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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 27/12/2016 21:58 |
Carta abierta de un cubano a Donald J. Trump
La Habana, 28 de noviembre 2016
Sr. Donald J. Trump
Los cubanos hemos leído con atención su reciente, grosero y desafortunadomensaje, después que se conoció la muerte del líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro.
Con toda intención, usted ha ofendido, no solo a 11 millones de cubanos, sino a cientos de millones de seres humanos en todo el mundo, que reconocen, a diferencia suya, la grandeza de Fidel y su enorme estatura política, ideológica y humanista.
Le confieso que no guardaba esperanza alguna que usted tuviera palabras de condolencias, pero pensé que tendría la ética y la moral de, por lo menos, guardar silencio ante el adversario muerto. Pero olvidé que sus códigos de ética, moral y vergüenza, distan mucho de los que practicamos la mayoría de las personas de bien.
Pero no le escribo para cuestionarle sus insuficiencias. Lo hago para dejarle saber, como respuesta, cómo piensa un cubano de a pie de ese hombre inmenso que acaba de morir, y qué esperanza nos deja para el futuro.
Sus conocimientos de historia se ve que son limitados, señor Trump. Es probable que haya pasado tanto tiempo explotando a seres humanos para construir esa inmensa fortuna que tiene, que no le quedó tiempo para iluminarse en la historia de los países vecinos.
El legado de Fidel Castro es inmenso, señor Trump. La historia de la segunda mitad del siglo XX y estos años del XXI están marcadas por su pensamiento, por su lucha permanente por dar voz a los que no la tienen, por defender a los desposeídos de esta tierra, por alcanzar un mundo más equitativo y justo, donde, sin dudas, no tendrán espacios personajes como usted.
Usted demuestra una absoluta ignorancia cuando dice en su mensaje que Fidel Castro negó los derechos humanos fundamentales a los cubanos. Lástima que no haya tenido tiempo de visitar Cuba y ver con sus ojos lo alcanzado hasta aquí, gracias a la obra revolucionaria de Fidel.
Cuando usted dice que Fidel violó los derechos humanos fundamentales de los cubanos, olvida que gracias a la guía política de la revolución que él dirigió, Cuba es el único país de América sin desnutrición infantil, según un reporte de UNICEF, quien además calificó a esta pequeña isla que ahora usted ofende, como un paraíso internacional de la infancia.
Cuba tiene, además, la tasa de mortalidad infantil más baja de América, ha graduado a más de 130 mil médicos en 55 años, el sistema de salud cubano es un ejemplo para el mundo, y ninguno de los 200 millones de niños que duermen en las calles, es cubano.
Aunque usted lo desconozca, mi país emplea el 54 por ciento del presupuesto nacional en servicios sociales –educación, salud pública, cultura-, tiene uno de los mayores índices de desarrollo humano, a pesar del criminal bloqueo económico, comercial y financiero que su país aplica a esta isla desde hace más de 50 años, y que usted defiende y persiste en mantener.
Señor Trump, ¿cómo usted se atreve a decir que el comandante Fidel Castro negó los derechos humanos fundamentales a su pueblo? ¿Quién le dijo tamaña mentira?
Una vez más, se equivoca cuando piensa que con la muerte de Fidel Castro, la Revolución que él fundó y consolidó, se venga abajo. No se deje engañar por los malos asesores que tiene a su lado.
El día de hoy, a diferencia de lo que usted piensa, marcará una reafirmación de las ideas de Fidel, un compromiso de seguir adelante, corrigiendo errores, e intentando construir una sociedad más justa y perdurable. Ese será el único futuro maravilloso que esperamos los cubanos, y no el que usted supone.
Si fueran realidad las “tragedias, muertes y dolor” causado por Fidel Castro, como usted dice en su mensaje, ¿cómo se explica entonces el sentimiento de tristeza que hoy comparten tantos cubanos? , o cómo se explican las lágrimas de los estudiantes universitarios al conocer de su muerte?, cómo explicaría los millones de mensajes de solidaridad recibidos desde muchas partes del mundo.
No tengo dudas que usted está mal asesorado en el tema de Cuba. Me convenzo cuando veo que usted solo escucha a esos cubano-americanos veteranos de la Brigada mercenaria 2506, que fueron derrotados en solo 72 horas por el pueblo cubano, y dieron extensas muestras de cobardía cuando fueron capturados.
No siga creyendo las historias de esos que andan por Miami, viviendo de los contribuyentes estadounidenses, que han hecho una industria de la nostalgia, esperando que algún presidente de Estados Unidos les haga la tarea para la que ellos no tuvieron el valor de hacer.
