Benny Moré sigue siendo
'El Bárbaro del Ritmo' en su ciudad natal
Una escultura de Benny Moré parece caminar con el público en
El Prado de Cienfuegos, una ciudad que mantiene espacios para perpetuar su memoria
Santa Isabel de las Lajas, Cuba
Benny Moré fue un maestro de tantos géneros musicales cubanos —mambo, son, guaracha, son montuno, bolero, chachachá— que se le considera quizás el cantante popular y músico más influyente en la historia de Cuba.
Logró alcanzar su mayor prominencia en los años 1940 y 1950, y para cuando falleció en 1963 a los 43 años, ya era conocido como El Bárbaro del Ritmo.
Aunque ha pasado medio siglo desde su fallecimiento, el virtuosismo musical de Benny Moré sigue resonando en Santa Isabel de las Lajas, pequeña ciudad sureña de la zona central de la isla –donde nació– y mucho más allá.
Cienfuegos también lo considera un hijo y Benny Moré incluso le escribió una canción a la ciudad, conocida como La Perla del Sur. Allí hay centros musicales y discotecas que llevan su nombre, una estatua de bronce de tamaño natural en El Prado, la arteria principal de Cienfuegos, con su sombrero de ala ancha y bastón, e incluso un coctel que lleva su nombre y que se sirve en el Centro Cultural Benny Moré, un espacio de exhibiciones y actuaciones.
En el centro, Yisset Bermúdez Guardarrama, una de las cantineras más conocidas de la ciudad, demostró cómo preparar un Benny Moré, empezando con una cucharada de helado de vainilla, seguido de una taza de café espresso recién colado, licor de café, licor de chocolate y una línea de Bailey’s Irish Cream, servido en una copa con azúcar en los bordes.
“Es muy dulce y agradable al paladar”, dijo ella. Ganador de un concurso de cocteles en el 2015, el Benny Moré sólo se sirve en el centro cultural, que está en una mansión colonial restaurada que abrió el público en julio del 2015.
Mientras Bermúdez preparaba cocteles un jueves por la tarde, el Conjunto Laredo, un grupo que trata de revivir el son guajiro y otros géneros de la música tradicional, rindió homenaje al Benny.
“En el repertorio del grupo siempre hay interpretaciones de temas de Benny Moré”, dijo Carlos Díaz Romero, director del centro. Aunque discotecas y cafés de todo Cienfuegos tratan de sacar provecho a la fama de Benny Moré, Díaz acota: “Tienen el nombre, pero son lugares vacíos. Nuestra meta es revivir las tradiciones musicales cubanas”.
Cuando el grupo comenzó a tocar el bolero Cómo fue, hecho famoso por el Benny, un caballero entrado en años y vestido con guayabera azul, sombrero de paja y zapatos de dos tonos, convenció a una dama a salir a la pista de baile. Entonces el grupo tocó otra pieza distintiva, Guajiro de verdad, y parecía que el propio Benny, en su traje ancho típico de la época, podía entrar al lugar en cualquier momento.
La música era tan embriagante que la mujer encargada de los baños dejó su lugar para bailar con el caballero de la guayabera y después con un cliente.
Aunque Cienfuegos se apropia de la letra “Cienfuegos es la ciudad que más me gusta a mí” y el nombre del Benny figura por lo alto en el Malecón, es Lajas, una ciudad rural a unos 45 minutos de camino de Cienfuegos, la verdadera cuna de El Bárbaro del Ritmo.
Fue allí que el Benny nació el 24 de agosto de 1919 y es aquí donde está enterrado en una tumba de mármol a la sombra de tres grandes palmas, que sirven de faro a los que van a visitar su tumba.
Un bajorrelieve grande del Benny recibe a los que llegan a Lajas, pero si el cantante regresara hoy encontraría algunas cosas que han cambiado. Carretones tirados por caballos pasan por las calles junto a casas donde hay tendederas de ropa, además de caminos de tierra en vez de aceras.
Naturalmente, hay una canción del Benny en honor a Santa Isabel de las Lajas y la mención de las cosas simples de la vida en “Lajas mi rincón querido, pueblo donde yo nací” y su orgullo de ser lajero.“Esta canción resume el mundo de Benny Moré”, dijo Cruz.
A pesar de todo su talento, Bartolomé Maximiliano Moré Gutiérrez, quien dejó la escuela a los 11 años, no leía música y empleaba a alguien que le escribiera las partituras mientras las cantaba. Dirgía su banda de oído. “¿Cómo enseñarle música cuando él era la música misma?”, se preguntó Cruz.
