El General de Ejército Raúl Castro Ruz (C), presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, preside el acto político por la desaparición física del Comandante en Jefe Fidel Castro, en la Plaza de la Revolución Antonio Maceo, en Santiago de Cuba, el 3 de diciembre de 2016. Foto: Omara García/ ACN.
El presidente de los Consejos de Estado y de Minsitros, General de Ejército Raúl Castro Ruz, comienza su discurso en el acto de homenaje a Fidel en Santiago de Cuba.
“En la tarde de hoy, el cortejo fúnebre con las cenizas de Fidel, que reeditó en sentido inverso el trayecto de la Caravana de la Libertad, entró en Santiago, donde al igual que en el resto de toda Cuba, recibió el amor del pueblo”, comienza sus palabras Raúl después de saludar a los presentes.
Raúl explica que los restos mortales de Fidel serán depositados mañana en el cementerio de Santa Ifigenia, donde descansarán junto a otros grandes de la historia de Cuba.
“En medio del dolor de estas jornadas, nos hemos sentido reconfortados y orgullosos con el sentir de los jóvenes y niños cubanos que expresan ser dignos continuadores de los ideas de Fidel. Fiel a la ética martiana que ‘toda la gloria martiana cabe en un grano de maíz’, el líder de la Revolución rechazaba el culto a la personalidad, hasta las últimas consecuencias. Incluso, después de fallecido, nunca quiso que su nombre fuera para plazas, calles, instituciones…”, añade.
“En correspondencia con la determinación del compañero Fidel presentaremos a la próxima sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular las propuestas legislativas para que prevalezca su voluntad”, explica Raúl.
“El líder argelino Buteflika dijo que ‘Fidel tenía la capacidad de viajar al futuro, regresar y explicarlo’. El 26 de julio de 1989, en la ciudad de Camaguey, el Comandante en Jefe predijo con dos años y medio de antelación la desaparición de la Unión Soviética y el Campo Socialista y aseguró ante el mundo que si seguían esas circunstancias Cuba continuaría defendiendo las banderas del socialismo”, prosigue el presidente cubano.
Más adelante, Raúl recuerda las reuniones del Partido Comunista de Cuba en la etapa del Período Especial en julio de 1994, efectuadas para analizar cómo enfrentar con mayor eficiencia y cohesión los retos de esa difícil etapa, el creciente bloqueo imperialista y las campañas mediáticas dirigidas a sembrar el desánimo en la ciudadanía. “De esas reuniones salimos todos convencidos de que con la fuerza y la inteligencia de las masas cohesionadas bajo la dirección del Partido, sí se podía y se pudo convertir el Periodo Especial en una nueva batalla victoriosa en la historia de la Patria”, dice.
Raúl evoca al Fidel invicto que nos convoca con su ejemplo y demuestra que “sí se pudo, sí se puede, y sí se podrá superar cualquier obstáculo, amenza o turbulencia en nuestro firme empeño de construir el socialismo en Cuba”.
“En el mundo unipolar y de las transnacionales que surgió después del derrumbe del Campo Socialista, la permanente enseñanza de Fidel es que sí se puede, que el hombre es capaz de sobreponerse a las más duras condiciones, si no desfallece su voluntad de vencer, hace una evaluación correcta de cada situación y no renuncia a sus justos y nobles principios”.
“Ante los restos de Fidel en la Plaza de la Revolucion Mayor General Antonio Maceo Grajales, en la heroica ciudad de Santiago de Cuba, juramos: defender la patria y el socialismo y juntos reafirmemos la sentencia del titan de bronce: ‘quien intente apropiarse de cuba recogera el polvo de su suelo anegado en sangre si no perece en la lucha'”.
Fidel, ¡Hasta la Victoria Siempre!
Concluye su discurso el presidente de Cuba, Raúl Castro Ruz.