Los tiempos cambian y con ello se releen y reinterpretan teorias aun vigentes, como el caso del porque de la homosexualidad y del Complejo de Edipo, en los ultimos años nuevas teorias mas exactas estan demostrando que la homosexualidad y el Complejo de Edipo no son como creiamos. Por ejemplo que la homosexualidad no es una identificacion con la figura femenina de la madre sino mas bien un construccion social de la identidad y que en el complejo de Edipo, no es este último el culpable de todo.
“En su teoría psicoanálitica de la neurosis O. Fenichel afirma que la probabilidad de orientación homosexual es tanto mayor cuanto más se identifique un niño con su madre. Esta situación se produce especialmente cuando la figura materna es más brillante que la del padre, o cuando el padre está ausente totalmente del cuadro familiar como en los casos de muerte o divorcio, o cuando la figura del padre si bien presente resulta repulsiva por algún motivo grave, como el alcoholismo, la excesiva severidad o la violencia extrema del carácter. El niño necesita de un heróe adulto que le sirva como modelo deconducta; mediante la identificación, el niño irá absorbiendolas características de conducta de sus padres, y aunque de cierta manera se rebele a obedecer sus órdenes, inconcientemente incorporará costumbres y aun manías de sus progenitores, perpetuando los rasgos culturales de la sociedad en la que vive.
Una vez identificado con su padre, sigue Fenichel, el niño adopta la visión masculina del mundo, y en nuestra sociedad, la occidental, esa visión tiene un componente de agresividad – un rastro de su antes indiscutida condición de amo – que ayuda al niño a imponer su nueva presencia. Por el contrario, el niño que está adoptando como modelo la figura materna y no encuentra a tiempo una figura masculina que contrarrestre la fascinación materna, será socialmente menospreciado por sus rasgos afeminados, ya que no ostenta la rudeza de un muchachito normal.
Freud al respecto, comenta en su obra “De la transformación delos instintos” que en el varón homosexual, la más completa masculinidad mental puede a veces combinarse con la total inversión sexual, entendiendo por masculinidad mental rasgos como el valor, el espíritu de aventura y experimentación, y la dignidad. Pero en su obra posterior “Una introducción al narcisismo”, elabora una teoría según la cual el varón homosexual empezaría por una efímera fijación materna, para finalmente identificarse él mismo como mujer. Si el objeto de sus deseos pasa a ser un joven, es porque su madre lo amó a él, que era un joven. O porque él querría que su madre lo hubiese amado así. En fin de cuentas, el objeto de su deseo sexual es su propia imagen. Para Freud entonces tanto el mito de Edipo como el de Narciso son componentes del conflicto original que da origen a la homosexualidad. Pero de todas las observaciones de Freud sobre la homosexualidad, ésta ha sido la más atacada, objetándosele principalmente que los homosexuales cuya identificación es altamente femenina sienten como objeto de deseo sexual a tipos muy masculinos, o de edad pronunciadamente mayor.”
Con respecto a la homosexualidad: ¿Es la teoría queer el talón de Aquiles del psicoanálisis, “eso” de lo que no se quiere saber nada? ¿Es la obra de Lacan un paradigma heterocentrado, o plantea nuevas líneas de fuga para disolver la esperanza de un sujeto completo y la presunta armonía entre los sexos? ¿Cuáles son los desafíos actuales de la teoría queer y de su práctica política?
La teoría Queer (por el término inglés queer, ‘raro’, utilizado durante mucho tiempo como eufemismo para nombrar a los homosexuales) es una teoría sobre el género, que afirma que la orientación sexual y la identidad sexual o de género de las personas son el resultado de una construcción social, y que por lo tanto no existen papeles sexuales esencial o biológicamente inscritos en la naturaleza humana, sino formas socialmente variables de desempeñar uno o varios papeles sexuales.
De acuerdo con ello, la teoría queer rechaza la categorización del individuo en categorías universales como “homosexual”, “heterosexual”, “hombre” o “mujer”, sosteniendo que éstas esconden un número enorme de variaciones culturales, ninguna de las cuales sería más fundamental o natural que las otras; contra el concepto clásico de género, que distinguía lo “normal” (en inglés regular) de lo “anómalo” (queer), la teoría queer afirma que todas las identidades sociales son igualmente anómalas. La teoría queer critica las clasificaciones sociales de la psicología, la filosofía y la sociología tradicionales, basadas habitualmente en el uso de un sólo patrón de segmentación —sea la clase social, el sexo, la raza o cualquier otro— y sostiene que las identidades sociales se elaboran de manera más compleja como intersección de múltiples grupos, corrientes y criterios.