La tumba de mármol del Benny, donde sus seguidores se reúnen en su fecha de cumpleaños todos los años, es algo muy diferente de sus humildes orígenes. El Benny era el mayor de 18 hermanos nacidos en una familia modesta descendiente de esclavos en el barrio de Pueblo Nuevo.
Desde muy niño mostró aptitud por la música y asistía con frecuencia al Casino de los Congos, donde se mantenían vivas las tradiciones y la música del Congo de su tatarabuelo. Aquí aprendió las inflexiones de voz y el timbre de la música africana.
“Esta fue su primera escuela de música”, dijo Cruz. “Aprendió a cantar son, guaracha, conga. Aprendió a tocar el tres, la guitarra e instrumentos musicales africanos”.
A los 6 años, Benny Moré fabricó su primera guitarra primitiva con un palo y una lata de sardinas como caja de resonancia, contaba su madre. “Ahí fue que vieron que era un virtuoso”, explicó Cruz.
Un momento muy importante, en los primeros años de la carrera de Benny Moré, fue cuando un integrante del famoso Trío Matamoros lo escuchó tocar en un bar habanero y lo escogió para tocar con ellos en una actuación radial en vivo, cuando el cantante Miguel Matamoros no pudo asistir. Estuvo con el grupo varios años y se presentó con ellos en México.
Pero no importa los viajes que hizo y lo famoso que se convirtió, nunca se olvidó de Lajas. Y todas las personas de esta pequeña comunidad le devolvieron el reconocimiento.
El padre de Cruz, a quien su hijo describe como “amigo íntimo” de Benny Moré, impulsó una iniciativa en 1956 para homenajear al cantante en Lajas. Cruz padre firmó una carta que se muestra en el museo y que declara que el 25 de septiembre sería el Día de Benny Moré. Los habitantes del pueblo le entregaron un anillo de oro con el sello de Lajas.
Este año, celebrado del 23 al 25 de septiembre, el Festival Benny Moré de Lajas incluyó tres noches de bailes con música de orquestas, son, rumba, y música guajira, e incluso un desfile de caballos. El Festival Internacional Benny Moré también se celebra en Cienfuegos y Lajas en años alternos en noviembre.
El museo de Lajas, ubicado en El Prado, tiene algunos muebles del siglo XVIII, un carruaje y algunos libros escritos por Fidel Castro, pero la mayor parte del espacio está dedicado a la vida de Benny Moré.
Aquí, entre las fotos de Benny Moré, hay un disco de oro de 1960 de su grabación Se te cayó el tabaco, una réplica de su primera guitarra, su característico sombrero, sus corbatas de los años 1940 y 1950, instrumentos de percusión, correspondencia personal y su pasaporte cubano. Cruz dedica la mayor parte del día a crear figuras, grandes y pequeñas, del Benny, hechas de fibra de bagazo de caña.
“Él es mi guía espiritual”, dijo Cruz, mientras pintaba los zapatos negros y blancos de una de las figuras.
Con el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos, el sonido de Benny Moré y otros géneros musicales cubanos disfrutan de un renacimiento en Estados Unidos. Aunque Benny Moré cantó en la ceremonia de los premios Oscar en 1957, no actuó mucho en Estados Unidos, y se ganó la fama en México, donde fue artista exclusivo de la RCA Victor, y en su natal Cuba.
“En México fue donde se hizo realmente famoso”, dijo Cruz. “En 1950 regresó a Cuba para conquistar el país musicalmente”.
Aunque tocó con la mayoría de las grandes orquestas cubanas de la época, formó su propia banda, “La Banda Gigante”, en 1953. También se presentó en varias películas y trabajó en estaciones de radio cubanas, como CMQ, RHC Cadena Azul, Radio Progreso y la Cadena Oriental de Radio.
Aunque muchos músicos conocidos se fueron de la isla después de la revolución de 1959, Benny Moré se quedó.
Pero pronto su salud comenzó a debilitarse. Aquella voz tan fluida como un buen ron cubano, perdió fuerza ante el embate del el aguardiente y el ron. Benny Moré falleció de cirrosis hepática el 19 de febrero de 1963. Decenas de miles de personas asistieron a su funeral.
Incluso ahora, la voz única de Benny Moré, su musicalidad y su cubanía no son fáciles de olvidar. En un artículo publicado con motivo del 97º aniversario del nacimiento de Benny Moré, Ciro Bianchi Ross escribió en el diario oficial Juventud Rebelde en agosto pasado que la voz del cantante –“alegre, violenta, sensual y triste– era “una síntesis del ser nacional”.