Fresca y olorosa, como el primer día:
Rosita Fornés celebró sus 94 años
Rosita Fornés ostenta la Orden Félix Varela y los Premios Nacionales de Teatro (2001), Televisión (2003) y
Música (2005), respectivamente. Estos son los más altos reconocimientos a los que puede aspirar un artista en Cuba.
Hubo décadas enteras en las que todos los años que en Cuba se perdían se los achacábamos a Rosita Fornés. La gente en el fondo no se acostumbraba a la idea de que ella fuera patrimonio de todas las generaciones a la vez con su aplastante glamour, talento y belleza.
Rosita siempre fue buena en todo y el deseo de perpetuarla por los siglos de los siglos condujo a maniobras impensables, como el deseo inconcluso de buscarle el relevo que nunca apareció, porque jamás dio la talla, en buen cubano, una suplente de su hondura y universalidad.
Rosalía Palet Bonavía nació en Nueva York, un 11 de febrero de 1923, pero a la edad de dos años sus padres se la llevaron para Cuba, donde se radicaron. Fue en 1938 que la joven adoptó el Fornés como su nombre artístico, a sugerencia de su padrastro, quien la crió a partir de los cuatro años, y ese mismo año obtuvo su primer gran triunfo como cantante en “La Corte Suprema del Arte”, un famoso concurso de la radio cubana, donde “no le tocaron la campana” y ganó el gran premio de la competencia, aunque sus padres no querían que fuera artista, y le dijeron, una vez obtenido el reconocimiento: “Ya te complacimos, ahora para la casa a seguir estudiando”. No obstante, al fin los convencieron y entonces Rosita comenzó a recibir clases de canto con el profesor Mariano Meléndez, dando inicio así a una carrera ascendente que la llevaría a conquistar los primeros planos de popularidad en la Isla.
Literalmente basados en este dato que puede parecer insignificante, podemos asegurar hoy que Rosita lleva como nadie en este mundo 90 años de vida artística, aunque lo justo seria convencernos de que la vedette cubana era artista incluso antes de nacer.
Además de sus grandes triunfos en Cuba, donde sigue siendo profeta sin relevo, conquistó México, donde la bautizaron como “la primera vedette de América”.
Rosa Fornés ha brillado en el canto, la actuación, el baile, el cine, la zarzuela, la opereta y el teatro, y sus actuaciones han sido un paradigma de excelencia y de profesionalismo.
Rosita es más que todo lo que describe su larga hoja de ruta al servicio del arte. Rosita es un símbolo de resistencia de la Cuba que no ha vuelto a ser ni la sombra de lo que antes fue. Rosita es ese abolengo perpetuo que azota con su mirada a la decadencia de una nación que se siente orgullosa de tenerla.
11 febrero, 2017
Con información de wikipedia y Cuba encuentro.