismos cubanos, entre los que vinieron por los Vuelos de la Libertad, los que vinieron por Mariel y los que llegan todos los días a las costas de la Florida, o a la frontera con México, cuando cumplen los años requeridos para hacerse ciudadano continúan con el patrón de voto de los cubanos que ya llevamos más de medio siglo en el exilio.
 
Los expertos no esperaban que Trump ganara la presidencia, o siquiera el estado de la Florida. Pero los cubanos del estado ayudaron a que ganara los 29 votos electorales de la Florida. Ayudaron a Rubio y a los tres congresistas de la zona.
 
Obama creyó en una encuesta hecha por la Universidad Internacional de la Florida. Y eso lo llevó a permitir que los que viajaran a Cuba pudieran traer todo el ron y tabacos que quisieran. El también se equivocó y Hillary Clinton pagó caro su equivocación.
 
Ahora hay que estar atentos a lo que hace Trump. Hay que ver si hace quedar bien a los cubanos que votaron por él o si vuelve al discurso estridente del comienzo de su campaña.
 
La mentira y el voto cubanoamericano de Miami
Los voceros de la extrema derecha cubana de Miami están atribuyendo   la victoria electoral  del candidato Republicano Donald Trump en el  Estado de La Florida  al apoyo que ellos le dieron en las urnas. En realidad nada  de ello está más  lejos  de la verdad.
 
Yo no sé si Donald Trump  se tragará  esa  mentira de conveniencia  fabricada por  el Lobby cubano de Miami, pero si el  nuevo Presidente de Estados Unidos no  es  tonto- y nada  de un pelo de eso parece tener  en su  rubicunda  cabeza-sabrá a ciencia cierta que su contrincante Demócrata   en las elecciones prudenciales   le ganó de calle por  amplísima mayoría  el Condado Miami-Dade  y  todo  el sur  del Estado  Floridano,  que  es precisamente  donde  está  concentrado   todo el voto de los cubanoamericanos,  lo que hace  suponer que buena parte  de  ellos  votaron por  Hillary Clinton y  no por  Donald Trump,  de acuerdo  a lo que   arrojan los  resultados electorales.
 
Otra prueba  de ello mas contundente aún, es  que  el Senador  Marco Rubio campeón del anti-castrismo  furibundo y niño lindo de la extrema derecha cubana  de Miami sacó  muchos  menos  votos  en el  Condado  Miami-Dade  que su contrincante Demócrata  Patrick Murphy quien abiertamente  proclamaba  su apoyo  a  la  política  de  relaciones  con Cuba  instaurada  por el Presidente Barack Obama. Dos pruebas  contundentes  de  que  la victoria  de Trump en La Florida nada tiene  que ver  con el  voto de los  cubanos de la extrema derecha.
 
Donald Trump  ganó La Florida  por  el  apoyo  que le dieron los  electores  blancos  conservadores del norte  del Estado,  que tienen más  en común  con los  otros  Estados  sureños- donde  impera todavía  el  racismo-  que con la  zona  más urbana del sur  de La Florida que es donde  se concentra  el voto  de los  cubanos de derecha.
 
Eso  explica entonces por qué  Hillary Clinton y Patrick Murphy sacaron más votos- abrumadoramente  miles- en el Condado Miami- Dade- que es donde  está  el foco  de los  cubanos en La Florida- que los  sufragios  que  obtuvieron  Marco Rubio  y Donald Trump.
 
¿Qué por qué entonces  resultaron  electos  los  Congresistas cubanoamericanos  del  sur  de La Florida Mario Díaz Balart, Carlos  Curbelo e  Ileana  Ros?  Eso habría que preguntárselo  a la Congresista Demócrata  Debbie Wasserman-Schültz  gran amiga  de  ellos, que por  razones  inconfesables nunca quiso darle recursos  de la tesorería democrata – que  ella  tenía bajo su control- a candidatos  de su Partido  dispuestos a darle una seria  batalla  a los  Congresistas  cubano-americanos  del Partido Republicano. El pacto con ellos estaba basado en que  la Wasserman-Schultz-  gran  amiga  de Hillary Clinton-   no apoyaría con dinero del Partido   a ningún contrincante serio  contra  los Congresistas  Republicanos  de origen cubano,  a  cambio de  que ellos no apoyaran a Donald  Trump. Pudiera  llamarse el pacto  de la  doble traición.
 
