Bajando del cielo, así llegó Lady Gaga a la Super Bowl
La actuación de Lady Gaga durante la Super Bolw no incluyó grandes gestos contra el presidente de EEUU, Donald Trump, pero sí referencias a la integración de grupos como los homosexuales, los afroamericanos o los latinos.
Vuelve a sus orígenes en el Superbowl 2017
Lady Gaga y su mensaje de unidad y diversidad en el Superbowl
Esta tierra es tu tierra
Esta tierra es mi tierra
Esta tierra fue hecha para y para mí
Estos versos de This land is your land, el clásico de Woody Guthrie, salieron de boca de Lady Gaga justo después de abrir el medio tiempo de la Super Bowl con un trozo de Glod Bless America. En menos de 50 segundos, Gaga dejaba claras sus intenciones, su posición política, su amor a Estados Unidos y su rechazo a Trump. Y, tras saltar hacia el centro del estadio volando, abría una de las actuaciones más espectaculares que se recuerdan en la Super Bowl.
No es nuevo eso de que un artista cuelgue de unos cables y vuele por encima de las cabezas del público. Lady Gaga dio un paso más allá y, tras comenzar su actuación cantando desde lo alto del techo del estadio de Houston, saltó desde allí arriba, dejando atónitos a todos.
Desde lo más alto del NRG de Houston, Lady Gaga entonó el patriótico “God Bless America”, subrayó que Estados Unidos es una tierra de “libertad y justicia para todos” y se lanzó a volar.
Y cayó en el escenario para el esperado show del medio tiempo del Superbowl de este domingo entre los New England Patriots y los Atlanta Falcons.
El Superbowl, el evento tradicionalmente de mayor audiencia televisiva en Estados Unidos, se realiza este año en una atmósfera de fuerte polarización respecto del presidente Donald Trump, de quien Lady Gaga ha sido una fuerte crítica.
La frase es del “juramento a la bandera”, que todos los niños hacen en las escuelas estadounidenses.
La primera canción fue un clásico: “Pocker Face” y le siguió “Born This Way”, que se ha convertido en un himno de la comunidad LGBT, que habla de aceptación sin importar raza u orientación sexual.
Vestida de plateado, Gaga presentó un espectáculo de alta tecnología, con una coreografía excelente, que incluyó la participación del público en el campo con linternas que cambiaban de colores.
Lady Gaga, bien conocida por sus abiertas posiciones políticas y sus extravagantes vestimentas, había dicho que enviaría un mensaje de inclusión.
Y frente al vicepresidente conservador Mike Pence, Gaga mantuvo su concierto libre de política, como dictan las reglas del deporte.
El “God bless America” es el verso más conocido de la canción “This Land is Your Land”, del clásico compuesto por el izquierdista Woody Guthrie y que se ha convertido en una alternativa al himno estadounidense.
Gaga compartió el escenario con un grupo de bailarines étnicamente diverso, que en un momento se unieron en un abrazo único.
“¿Cómo la pasan esta noche Texas? ¿Cómo la pasan esta noche Estados Unidos?”, preguntó.
“Estamos aquí para hacerlos sentir bien”, añadió.
Los conciertos en el Superbowl raramente son provocativos, aunque el año pasado Beyonce arrancó con “Formation”, cuyo video tiene un mensaje contra la brutalidad policial.
“Creo fervientemente en la inclusión. Creo en el espíritu de la igualdad y en el espíritu de este país como una nación de amor y compasión y amabilidad”, dijo Gaga en una rueda de prensa el jueves.
Lady Gaga vuelve a sus orígenes en el intermedio de la Super Bowl
Vuelta a los orígenes. Esta parece la premisa con la que Lady Gaga ha preparado el «Halftime show» del mayor evento deportivo del año en Estados Unidos. Con el marcador a favor de los Falcons, el estadio de Houston con más de 72.000 personas en su interior ha recibido a Gaga, la encargada de amenizar el descanso de la LI edición de la Super Bowl.
En apenas trece minutos, la artista neoyorquina ha hecho gala de un show perfectamente coreografiado y medido, sin apenas comentarios políticos, salvo en su introducción con «This land is your land», en clara alusión a la situación en la que el país se encuentra tras el veto del presidente Trump.
Tras entonar un «God bless America», y asegurar que Estados Unidos es un país de «libertad y justicia para todos», desde lo alto del estadio Lady Gaga, enfundada en un traje brillante, ha dado comienzo al show lanzándose al vacío para dar paso a un espectáculo en el que la diva ha hecho un repaso a los grandes hits de su carrera.
«Poker Face» -uno de sus temas más conocidos- inundaba el estadio en el preludio de un intermedio en el que no han faltado bailarines, fuego y luces. A este le han seguido «Born this way», «Telephone» o «Just Dance», para dar paso al tramo lento de la actuación con una Gaga a piano entre el público al ritmo de «Million Reasons», que ha tenido un protagonismo especial gracias a las luces que portaban y que parecían bailar al ritmo de la cantante. Eso sí, la artista ha dejado fuera de los temas su anterior disco, «Artpop», y ha fundamentado su show en sus primeros álbumes y «Joanne», su último LP.
Para el final del del numero Lady Gaga, que ha enganchado canción tras canción, ha terminado su minuto de oro a ritmo de «Bad Romance», escala una plataforma y, cual declaración de intenciones, arroja primero su micrófono, arroja después un balón que alguien le pasa y al final, se arroja ella misma. Un giro interesante y encumbrada por los aplausos de los presentes – llegó volando del cielo y volando hacia el cielo esperábamos que se fuese– que desde hace muchos años parece no encajar en lo que las listas de éxitos esperan de ella.
Anoche, en todo caso, demostró que es una de las estrellas de pop más completas que hemos conocido: canta y baila sin despeinarse y tiene un extraordinario sentido del espectáculo y de la oportunidad (este último probablemente desaprovechado en los últimos años).
Su destino, probablemente, estaba obligado a ser este: la mujer que conquistó al gran público cantando a los bichos raros ha acabado, a su manera, convertido en uno. En un bicho raro millonario que canta ante millones de espectadores, eso sí.
Si su carrera despega de nuevo hasta el infinito desde aquí o se queda en ese mismo e interesantísimo punto a medio camino entre el mainstream asbsoluto y el club de los raros es algo que sabremos pronto.
La actuación de Lady Gaga en el intermedio de la Super Bowl se ha convertido en la más cara de la historia al alcanzar los 10 millones de dólares. La artista apenas había dado pistas sobre su show, y tan solo compartio imágenes durante los preparativos de sus ensayos.