Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Cuba Eterna
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 BANDERA DE CUBA 
 MALECÓN Habanero 
 *BANDERA GAY 
 EL ORIGEN DEL ORGULLO GAY 
 ALAN TURING 
 HARVEY MILK 
 JUSTIN FASHANU FUTBOLISTA GAY 
 MATTHEW SHEPARD MÁRTIR GAY 
 OSCAR WILDE 
 REINALDO ARENAS 
 ORGULLO GAY 
 GAYS EN CUBA 
 LA UMAP EN CUBA 
 CUBA CURIOSIDADES 
 DESI ARNAZ 
 ANA DE ARMAS 
 ROSITA FORNÉS 
 HISTORIA-SALSA 
 CELIA CRUZ 
 GLORIA ESTEFAN 
 WILLY CHIRINO 
 LEONORA REGA 
 MORAIMA SECADA 
 MARTA STRADA 
 ELENA BURKE 
 LA LUPE 
 RECORDANDO LA LUPE 
 OLGA GUILLOT 
 FOTOS LA GUILLOT 
 REINAS DE CUBA 
 GEORGIA GÁLVEZ 
 LUISA MARIA GÜELL 
 RAQUEL OLMEDO 
 MEME SOLÍS 
 MEME EN MIAMI 
 FARAH MARIA 
 ERNESTO LECUONA 
 BOLA DE NIEVE 
 RITA MONTANER 
 BENNY MORÉ 
 MAGGIE CARLÉS 
 Generación sacrificada 
 José Lezama Lima y Virgilio Piñera 
 Caballero de Paris 
 SABIA USTED? 
 NUEVA YORK 
 ROCÍO JURADO 
 ELTON JOHN 
 STEVE GRAND 
 SUSY LEMAN 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 
 
  Herramientas
 
General: EL CASTRISMO ES ANTICUBANO (Yo siempre lo he pensado)
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 27/02/2017 16:14
CUBA-DISIDENTES_OEA_SPANXRE101.jpg (640×434)
                                                                                                                                            Una silla está vacía con el nombre del secretario general de la OEA,  en la casa de Rosa María Paya, en La Habana 
 
'El castrismo es anticubano'
 
Gina Montaner  —-  El Nuevo Herald
Una vez más me quito el sombrero ante Rosa María Payá por su coraje y su empeño en desmontar las falacias de la dictadura castrista.
 
En esta ocasión la hija del desaparecido opositor cubano Oswaldo Payá –quien murió en extrañas circunstancias como consecuencia de un supuesto accidente de tráfico cuando lo seguía la policía política– regresó a Cuba con la intención de entregar los premios que llevan el nombre de su padre.
 
A dicho evento, que consiguió celebrarse en el domicilio habanero de la familia Payá junto a medio centenar de personas, no pudieron acudir tres reconocidos galardonados: el ex presidente mexicano Felipe Calderón, la ex ministra chilena Mariana Aylwin y el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA) Luis Almagro. Sencillamente el gobierno cubano les prohibió ingresar en el país porque, según un comunicado oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores, eran cómplices de una “provocación anticubana”.
 
Ya se sabe que desde hace años la dinastía de los Castro confunde sus intereses –que son los de su estirpe y la corte que la acompaña– con los del pueblo cubano, que desde hace casi seis décadas no tiene memoria de una sociedad abierta y democrática con gobiernos que se eligen libremente en las urnas.
 
Los Castro han llegado a creerse que encarnan al señor feudal que maneja el destino de la gleba y por eso persiguen sin tregua a cualquier persona que ose sacudir su feudo: por ejemplo, ahora Rosa María y en el pasado su propio padre, al frente del Movimiento Cristiano de Liberación y su Proyecto Varela, que proponía un plebiscito que en su momento hizo temblar los cimientos de la dictadura.
 
Tal y como ha reiterado Ángel Carromero, el político español que conducía el auto en el que perecieron Payá y el también activista Harold Cepero, a los dos opositores los eliminaron aprovechando un supuesto siniestro en una apartada carretera de Oriente. Para el gobierno alguien como Payá resultaba demasiado peligroso porque su coherencia y su integridad ponían al descubierto ante el mundo las maniobras de un régimen despótico.
 
Desde entonces su hija Rosa María y su viuda Ofelia Acevedo han tomado el relevo. Su misión es continuar el legado de Payá y valerse de todas las plataformas internacionales para denunciar los atropellos que el Estado cubano comete contra sus ciudadanos.
 
Junto con otros jóvenes activistas de Latinoamérica que defienden los derechos humanos allá donde son pisoteados, Rosa María viaja por el mundo desenmascarando a una revolución que vendió el sueño de la utopía y se convirtió desde el principio en una distopía comunista. Ahora, recurriendo a un permiso de entrada que tiene vigente, ha regresado a su hogar para demostrarles a la cara a los señores feudales que la gleba pare corazones libres como el suyo.
 
Como cabía esperar, la dictadura castrista ha descalificado a los ilustres invitados que no pudieron recoger su premio “Oswaldo Payá” en La Habana. Son tan predecibles como un disco rayado y pretenden difamar con viejas soflamas que solo los más estalinistas (increíblemente todavía los hay) repiten como cacatúas. Con gran tino, el Secretario General de la OEA ha calificado de “ridículo” que el gobierno piense que el acto afectaría “el bienestar del pueblo cubano o las relaciones bilaterales con Estados Unidos.”
 
Eso también lo sabe el régimen cubano, pero lleva demasiados años instalado en la Edad Media de su trasnochado feudalismo y solo le queda la desvergonzada pantomima de los gobiernos que denuestan la verdad.
 
No hay nada más anticubano que el castrismo. Cincuenta y ocho años imponiendo pobreza, mordaza y encierro son la prueba más incontestable de su desprecio. Una verdadera provocación contra todo un pueblo. Los Payá, vivos o muertos, no descansan hasta acabar con el vasallaje.


Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados