Imagen y firma de Margot Bush (El Mundo) La mujer que salvó a Fidel Castro y cambió la historia de Cuba La mexicana Margot Bush intercedió para que el líder cubano no fuera "al paredón"
Alberto Rojas - Madrid - El Mundo El eslabón perdido en la historia del Comandante Fidel Castro tenía nombre de mujer y apellido estadounidense: Margot Bush (de soltera, Valdés). En uno de los episodios más desconocidos en la existencia del líder cubano, fallecido el 25 de noviembre, la apolítica Margot Bush consiguió que su Gobierno, que mantenía al guerrillero cubano preso junto al Che Guevara, no lo deportara de nuevo a Cuba "donde le esperaba el paredón". Quedaron libres cinco días después de su intervención providencial. Su relato, en forma de carta escrita en 1984 al líder de la Revolución, ha permanecido oculto durante décadas en manos de su hijo dentro de una caja fuerte.
Para valorar el alcance de su historia, hay que revivir el contexto de aquella época. Fidel Castro y sus guerrilleros, tras el fracasado asalto al cuartel de Moncada (Santiago de Cuba) en 1953, fueron condenados a prisión por el Gobierno de Fulgencio Batista, después indultados por presión pública y luego obligados a exiliarse en México. Allí, junto a otros 22 guerrilleros supervivientes, entre los que se encontraba su hermano Raúl, conocieron al Che Guevara cuando aún trabajaba como médico y lo enrolaron en la lucha.
En campos de entrenamiento, el coronel español exiliado Alberto Bayo los entrenó para la guerra de guerrillas con armas que fueron consiguiendo aquí y allá. Pero su actividad no pasó desapercibida para la policía cubana, que detuvo al líder, y después al resto del grupo, en junio de 1956. La acusación del capitán Fernando Gutiérrez Barrios, en un escrito de cinco folios, era concluyente: "El sedicioso Doctor Fidel Castro Ruz, exiliado cubano que llegó a nuestro país por una amnistía, prepara una conjura contra el Gobierno de Cuba". En aquella época, la relación entre el presidente cubano Batista y el Gobierno de México era excelente.
El capitán Gutiérrez Barrios fue siempre profundamente anticomunista y un feroz represor de la izquierda mexicana. Por eso no se entiende que, después de haber escrito aquel informe y preparados ya los documentos de deportación a Cuba de los detenidos (con un fusilamiento por conspiración a la vuelta), quedaran en libertad sin cargos, con el propio capitán como gran conseguidor y amigo de Fidel para el futuro. Cinco meses después, aquellos cubanos compraron el yate Granma e iniciaron su Revolución en Sierra Maestra.
¿Qué pasó para torcer la voluntad de la policía y la justicia mexicana? ¿Por qué unos "sediciosos cubanos" que quieren atentar contra un gobierno amigo quedan en libertad? La carta de Margot, enviada a Fidel en 1984, desvela aquella trama con nombres y apellidos: la señora Guajardo Doria, casada con un cubano de apellido Zaragosí (y simpatizante del llamado Movimiento 26 de Julio de Fidel Castro), rogó a Margot que moviera todos los hilos posibles para liberar a los cubanos detenidos. Margot era la esposa de Edward Bush, presidente de Aerolíneas Mexicanas, y su amigo, el licenciado Ángel Carvajal era el secretario de Gobernación. Con esa influencia, como reconoce en la misiva, Bush recibió cinco días después la noticia de que Fidel y el Che ya estaban en libertad. En aquellos momentos, Margot no sabía ni quién era Castro ni sus intenciones. Tan sólo se propuso ayudar a un exiliado, como le había pedido su amiga.
Días después, Fidel y sus hombres se presentaron en la casa de Margot Bush, según su versión, para darle las gracias. "Cuando el Movimiento 26 de Julio triunfe en Cuba, usted será invitada como nuestro huésped de honor". Aquella invitación llegó a través de Víctor Trapote, responsable de la Inteligencia soviética en la Guerra Civil española y después de la castrista. No pudo aceptarla por la nacionalidad estadounidense de su marido. En 1984, ya viuda, intentó contactar en dos ocasiones con el propio Castro a través de amigos entregándoles esta carta.
Margot Bush falleció en 1989 sin conocer Cuba.
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