Con respecto al Complejo de Edipo:
El complejo de Edipo es algo de lo que todo humano con una pequeña gota de neuronas siempre se ha preguntado, como Edipo (Freud) de hijo a madre (deshaciendonos de la figura paterna) o como Electra (Jung) de hija a padre, el complejo es uno de los mas visibles y a su vez uno de los mas ocultos en lo profundo del inconsciente. Esta conflictiva edípica debe ser reprimida para favorecer el desarrollo natural de la sexualidad del niño. Más cuando la conflictiva edípica se dirige al inconsciente, entonces se pone en funcionamiento el complejo de castración, que aporta al niño una respuesta rudimentaria al enigma que le plantea la diferencia anatómica de los dos sexos (posesión o privación del pene) que el niño atribuye al cercenamiento del pene en la niña. El niño teme el cercenamiento del pene como castigo de sus actividades sexuales, lo cual le provoca una intensa angustia de castración. En la niña, la ausencia de pene es sentida como un perjuicio sufrido que psicológicamente intentará negar, compensar o reparar.
En mi experiencia personal no puedo evitar no ser victima de este, la carencia de una imagen paterna y el autoaniquilamiento de cualquier cosa parecida al padre, crearon en mi fuertes lazos con mi madre, sumandole a estos su ausencia durante muchos años mas, provocaron que mi dependencia hacia ella en algun momento fuese casi absoluta, como en el amor mientras menos se tiene a la persona que se ama, mas grande es este sentimiento. a veces pasa que nos sentimos culpables por este sentimiento, a veces los hombres se preguntan porque en cada mujer buscan a su madre y otros hombres no buscan mujeres porque ya tienen a su madre y se dedican quizas a buscar la figura ausente, en ese caso la paterna; a veces ese sentimiento nos causa culpa y en casos mas exagerados incluso desgracias y tragedias como las que cuenta el mito de edipo, una vez conoci a alguien que a tempana edad habia perdido a su padre y tres años antes a su madre, era obvio y el lo aceptaba incluso, que buscaba en los hombres a esa imagen paterna ausente a temprana edad, y que no buscaba mujeres porque estaba casi convencido de que estaba enamorado de su madre muerta (quizas solo fuese una idealizacion debido a la ausencia), me revelo un dia que lo del complejo de Edipo en realidad no estaba tan mal y que quizas algun dia el se lo hubiera tomado de manera literal … obviamente yo tomo el complejo por otro lado, de todas formas esto es solo un ejm de lo que cruza en la mente de todos los seres humanos , la diferencia esta en que todos reprimimos ese enamoramiento, es como si la sociedad nos castrara o nos condenara por ello, por eso tendemos a desviar nuestro amor o nuestra busqueda de complementacion (el unico instante en el que fuimos totalmente completos fue en el vientre de la madre) hacia otro lado y no en nuestra madre.
De todas formas desde el punto de vista del psicoloanalisis, Freud puso el acento en la culpabilidad del pequeño Edipo, algo criticable en esto es que quizas se olvido de analizar otros factores externos, como las conductas de su madre o de su padre, desde Freud se interpreta el amor del hijo hacia su madre, pero quizas es en realidad del padre hacia su hijo. todo esto me lleva a una nota que lei recientemente en un diario local (Pagina 12 escrito por Silvia Fendrik), acerca de otra version posible del mito fundante del psicoanalisis :” Las notas de Arminda Aberastury sobre el complejo de Edipo, recopiladas después de su muerte –en La paternidad, por Eduardo Salas, ed. Kargieman, 1978–, revelan un giro inédito. ¿No quiso publicarlas porque sólo eran ideas en borrador o porque no se atrevió a revelar su enojo con la concepción freudiana del Edipo? Este giro es que incluye una fuerte crítica a Freud. Arminda se pregunta por qué Freud habría ignorado u omitido el papel de Layo, el padre de Edipo, en el destino de su hijo, en lugar de postular el complejo de Edipo como el núcleo duro de la neurosis infantil y adulta, que como bien se sabe se centra en el niño y no en sus padres. Arminda Aberastury interpreta que, sometido a su padre, Freud no se habría animado a juzgar a Layo, y por eso puso el acento en la culpabilidad del pequeño Edipo.”
La verdadera historia del Complejo de Edipo:
“Una revuelta política en Tebas había obligado a éste a refugiarse junto al rey Pélope, quien lo nombró preceptor de su hijo Crisipo. Pero Layo traicionó la confianza de Pélope al raptar y violar a Crisipo. Pélope invocó la ayuda de los dioses para castigar a Layo: “Layo, Layo, jamás tengas un hijo, y si llegaras a tenerlo, que sea el asesino de su padre”. Años más tarde, de retorno a Tebas y deseando un heredero, Layo, temiendo que se cumpla la maldición de Pélope, consulta al oráculo de Delfos, que le responde de este modo: “Layo, pides la dicha de tener hijos. Un hijo te daré pero está decretado que has de perder la vida a manos de él”. El oráculo reformula así la maldición de Pélope, condenando a Layo a morir a manos de su propio hijo. Pero Layo desafiará al destino –¿tal vez su deseo “homosexual” de ser padre fue más poderoso que la predicción del oráculo?– pero la tragedia de Edipo ya estaba escrita. El resto es conocido. Para escapar de la maldición oracular, ambos, él y su esposa Yocasta, intentan librarse del bebé Edipo, arrojándolo al vacío desde el monte Citeron. Pero Edipo sobrevivirá, y años más tarde matará a Layo y se casará con Yocasta.”
