Miseria y jornadas abusivas:
La semiesclavitud de la que huyen los médicos cubanos en Venezuela
Médico cubano Alaín Perea Grandel. Soacha, al sur de Bogotá. (Diario Las Américas Edilma Prada/ DDC)
Los bajos sueldos, poco dinero para la manutención y extensos horarios laborales son algunos de los padecimientos que han vivido los cubanos integrantes de misiones médicas en Venezuela.
Así lo dieron a conocer varios de estos profesionales que se encuentran en un limbo migratorio en Colombia y a la espera de obtener una visa americana.
Denuncian que los bajos sueldos establecidos por el Gobierno cubano dificulta vivir dignamente y ejercer la profesión sin contratiempos.
Alaín Perea Grandel, médico general básico con estudios en terapia intensiva, explicó que un médico que está en misión en territorio venezolano tan solo recibe un estipendio para alimentación y transporte de 27.000 bolívares mensuales, y en la Isla tienen un salario de 1.100 pesos cubanos, que equivale a entre 40 y 44 dólares cada mes.
"El problema es que esos 40 dólares los pagan en Cuba y no los pagan en Venezuela, directamente no tenía acceso a ese dinero. En Venezuela, los 27.000 bolívares alcanzaban solo para la alimentación, son como 10 dólares. Allí la vivienda es gratis para los médicos, sin embargo en muchos casos teníamos que pagar servicios como el agua, la electricidad, entonces los recursos eran insuficientes", dijo Alaín.
Agregó que además por estar de misión recibían 400 pesos convertibles cubanos (CUC) mensuales, de los cuales 200 los podían usar durante el periodo de vacaciones, y los otros 200 quedaban congelados en una cuenta a la que no tienen acceso hasta el fin de la misión en Venezuela.
"Era una manera de evitar la deserción pero una vez desertamos el dinero acumulado de nuestra misión en ambas cuentas es retenido y el Gobierno se queda con este", manifestó Perea Grandel.
Agregó que para vivir en Venezuela, en muchas oportunidades recurrían a sus familias en la Isla para que les enviaran dinero y de esa manera pagar recibos de los servicios, comprar ropa y productos de aseo personal, e inclusive agua para el consumo diario.
"Tenía que pagar la pipa de agua porque el sistema de agua en Venezuela es muy malo, el agua en algunos sectores como en el Estado de Zulia, región donde laboraba, llega prácticamente contaminada".
Las condiciones se recrudecieron en los últimos años debido a la situación política de Venezuela lo que de alguna manera generó que ellos suplieran plazas médicas al punto de laborar entre ocho hasta 24 horas al día.
"Nosotros nos pasábamos más de las ocho horas de trabajo, en mi caso llegué hacer turnos hasta de 24 horas, entonces eso no compensa con el estipendio de 27.000 bolívares".
Alaín Perea el próximo 4 de febrero cumpliría tres años en la misión en Venezuela, pero hace 15 días, junto con su novia, también médico cubana, decidió desertar y cruzar la frontera a Colombia.
"Yo trabajaba en la ciudad de Maracaibo, pese a nuestra situación hicimos un buen trabajo con la gente, prestamos nuestros servicios profesionales, pero las cosas son difíciles. Por ejemplo, Maracaibo es peligrosa, pasamos un buen tiempo en que habían muchos apagones, muchas viviendas no estaban en condiciones adecuadas, tenían los techos rotos, tampoco teníamos casas con ventilación y esa zona es de clima muy caliente, es más conocimos de casos de compañeros que dormían en el suelo, por eso uno toma este tipo de decisiones", narró.
En Colombia estarían varados unos 600 médicos, profesionales de la salud cubana y familiares cercanos, que decidieron abandonar las misiones, la mayoría provenientes de Venezuela.