Luto inducido
Ojalá en el nuevo año haya espacio para la sensatez
(Caricatura Alen Laúzan)
Al parecer las autoridades, ignorando la fe cristiana que forma parte de nuestra identidad, han decidido obviar las celebraciones navideñas y concentrar sus esfuerzos en el nuevo aniversario de la Revolución y el desfile militar del 2 de enero, así como en rendir nuevos honores al "líder" desaparecido.
Después de los enajenantes nueve días de duelo nacional, con prohibición de espectáculos públicos, actividades deportivas y culturales, incluyendo música, bailes y hasta programas de entretenimiento con bromas y chistes, además de una ley seca y un constante bombardeo ideológico por los medios de comunicación, con locutores y presentadores vestidos de negro y caras de velorio, se ha establecido un luto no declarado pero sí aplicado.
Se mantiene en la televisión y la radio el medio luto, la reducción de programas cómicos y de música popular y el bombardeo ideológico, ahora reforzado con una campaña denominada "Fidelidad", donde en reiterados spots se escenifican supuestas escenas ignominiosas de la República y, como contraparte, maravillosas de la actualidad, ambas burdamente manipuladas.
Además, no se utilizan oficialmente las frases típicas de estas fechas. No hay felicitaciones, deseos de feliz Navidad ni de próspero año nuevo. Solo se habla de celebrar el aniversario revolucionario, pero de forma contenida, "teniendo en cuenta la tristeza que embarga a todos los cubanos".
Los establecimientos estatales, aunque abastecidos con adornos, licores, turrones, manzanas y uvas a precios prohibitivos, no se han adornado. Los árboles de Navidad, las guirnaldas y los Santa Claus solo se encuentran en los negocios particulares y donde hay invertido capital extranjero, además de en numerosas viviendas.
Algunos fanáticos aún mantienen las banderas cubanas colocadas desde el 26 de noviembre. Y muchos se preguntan: ¿Hasta cuándo este luto inducido? ¿Es que se pretende sancionar la alegría e imponer la tristeza?
Todo parece indicar que el fenómeno se extenderá hasta el 2 de enero.
Da la impresión de que las autoridades, desaparecido su "líder histórico", han perdido el rumbo y dan golpes de ciego que, en lugar de aportarles apoyo y credibilidad, lo que agregan es rechazo y más cuestionamientos a su capacidad de gobernar.
Ojalá en el nuevo año haya espacio para la sensatez.