“Edipo sobrevivirá también en la historia del psicoanálisis que lo descubrió, lo formuló, lo interpretó, y lo condenó, sin conocer, o atreverse a revelar su “verdadera” historia. En efecto, Arminda dirá que Freud no tomó en cuenta que la homosexualidad de Layo precede la historia de Edipo. ¿El padre primordial, terrible, el que sustituye en Arminda al freudiano padre de la horda, será entonces Layo? La conclusión inevitable sería que el asesinato del padre (Layo) que roba –y seduce– niños no instaura la prohibición del incesto, sino que conduce a él. No puede ser de otro modo, ya que el padre que el psicoanálisis ha excluido será precisamente el que experimenta deseos (homo)sexuales hacia sus hijos.Si el deseo de ser padre tiene su origen en la homosexualidad y/o en la envidia a la madre –otra versión de la paternidad–, el incesto queda favorecido en lugar de prohibido. Y el hijo –al igual que Edipo– será condenado y se condenará a sí mismo por un doble crimen del que no es culpable: haberse convertido sin desearlo en asesino de su padre y en esposo de su madre. Pero Arminda no le reprocha a Layo el haber desobedecido al oráculo, que destinaba a Edipo a convertirse en el asesino de su padre y de ahí en más en esposo de su madre. En cambio, le reprocha a Freud haber culpado a Edipo sin hacer ninguna mención a “los crímenes” de Layo.¿A qué apunta el argumento de Arminda? ¿Layo constituye acaso un posible paradigma del deseo homosexual de un hombre de tener un hijo en su propio cuerpo, a fin de devenir un buen padre? Por supuesto que, si pasa al acto, como Layo, corre el riesgo de ser asesinado, por la madre, por el hijo, por los psicoanalistas o por la ley social. En cambio, si ignora o reprime las fuentes homosexuales de su deseo-de-padre, podrá salvar su vida, pero estará “psicológicamente ausente” y se verá impedido de acercarse a su hijo, y de disfrutar de su paternidad.
¿El padre que el psicoanálisis de niños habría rescatado del olvido freudiano es que aquel que “se permite” reconocer su homosexualidad, ayudando a la madre en la crianza de los hijos? Así, aquel niño devendrá “naturalmente” un padre maternal comprensivo que brindará su ayuda cuando la madre o el niño lo requieran.Siempre en estas notas sobre la paternidad, Aberastury agrega que, en el varón, el agujero anal es la vía para recuperar la fusión con la madre, de la que surgirá el deseo (que la cultura más tarde se encargará de reprimir) de concebir un hijo en su propio cuerpo. Ulteriormente, el deseo del niño de ser padre no será sino la “lógica” continuación de su deseo de (ser) madre. ¿Se sostiene así la concepción de un hijo en continuidad con la primitiva fusión con la madre? ¿Concepción de sí mismo como hijo-madre? Sea como fuere, llegar a ser padre, en el psiquismo inconsciente, parece, para Aberastury, no diferir sustancialmente de llegar a ser madre. El pene sólo aparecerá como signo de la diferencia sexual anatómica. Las diferencias sexuales anatómicas le permitirán afirmar que para el niño el padre y la madre sólo serán o habrán sido necesarios como soportes identificatorios para cumplir con el mandato biológico de reproducción, que necesita “dos” sexos.
“¿No es Edipo el culpable ni en quien deberia recaer este sentimiento de culpabilidad si no quizas lo serian los sentimientos homosexuales del padre quienes en realidad originan todo este complejo, y que a su vez serian innato a la naturaleza del hombre como tal?, es una pregunta dificil de contestar, como alguna vez me dije a mi mismo, el psicoanalisis no es una ciencia y no podria serlo, ya que su objeto del estudio es la conducta humana, la ciencia se basa en una estructura para el estudio de sus objetos, pero el psicoanalisis jamás podria basarse en una estructura para estudiar la conducta del hombre, puesto que el hombre no es un objeto, si no un sujeto, y cada uno es tan diferente del otro … , los psicoanalistas dicen que para la creación de un sujeto es necesario el complejo de edipo con lo cual se saldria de los vinculos parentales, necesario o no, bueno o malo, la sociedad que tenemos funciona asi, y en ello ha basado su perpetuidad.
La homosexualidad no tiene nada que ver con la feminidad, dentro de la masculinidad los hombres son capaces de amar a otros hombres.