No escuche a los que, por más de 50 años, han sembrado terror y muerte en el pueblo cubano, y se esconden de la justicia en varias ciudades norteamericanas.
Perdone usted, señor Trump, que no le diga presidente. Todavía no lo es y restan muchas dudas por aclarar antes de su investidura en enero próximo. Pero le propongo se ocupe más por las enormes diferencias sociales que hay en Estados Unidos, de mejorar los sistemas de salud, de elevar la calidad de la educación pública, de respetar a los jóvenes y a las mujeres y también a los inmigrantes, pieza fundamental en la historia de ese gran país.
Deje a Cuba tranquila señor Trump, que aquí, como decía Fidel, no les tenemos ningún miedo. Si abre sus manos para construir nuevas rutas de entendimiento, con respeto, los cubanos estaremos con los brazos abiertos.
Pero si se le ocurre agredirnos, correrá la misma suerte que los 11 presidentes que le antecedieron, y chocará con un pueblo digno, dispuesto a defenderse hasta las últimas consecuencias.
Reciba mis más altas muestras de consideración personal,
Miguel Fernández Martínez
Uno más entre los 11 millones de cubanos.
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Gracias Ruben por tú interesante aporte, saludos democráticos y libres...
Trump tacha a Fidel Castro de "brutal dictador"
Bueno, bueno, bueno, Interesante y emotiva carta de este Camarada rojo, según dice, su nombre es Miguel Fernández Martínez un ciudadano cubano de apie.. Dudo mucho que sea un ciudadano de apie, ya que los cubanos de apie solo piensan en como resolver la vida diaria nada facil para ellos y PENSAR, eso solo lo hacen cuándo van a escapar del infierno de la isla...
Otra cosa que demuestra que no es un ciudadano común y corriente, es qué por lo menos a 10 millones de cubanos de apie no les permiten entrar a la internet internacional, la internet es muy cara y ellos no tienen dinero para gastar en una cosa que no conocen su funcionamiento, solo pueden entrar con dinero divisa, dólares y solamente a las web permitidas por el gobierno, loscubanos no tienen derecho a saber lo que pasa en el mundo, esas web entan bloqueadas.. y mucho menos entrar a la web del periodico digital de España El Mundo, donde supuestamente el camarada Miguel se informo de las babosadas dichas por Trump.. aúnque lo que dijo esta vez,complace a millones de cubanos dentro y fuera de la isla,y también a otros millones de ciudadanos que no son cubanos..de eso no tengo duda...
El legado de Fidel Castro es inmenso, en hambre,miseria, destrucción, división de familia, muertos, y en sus grandes mentiras.. La historia de la segunda mitad del siglo XX y estos años del XXI están marcadas para los cubanos por un solo pensamiento impuesto, el del tiranosauro Fidel, el pueblo solo a tenido el derecho permanente de escuhar unicamente su voz, su verdad.. y la obligación de obedecer todo sin protestar.
Desde niño le incultan el miedo y lealta al régimen, Seremos como el Che ... A los 15 años te llevan obligatorio al Servisio Militar .. En cuanto a pensar por sí mismo esta prohibido.. , por más de 50 años, el régimen han sembrado terror y muerte en el pueblo cubano, a mantenido a su pueblo preparandose para una guerra imaginaria, permanente la del tiranosauro.. El mundo ha evoluciona, mientras Cuba sigue esperando la guerra con los yanquis y los disparos de nieve, que no llegaron, ni llegaran.
Miguel Fernández Martínez, usted demuestra una absoluta ignorancia, solo sabe lo que le dicen sus dirigentes del partido,... habla y piensa en nombre de su gobierno, no diga que esa es la voz de 11 millones de cubanos, esta cometiendo el mismo error historico de Fidel Castro y sus seguidores, querer hablar y decidir por los 11 millones de cubanos, negandoles el derecho a pensar, hablar diferente en alta voz, negandoles el derecho a reuniones no olganizadas por el gobierno, se le a negado el derecho elegir a sus dirigentes libremente, atravez de un voto secreto y libre,.. los cubanos solo pueden votar huyendo del país, ese a sido y es su voto,... penoso desdino en que nos hemos envueltos todos los cubanos.. más de 2 millones han escapados y seguiran huyendo, sin importarles la dura vida que les espera,.. Triste es la vida fuera de la tierra que te vio nacer y penoso es tener que pedir permiso a un gobierno que decide si puedes o no entrar a visitar a tus familiares a tú país,... Los cubanos al escapar solo consiguen darle oxigeno al gobierno, esa no es la solución, para terminar con las historicas palabras del difunto,...Dentro de la revolución todo, fuera de la revolución nada...
