Pintura Vicente Romero Redonto, nacido en Madrid 1956
Madre no hay más que ¿una?
Dicen que madre no hay más que una aunque ahora un gay ya puede tener dos madres y lo que suscribo en este artículo en este caso habría que multiplicarlo por dos. De siempre la relación más intensa que tiene un gay en toda su vida es la que le une a su madre que desde el primer momento es un volcán a puntito de erupción. La literatura, el teatro y el cine han dado fé de ello y algunos psicólogos han escrito sesudos ensayos que han retratado la relación entre un marica y su señora madre.
Las madres han sido las señoras abnegadas de la casa que siempre han visto y detectado que sus hijos gays eran "diferentes" al resto y cuando sus hijos decidieron salir del armario se ganaron el premio a la Mejor Actriz de reparto por su interpretación sublime al hacerse las sorprendidas menos en mi caso que cuando decidí salir del armario se sorprendieron porque se pensaban que el mariquita de la casa era mi hermano que siempre fue muy metrosexual hasta cuando aún ni se había inventado el término. Las madres siempre han tapado y justificado a sus hijos homosexuales y les han dado coartada en vez de dar la cara por ellos. Antiguamente se pensaba que un gay era incapaz de mantener una relación con una mujer porque en realidad de quién estaba enamorado era de su señora madre.
Un gay no puede vivir ni con su madre ni sin ella, es una relación tormentosa como pocas. Para un gay su madre es la mujer de su vida, es su gran amor y su referente. De hecho a medida que un gay va haciéndose mayor cada vez más va pareciéndose a su madre y unos descubre que tiene tics y manías iguales que los de su progenitora y al final uno muchas veces acaba pareciendo a su madre aunque menos masculina of course.
Hay algunas madres de gays que se han hecho casi más famosas que sus hijos como la madre de Pedro Almodóvar o la de Norman Bates que incluso hasta muerta le tenía frito al pobre Norman. La mía es una maravilla y esta columna va dedicada a ella. La persona que siempre me ha apoyado y que me ha ayudado a salir adelante y me ha enseñado mucho de lo que sé. Nos amamos al 90% y no nos soportamos el restante 10%. Ha demostrado ser una mujer fuerte y una gran persona. El orgullo que siento de ser su hijo es infinito y por eso espero que nos aguantemos muchos años más.