Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Cuba Eterna
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 BANDERA DE CUBA 
 MALECÓN Habanero 
 *BANDERA GAY 
 EL ORIGEN DEL ORGULLO GAY 
 ALAN TURING 
 HARVEY MILK 
 JUSTIN FASHANU FUTBOLISTA GAY 
 MATTHEW SHEPARD MÁRTIR GAY 
 OSCAR WILDE 
 REINALDO ARENAS 
 ORGULLO GAY 
 GAYS EN CUBA 
 LA UMAP EN CUBA 
 CUBA CURIOSIDADES 
 DESI ARNAZ 
 ANA DE ARMAS 
 ROSITA FORNÉS 
 HISTORIA-SALSA 
 CELIA CRUZ 
 GLORIA ESTEFAN 
 WILLY CHIRINO 
 LEONORA REGA 
 MORAIMA SECADA 
 MARTA STRADA 
 ELENA BURKE 
 LA LUPE 
 RECORDANDO LA LUPE 
 OLGA GUILLOT 
 FOTOS LA GUILLOT 
 REINAS DE CUBA 
 GEORGIA GÁLVEZ 
 LUISA MARIA GÜELL 
 RAQUEL OLMEDO 
 MEME SOLÍS 
 MEME EN MIAMI 
 FARAH MARIA 
 ERNESTO LECUONA 
 BOLA DE NIEVE 
 RITA MONTANER 
 BENNY MORÉ 
 MAGGIE CARLÉS 
 Generación sacrificada 
 José Lezama Lima y Virgilio Piñera 
 Caballero de Paris 
 SABIA USTED? 
 NUEVA YORK 
 ROCÍO JURADO 
 ELTON JOHN 
 STEVE GRAND 
 SUSY LEMAN 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 
 
  Herramientas
 
General: Donald Trump, el hombre que hizo a China grande de nuevo
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: BuscandoLibertad  (Mensaje original) Enviado: 11/02/2017 17:19
El presidente de Estados Unidos ha dejado consternado al mundo y
 provocado la admiración de Xi Jinping. Una posible gran victoria para Pekín
  
trump-xi-jinping-montage_0.jpg (1024×578)
Donald Trump, el hombre que hizo a China grande de nuevo
                  Isabel Hilton Eldiario.es
Hace dos años, algunos expertos europeos y estadounidenses se reunieron para hablar sobre China en una elegante casa de campo inglesa. El escenario era encantador. El estado de ánimo, sombrío. Tras dos años de mandato de Xi Jinping, la política de China se estaba apartando del camino de liberalización de las últimas tres décadas hacia un nacionalismo duro que incomodaba a sus vecinos más cercanos y a sus aliados occidentales.
 
China se volvía más poderosa y menos amistosa, sacando a los competidores extranjeros de su mercado doméstico, demostrando quién mandaba en el Mar de la China Meridional, aplastando a la oposición interna y forzando la lealtad hacia el régimen.
 
Según los expertos, en su mayor parte de ideología liberal, el espectacular éxito de la apertura económica china y su parcial relajamiento político llevarían a una sociedad más abierta, a un Estado de Derecho más amplio y a una mayor inclusión política. Se llevaron una sorpresa cuando descubrieron que la misión de Xi no era conducir a China hacia el pluralismo político y la tolerancia, sino apuntalar al Partido Comunista. Xi había logrado frenar lo que según los expertos era una tendencia inevitable: el empuje hacia la apertura política por parte de la nueva clase media.
 
Si eso no iba a suceder, el aumento de la influencia china en el mundo hacía inevitable un conflicto entre los sistemas, valores y normas de EEUU, un país pluralista y democrático, y el Partido Comunista en Beijing. Sería desagradable, pero nadie dudaba del resultado: se impondrían los valores de EEUU.
 
Los expertos debatían un posible éxito de China en la pelea. ¿Qué podría salir mal? ¿China le daría vuelta a la economía mundial y a las disposiciones de seguridad para ponerlas a su favor? ¿Qué podría hacer EEUU para defender sus normas y valores además de terminar el Acuerdo de Asociación  Transpacífico TPP (la gran iniciativa de EEUU para fomentar el libre mercado en el Pacífico) y de apuntalar garantías de seguridad política para los aliados regionales más cercanos (Japón, Corea del Sur y Vietnam) y ponerle límite al crecimiento de la influencia china?
 
