Balseros cubanos en Guantanamo, 1994
Causas e incentivos de la emigración cubana
Desde el siglo XVI hasta la primera mitad del siglo XX Cuba fue un país de inmigrantes.
Dimas Castellanos | La Habana | Diario de Cuba Desde el siglo XVI hasta la primera mitad del siglo XX Cuba fue un país de inmigrantes. A pesar de las estrechas relaciones existentes con Estados Unidos, en 1959 el número de cubanos en ese país no sobrepasó los 125.000l. Después de esa fecha las expropiaciones y la pérdida de libertades provocaron la guerra civil que tuvo sus mayores encontronazos en las montañas del Escambray y que culminó en 1965.
En esos seis años la salida creciente de cubanos, que huían por vía legal, en avionetas o en lanchas, generó una crisis migratoria. Ante la misma, Fidel Castro anunció en un discurso pronunciado en la Plaza de la Revolución que abriría el puerto de Camarioca (Matanzas) para que se fuera todo el que lo desease. El resultado fue la primera oleada masiva de emigrados cubanos.
Muchos de esos cubanos que antes de 1966 entraron a EEUU carecían de una situación migratoria definida. Cuando los viajes por mar desde Camarioca se interrumpieron, los miles de cubanos pendientes de salir lo hicieron por los llamados "vuelos de la amistad" fletados por el Gobierno estadounidense desde Varadero. En ese contexto, durante la administración de Lyndon B. Johnson, el Congreso norteamericano promulgó la Ley de Ajuste Cubano (Cuban Adjustment Act, CAA) el 2 de noviembre de 1966, para que tanto los cubanos que ya se encontraban en EEUU, como los que llegarían por el puente aéreo, pudieran solicitar la "residencia permanente".
Por tanto los cubanos empezaron a irse con anterioridad a la Ley de Ajuste, la cual, resultado del diferendo entre los dos gobiernos, fue un aliciente, pero no la causa de la emigración masiva. Dicha ley facilitó a los cubanos que habían sido admitidos o puestos bajo libertad condicional (bajo palabra) ajustar su estatus de inmigración al de "residentes permanentes". En abril de 1973, cuando terminó el puente aéreo, la cifra de los emigrados durante esa primera oleada llegó hasta 260.000.
En 1980 miles de cubanos irrumpieron en la embajada de Perú. En respuesta, el Gobierno convocó a la Marcha del Pueblo Combatiente con el objetivo de demostrar al mundo "el apoyo masivo a la revolución". A su vez, para "demostrar" que los que abandonaban el país eran lo peor de la sociedad, en las embarcaciones que llegaron a recoger familiares se les exigió incluir una cuota de reclusos y enfermos mentales. Ante la magnitud de la estampida se instituyó un procedimiento "disuasivo": los actos de repudio. A pesar de todos esos obstáculos, 125.000 ciudadanos abandonaron la Isla durante la segunda oleada.
En 1994, grupos de cubanos invadieron las residencias del embajador de Bélgica, de Alemania, el consulado chileno y se produjeron varios secuestros de embarcaciones marítimas. El 5 de agosto de ese año cientos de habaneros se manifestaron contra el Gobierno públicamente en las calles, lo que se conoce como el "Maleconazo". Ante el hecho, Fidel Castro acusó nuevamente a EEUU de seguir fomentando la inmigración ilegal. De forma similar a 1965 y 1980 dijo: "o se toman medidas o no obstaculizaremos a aquellos que vienen a buscar a sus familiares". Como resultado, durante el verano de 1994 aproximadamente 33.000 cubanos escaparon de la Isla en la tercera oleada, de los cuales cerca de 31.000 quedaron detenidos en la Base Naval de Guantánamo.
Entre esas tres estampidas —ocurridas antes de la política de pies secos/ pies mojados implementada por Bill Clinton en 1996 y del programa de parole para médicos cubanos del gobierno de George W. Bush en 2006— cientos de miles de cubanos salieron del país, entre ellos una cantidad considerable de médicos. Por tanto, la causa de la salida de los galenos, que comenzó en 1959 y se mantiene hasta hoy, es anterior a esas políticas gubernamentales.