Decía Joseph Goebles  el jefe de la  propaganda  del  nacismo hitleriano que una mentira repetida  mil veces se convertía en una verdad  aceptada por  todos. Y parece  que  en eso  anda  la extrema derecha cubana  de Miami cuando afirma  que  la victoria  de  Trump  en La  Florida  se  debió  al  voto de ella en las pasadas elecciones presidenciales.
Si Donald Trump  se va  con la “podrida”  de que  ganó  la  presidencia   de su país gracias  al  voto de la extrema  derecha cubana  de Miami, estaremos  de nuevo en presencia de un regreso al pasado de confrontaciones  entre  Estados Unidos  y Cuba en la  que nada tienen que ganar los pueblos de ambas naciones.
 
Trump no debe Florida al voto cubano
Fue el voto blanco, no el cubanoamericano, el que dio la victoria a Donald Trump en Florida, un estado clave en el resultado de las elecciones estadounidenses, consideraron especialistas en el tema.
 
Así como en el resto del país, “el voto blanco no hispano fue el que le dio a Donald Trump la victoria”, escribieron en su blog los analistas Giancarlo Sopo, fundador de CubaOne, y Guillermo Grenier, sociólogo de la Florida Internacional University.
 
“No hay evidencia de que el voto cubanoamericano fuera determinante en Florida”, estimaron.
 
Los analistas añadieron que, aunque la demócrata Hillary Clinton hubiera logrado una ventaja importante dentro de esa comunidad, tampoco habría logrado imponerse en este estado del sureste de Estados Unidos.
 
No existen evidencias de que “la política (de apertura hacia Cuba) del presidente Barack Obama haya perjudicado a Clinton”, señalaron Sopo y Grenier.
 
“Clinton habría perdido Florida incluso si hubiera ganado el voto cubanoamericano con 10 puntos de ventaja”, dijeron.
 
Este análisis contradice la percepción general de que el voto cubano de Florida, un estado clave en las elecciones presidenciales, le dio al magnate inmobiliario el impulso que necesitaba para llegar a la Casa Blanca.
 
Para sostener esta teoría, los autores proponen una mirada distinta a las encuestas ya existentes.
 
Cincuenta por ciento de los cubanoamericanos en todo el país votaron por Clinton, según Latino Decisions, “y esta es la participación más alta que un candidato presidencial demócrata haya registrado jamás” en este electorado, dicen los autores.
 
Ciertamente, en Florida 52 % de los cubanoamericanos votaron por Trump, pero en las áreas más urbanizadas del estado Clinton venció al candidato republicano y superó incluso el voto que consiguió Obama en 2012.
 
Por ejemplo, en el populoso condado de Miami-Dade, donde uno de cada tres habitantes es de origen cubano, Clinton ganó con casi 30 puntos de ventaja: 63,7 % sobre 34,1 % para Trump, según cifras del órgano electoral del condado. Esto son unos 81.000 votos más que los obtenidos por los demócratas en 2012.
 
Tomando en cuenta además que los cubanoamericanos representaron cerca del 6 % del electorado, “queda por tanto claro que estos votantes no fueron un factor decisivo en la victoria del presidente electo Trump”.
  
En cambio, al igual que en el resto del país, fue el voto blanco el que catapultó a Trump a la Casa Blanca.
  
“Sesenta y cuatro por ciento de los blancos no hispanos apoyaron a Trump, contra 32 % que votaron por Clinton” en Florida, dijeron Sopo y Grenier. “En 2012, el presidente Obama y Mitt Romney recibieron 61 % y 37 %, respectivamente” en el mismo electorado.
 
Este estudio es uno de los tantos esfuerzos por comprender qué sucedió la noche del martes 8 de noviembre, cuando los resultados sorprendieron a una nación que daba por ciertos los vaticinios —luego erróneos— de encuestadores y analistas.
 
Todo es  posible si la gran mentira “gobeliana” de la  extrema derecha cubana de Miami  se transforma  en verdad  para  la Casa Blanca  de Donald Trump. Ahí se las  dejo y los  pongo a pensar.
Y hasta la próximo amigos  de El  Duende que con mi gallo me voy cantando a mi tumba fría. Bambarambay.
 
Fuente El Nuevo Herald &  Radio Miami Radio  


Premier  Précédent  Sans réponse  Suivant   Dernier  

 
©2025 - Gabitos - Tous droits réservés