Donald Trump escoge al abogado
Richard Grenell abiertamente gay, como embajador de los Estados Unidos en la OTAN
Richard Grenell es el embajador de los Estados Unidos en la OTAN que ha escogido Donald Trump, un abogado cristiano abiertamente homosexual, lo que le convierte en la persona gay con más alto rango en el gabinete del presidente estadounidense.
Tras liderar las encuestas y a falta de confirmación oficial por parte de la Casa Blanca, Richard Grenell ha sido escogido como embajador para la OTAN por Donald Trump, convirtiéndose en la persona homosexual con más alto rango en el gabinete del presidente de los Estados Unidos, reemplazando a Douglas Lute, que ocupa el cargo desde 2013.
Exportavoz de tres embajadores de Estados Unidos en las Naciones Unidas entre 2001 y 2008, y colaborador habitual de FOX News, Rick Grenell, de 50 años de edad, es un abogado cristiano y republicano, como tal, defiende su postura contra el aborto y como experto en política exterior, ha criticado duramente las estrategias de defensa y política exterior de Barack Obama. Pero también es abiertamente homosexual y defiende el matrimonio igualitario, como un problema «conservador», y critica a los «ruidosos activistas de la libertad religiosa», que se oponen a los homosexuales. Es uno de los republicanos que abanderan la postura favorable de Trump hacia el colectivo LGBT, desmarcándose como uno de sus principales apoyos desde que saliera su candidatura para la carrera por la presidencia.
«Soy gay, soy cristiano y todavía soy un hombre de fe», explica Grenell que, tras crecer en un hogar fuertemente cristiano y acudir a una universidad de las Asambleas de Dios, donde tuvo relación con el pastor homosexual Peter Gomes. Actualmente reside en Los Ángeles con su pareja Matt Lashey, quien se define a sí mismo como «innovador entusiasta, ejecutivo en medios de comunicación y entretenimiento y experto en percepción del consumidor». «Sé que nací de esta manera», proclama Grenell en una manera de decir que es responsabilidad divina que sea homosexual en lo que es su manera de luchar contra la homofobia tradicional de los sectores más religiosos y conservadores del Partido Republicano, que tradicionalmente se han opuesto siempre al matrimonio igualitario y los derechos de las personas homosexuales.
«Para tantos cristianos con los que crecí, se enfocaban en los versículos de la Biblia que hablan de la homosexualidad como algo negativo. Y cuando vuelves sobre las palabras originales de estos versos, no se trata de ser homosexual en absoluto. Se trata de ser desviado, o una prostituta», explica Grenell sobre los textos del Nuevo Testamento, en el que se refugian algunos para justificar la homofobia, pero que según él interpreta, se refieren a aquellas personas que nos son capaces de comprometerse en una relación, pero no a los homosexuales en general. Grenell, también está en contra de la libertad religiosa, porque «alguien en la comunidad gay que empuja y se esfuerza en tratar de hacer que la comunidad gay entienda que no deberíamos estar tratando de hacer que la gente de saltos de alegría y sea feliz por el hecho de que somos gay. Debemos exigir igualdad de derechos, protección igual, y eso es todo. No estoy buscando la aprobación de mi vida por parte de la gente. Estoy buscando la igualdad y la protección, al igual que usted no me busca a mi para aprobar cada área de su vida».
Desde el principio de esa carrera Donald Trump se había proclamado como el candidato republicano que más cerca había estado nunca del colectivo LGBT, siendo apoyado públicamente por Peter Thiel, a quien incluye en el comité de transición. Pero lo cierto es que desde que firmara el cargo Trump ha ido dando una de cal y otra de arena, despistando tanto al colectivo LGBT como a los sectores más conservadores. Si bien en campaña había arremetido contra la ley de restricción del uso de los cuartos de baño para personas transexuales y en su primera entrevista tras su elección sugería que no tenía intención alguna de revocar la ley de matrimonio homosexual, nada más firmar el cargo desaparecía cualquier alusión del colectivo LGBT de la página electrónica de la Casa Blanca, escogiendo para su gabinete a personas radicales en su oposición a los derechos de las personas homosexuales, bisexuales y transexuales, llegando a derogar en febrero la directiva sobre los cuartos de baño que protegía a los menores transexuales, levantado la veda para la transfobia en muchos estados.
Una serie de elecciones que se contradicen como su decisión de mantener a Randy Berry en el puesto de Enviado Especial para los Derechos de las Personas LGBTI o el restablecimiento de la orden ejecutiva de Obama obligando a los contratistas federales a tener políticas por-LGBT.