Esas dos medidas del Poder Ejecutivo estadounidense, dictadas en un contexto de confrontación, permitieron que decenas de miles de cubanos fueran admitidos en EEUU sin importar la forma de entrar al país. Pero las mismas no constituyen la causa del éxodo masivo, sino un incentivo, pues la emigración cubana, como cualquier otra, es una forma de reacomodo geográfico que se produce cuando las condiciones naturales o sociales de un lugar impiden la satisfacción de las necesidades de sus habitantes y/o la garantía de conservación de sus vidas. Sin esa condición el incentivo no hubiera funcionado.
Con los acuerdos del 12 de enero de 2017 quedan derogadas ambas disposiciones presidenciales. De ahora en lo adelante, según la declaración del presidente Barack Obama, "el personal médico cubano será ahora elegible para solicitar asilo en las embajadas y consulados de Estados Unidos en todo el mundo según los procedimientos aplicables a todos los extranjeros". Es decir, los cubanos serán admitidos en EEUU solo si tienen visa o permiso del Gobierno para entrar. Y como cualquier otro migrante, podrán obtener la residencia al año y un día de estar en territorio norteamericano, pero sin permiso de trabajo u otro beneficio hasta ese momento.
En el caso de los médicos una parte considerable de ellos ha preferido emigrar a otros países, donde no tienen que invertir una suma alta de dinero ni dedicar años de estudio para revalidar su título. Ese hecho explica su alta presencia en países de América Latina, África y Europa. Por tanto, sus fugas continuarán produciéndose hasta que cambien la condiciones al interior de Cuba.
Según la Declaración Conjunta, firmada el 12 de enero de 2017 por los dos gobiernos, EEUU continuará garantizando la migración regular desde Cuba, con un mínimo de "20.000 personas anuales", tal y como se acordó entre los dos países en 1995, después de la estampida por la Base Naval de Guantánamo. Mientras Cuba aceptó que las personas incluidas en la lista de 2.746 (los presos, criminales y locos que fueron enviados a EEUUCa en 1980 por el Puerto de Mariel) regresen a la Isla, como se había acordado entre los dos gobiernos desde diciembre de 1984.
Del análisis precedente se desprenden las siguientes conclusiones:
—Los recientes acuerdos del 12 de enero son una manifestación del camino de regreso de la confrontación a la negociación, como debió ocurrir antes y como debería ocurrir con las diferencias pendientes entre los dos gobiernos.
—El Gobierno cubano ha estado exigiendo al de EEUU la suspensión de los "incentivos", pero la solución de la emigración sostenida durante casi seis décadas es imposible sin atacar sus principales causas, que están en el modelo cubano.
—Como los que desean abandonar el país es una cifra mucho mayor que las 20.000 visas anuales que concede EEUU, el éxodo continuará. Ello indica que el día que el Congreso norteamericano derogue la Ley de Ajuste, los cubanos seguirán huyendo por todas las vías y formas posibles. La diferencia estará en que no se podrá culpar al Gobierno estadounidense, porque desaparecerá el incentivo pero las causas continúan pendiente de solución.
—El descontento de los que no se pueden ir y la imposibilidad de realizar proyectos de vida en un país sin perspectivas, aumentará un malestar que hasta ahora había encontrado una salida fácil con el "incentivo" de la política norteamericana durante las décadas de confrontación.
Las cuatro salidas masivas (Camarioca, Mariel, la Base Naval de Guantánamo y la más reciente por Centroamérica), que sirvieron de alivio al Gobierno para sostener la gobernabilidad, demuestran que si bien la política norteamericana ha sido un aliciente del éxodo, la causa está en otra parte.
Para eliminar o disminuir tanto las estampidas masivas como el éxodo sostenido, que han arrojado más de dos millones de cubanos hacia otros lugares, es necesario emprender las reformas internas con la profundidad suficiente para que los cubanos puedan encontrar en su país lo que ahora tienen que ir a buscar en el exterior.
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