EEUU rompió sus propias reglas
 
Un sólo escenario no se tuvo en cuenta: el de Estados Unidos rompiendo sus propias reglas y dejando el camino libre para que China consolidara su dominio sobre la región Asia-Pacífico y extendiera su influencia global. Nadie imaginó algo tan descabellado. Las medidas de Donald Trump parecen haber tomado por sorpresa a Pekín tanto como han causado preocupación entre los aliados de EEUU. El desafío de China ahora es cómo aprovechar la situación y contener el inevitable daño.
 
En términos de diplomacia internacional, todo está saliendo bien. Es difícil imaginar a Trump haciendo un pedido de paz y cooperación internacional de 58 minutos de duración con citas de Tucídides, Stephen Hawkins y Herman Hesse, o referencias a la caja de Pandora, la Paz de Westfalia y la espada de Damocles. Un discurso tan bien elaborado, claro homenaje a los valores que EEUU ha promovido desde 1945, podría haber sido pronunciado por otros presidentes estadounidenses pero no por Trump. Pero tampoco fue uno de ellos. Son las palabras del secretario general del Partido Comunista y presidente de China en un foro de las Naciones Unidas de enero en Ginebra. “Construir una comunidad de futuro compartido para la humanidad y lograr un desarrollo compartido y en el que todos ganen”, resumió entonces Xi como la propuesta de China para el mundo.
 
No hace mucho tiempo, una frase así de Xi habría sido recibida con un amable escepticismo. Hoy la escuchamos casi sin cuestionamientos.
 
Trump ha acusado a China de “violar” a EEUU, una palabra que él podía haber evitado. El presidente Xi recordó a su auditorio en Ginebra la contribución de China a la estabilidad económica mundial desde la crisis financiera: en promedio, el crecimiento chino representó cada año el 30% del crecimiento global. “En los próximos cinco años”, predijo Xi, “China importará 8 billones de dólares en materias primas, recibirá 600 mil millones de dólares en inversiones extranjeras, invertirá 750 mil millones de dólares en el extranjero, y los turistas chinos harán 700 millones de visitas al exterior”.
 
El compromiso de Xi con el capitalismo global es convincente, dada la dependencia de China con las exportaciones. Más audaz fue su otro argumento. “Siempre hemos puesto los derechos e intereses del pueblo por sobre todo lo demás y hemos trabajado arduamente para avanzar y defender los derechos humanos”, dijo. En Ginebra ese día no había ninguna organización de Derechos Humanos.
 
La afirmación de Xi es, como mínimo, discutible. Pero parece poca cosa al lado de las exageraciones, falsas afirmaciones y amenazas de Trump y su entorno.
 
China puede salir muy beneficiada
 
En un mundo de crecientes tensiones y cambios habrá pocos ganadores. China no habría elegido este momento para pelear contra EEUU pero podrá anotárselo como un triunfo si logra consolidar su supremacía económica en la región y fuera de ella, utilizando su fuerza económica para obtener réditos diplomáticos y políticos a la vez que se escapa de la condena internacional que hasta ahora provocaba su represión interna.
 
En el poco tiempo que lleva de presidente, el único logro de Trump ha sido destruir los valores intangibles del poder blando de EEUU y hacer que el régimen de China parezca menos criticable. Antes de Trump, incluso mientras se peleaban por acceder al mercado chino, los países de Occidente miraban a Pekín con escepticismo. ¿Por qué deberíamos creer el mensaje mundial de un régimen que no tolera el desacuerdo o los problemas internos?
 
Pero esa es una pregunta que debemos empezar a formular a EEUU. Las mentiras oficiales de China parecen simples en comparación con las de un hombre que apenas puede terminar una oración sin pronunciar una mentira. Si Pekín se está preguntando ahora hasta dónde es posible o conveniente reemplazar la influencia de los EEUU, para los aliados de EEUU, la pregunta es otra: ¿hasta dónde queremos que llegue el triunfo de Pekín?
 
                                              Fuente Eldiario.es
Isabel Hilton es editora de la publicación especializada chinadialogue.net
Traducido por Francisco de Zárate


Primer  Anterior  2 a 2 de 2  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 11/02/2017 17:36
Conversación telefónica Xi-Trump, ¿un buen primer paso para el diálogo bilateral9
La conversación telefónica entablada entre el presidente de China Xi Jinping y su homólogo estadounidense, Donald Trump, es un buen primer paso para alentar el diálogo bilateral y ofrece una plataforma para una mayor cooperación, indicaron hoy expertos estadounidenses.
 
249517_1.jpg (972×679)
El aprendiz a presidente, Trump y el presidente dictador de China, Xi Jinping
La conversación telefónica entablada entre el presidente de China Xi Jinping y su homólogo estadounidense, Donald Trump, es un buen primer paso para alentar el diálogo bilateral y ofrece una plataforma para una mayor cooperación, indicaron hoy expertos estadounidenses.
 