En cuánto a los conocimientos de historia de Donald Trump, estoy totalmente de acuerdo con usted,se ve que son limitados... todos sabemos que el nuevo presidente habla por hablar, hace muecas y boquitas como ninguno, todo lo que dice es sin pensarlo y sin importarle consecuencia, el cree tener la verdad y razón en todo, dista mucho de la diplomacia que debe tener un presidente de la mayor potencia del mundo ... y en todo eso se parece mucho a los hermanos Castro y a los dictadores que ya son historia...
Para finalizar tenemos en los Estados Unidos, la libertad de elegir un presidente cada cuatro años y también lo podemos sacar si funciona mal...somos un país de leyes, existen congresistas, senadores que pueden y piensan diferentes, tambien contamos con la suprema corte de justicia, independiente del gobierno electo por cuatro años... Ellos son los que tienen la última palabra, sin que prevalesca, preferencias de partido, ni de idiologias politicas personales...
FELICES FIESTAS PARA TODOS.
CUBANET-JORGE
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OTRAS VOCES: UN “ADIOS” DISTINTO A FIDEL CASTRO
Por, Emilio J. Cárdenas-*Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas
A su muerte, el líder cubano Fidel Castro recogió toda suerte de despedidas. Algunas sinceras por parte de los cada vez menos numerosos partidarios del colectivismo. Otras, mucho menos auténticas, aunque emocionadas, por parte de dignatarios extranjeros que se vieron en la obligación de hacerlo de acuerdo con las normas de la buena convivencia.
Pero hay también otras formas patológicas de decir “adiós”. Distintas. Con otro contenido. Las de los miles y miles de cubanos que se escapan de la triste vida que llevan en su propio país, donde tienen un primitivo nivel de alimentación y carecen de las comodidades más elementales.
Más allá de la retórica, porque esa y no otra es la realidad: en Cuba se vive realmente muy mal. Con escaso confort, sin libertades, con trabajo mal remunerado y sin alternativas de progreso y, ciertamente, con un nivel de consumo significativamente inferior al promedio del resto de América Latina. No hay “milagro” económico socialista. No lo puede haber, porque el modelo colectivista simplemente no funciona. En ningún lugar del mundo. Ha fracasado siempre.
Por eso los cubanos en cuanto pueden se escapan del “paraíso” presunto que les brindaran Fidel Castro y su “revolución”. De cualquier manera.
También lo hacen a través del Uruguay. Los medios orientales acaban de dar cuenta que, el año pasado solamente, unos 300 cubanos entraron ilegalmente al país y solicitaron enseguida carácter de refugiados para poder así quedarse y vivir en la Banda Oriental.
Llegan en busca de una vida mejor. Todos. Cuba es uno de los cinco países de nuestra región a los que Uruguay exige siempre tener una visa de ingreso. Porque su actual gobierno es izquierdista, pero no tonto. Sabe bien que si no mantiene esa exigencia, habría un maremoto de cubanos hartos que pretenderían quedarse a vivir en el Río de la Plata. Con toda razón.
Por la vía normal, esto es con visa, el año pasado llegaron a Uruguay 1.544 cubanos y se fueron sólo 1.296. Otro signo de interrogación abierto, entonces.
En general, los cubanos llegan desde La Habana, ahora que por fin pueden salir de la isla, viajando hasta Georgetown, en Guyana. De allí a Brasil, por Boa Vista. Y desde el norte del país hacia el sur, para ingresar a Uruguay en la frontera, a la altura de Rivera. Para cruzarla y quedarse en la Banda Oriental. Un calvario largo, con una promesa fuerte de mejor vida, al final del mismo. Motorizados por la esperanza.
La enorme mayoría de los cubanos ilegales que llegan al Uruguay (el 89%) están entre los 18 y los 59 años. Muchos son profesionales universitarios que no encuentran trabajo como tales en Cuba. Ni lo encontrarán nunca, porque simplemente no hay posibilidades.
Dejan a sus hijos y familiares atrás, en espera de poder llamarlos una vez radicados en el Uruguay con la documentación consiguiente en regla.
Para salir de Cuba e ingresar al Uruguay con visa deben tener o una garantía bancaria o demostrar ser dueños de propiedades, lo que en Cuba es simplemente imposible. Por eso llegan como pueden, escapando de una vida que no quieren vivir. Lo que es la mejor demostración del fracaso inocultable del arcaico régimen comunista cubano.
Por todo esto la conducta de los inmigrantes cubanos tiene también el carácter de “adiós” a Fidel Castro. Pero sin lágrimas, ni nostalgias. Ni arrepentimiento. Triste, por cierto. Pero esta es la verdad y no la retórica mendaz que nos llega constantemente por la vía ancha de la propaganda.
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