"La conversación telefónica fue un buen primer paso para alentar el diálogo entre los presidentes Trump y Xi", dijo en una entrevista con Xinhua Dan Mahaffee, analista del Centro para el Estudio del Congreso y la Presidencia.
 
Trump y Xi entablaron el jueves por la noche una conversación telefónica "extremadamente cordial" durante la cual acordaron que las dos partes participarán en discusiones sobre diferentes temas de interés común.
 
"Una conversación cordial y el tono de la discusión son un reflejo del hecho de que los dos líderes entienden que aunque las diferencias siguen existiendo, estas tienen que ser abordadas a través del diálogo y la diplomacia", dijo Mahaffee.
 
Douglas Paal, vicepresidente de estudios del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, dijo a Xinhua que la conversación "fue muy importante para proporcionar un cimiento de estabilidad a las relaciones Estados Unidos-China y una plataforma para una cooperación aún más amplia y para el manejo de las tensiones que puedan surgir".
 
La conversación telefónica fue la primera de los líderes de las dos economías más importantes del mundo desde que Trump llegó a la presidencia a fines de enero.
 
Antes del jueves, Trump había hablado por teléfono con cerca de 20 líderes extranjeros excepto Xi, lo que generó inquietud en el sentido de que la falta de contacto entre los dos líderes pudiera conducir a nuevas tensiones en los lazos bilaterales.
 
La conversación telefónica Xi-Trump fue importante para romper el hielo en los lazos China-Estados Unidos, dijo en entrevista con Xinhua Darrel West, vicepresidente y director de Estudios de Gobernanza de la Brookings Institution.
 
"La conversación ayudó a abrir las puertas a las consultas de alto nivel, lo cual es bueno para los dos países", dijo West.
 
"Es importante que China y Estados Unidos permanezcan en contacto estrecho. Son dos naciones muy destacadas en el mundo y es crucial que la comunicación esté abierta para que no haya malentendidos o algo que pueda salirse de control", dijo.
 
Los expertos coincidieron en que la afirmación por parte de Trump de la política de Una Sola China, la base de los lazos entre las dos naciones, preparó el terreno para la conversación telefónica que probablemente se produjo después de que Trump y sus asesores concluyeron que no hacerla podría resultar más costoso que benéfico.
 
Trump había irritado previamente a China al tomar la llamada de la lider taiwanesa Tsai Ing-wen luego de ganar la presidencia en noviembre pasado y al afirmar ante los medios estadounidenses en diciembre que la política de Una Sola China estaba abierta a la negociación.
 
"El hecho de que Trump ahora acepte la política de Una Sola China permitirá a la relación desarrollarse de forma más natural", dijo West, quien señaló que resolver este punto era un requisito para abordar todos los demás.
 
Si Trump siguiera cuestionando la política de Una Sola China no habría ninguna base para que el presidente Xi interactuara con él, dijo Paal, ex director del Instituto Americano de Taiwan.
 
Bonnie Glaser, experta en China del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, dijo a Xinhua que es probable que Trump haya sido convencido por sus principales asesores de que era necesario emitir una declaración sobre la política de Una Sola China "con el fin de impulsar la relación bilateral en otras áreas".
 
"El precio de no apegarse a la política de Una Sola China era demasiado alto", dijo Glaser, quien agregó que esto no debe verse como que Trump hizo una concesión.
 
Informes de los medios revelaron que el secretario de Estado, Rex Tillerson, dijo en respuestas por escrito a algunas preguntas después de su audiencia de nominación en el Senado que Estados Unidos debe apegarse a la política de Una Sola China.
 
Mientras China y Estados Unidos inician negociaciones para abordar sus fricciones e impulsar la cooperación en diversos temas de interés común hay una amplia gama de asuntos que exigen atención temprana, señalaron los expertos.
 
Estos son el programa nuclear de la República Popular Democrática de Corea, el déficit comercial de Estados Unidos con China, las inversiones mutuas y el impulso a las exportaciones estadounidenses, dijo Paal.
 
Mahaffee dijo que en el primer lugar de la agenda de las conversaciones entre China y Estados Unidos deben estar los temas de las disputas en los mares Meridional y Oriental de China, la seguridad cibernética, el comercio, la inversión y la moneda.
 
"Creo que puede haber discusiones encaminadas a evitar los errores de cálculo entre las naciones en los ámbitos marítimo, aéreo, espacial y cibernético y también creo que se pueden lograr acuerdos sobre comercio e inversión que harían más fácil para las empresas de los dos países invertir en la otra nación", dijo.  


 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados