Puñaladas a bordo:
El sargento gay de la Armada española que se cansó de sufrir burlas
Tras agredir con arma blanca a un compañero, el Juzgado Militar destapa el supuesto acoso soportado por el suboficial durante su formación y abre una investigación para esclarecerlo.
El submarino 'Tramontana', en su base de Cartagena (Murcia). (EFE)
La Justicia militar de España desestima el 76% de las denuncias por acoso en las Fuerzas Armadas
POR ROBERTO R. BALLESTEROS - El ConfidencialEl sargento de la Armada española David L. L. sacó el pasado 22 de enero "toda la rabia" que —según sus propias palabras— había acumulado durante los últimos meses. Ese día, explotó en pleno servicio. A bordo de la fragata 'Canarias', que se encontraba atracada en el muelle 4-5 del puerto comercial de Augusta (Sicilia), el suboficial agredió presuntamente "en varias ocasiones con un arma blanca" a otro sargento, Martín A. A., quien "sufrió una herida en el hombro derecho" como consecuencia del ataque, como explica el Juzgado Togado Militar número 12 de Madrid, que ha abierto una investigación para esclarecer este suceso, así como una segunda agresión protagonizada por David L. L. contra otra compañera, la sargento Patricia M. P., ese mismo día.
El supuesto agresor, que fue detenido y trasladado a la fragata 'Navarra' cuatro días después, cuando este último barco fondeó en Cartagena, defendió su actuación durante su declaración ante el Juzgado Togado número 12. Justificó que durante todo el año 2016, cuando el sargento era alumno de la Escuela de Suboficiales y Submarinos, algunos compañeros se "mofaban" de él por ser homosexual y que eso le ha generado una ansiedad que salió a relucir de golpe el 22 de enero, cuando pinchó en el hombro a Martín A. A.
De hecho, sostuvo en su comparecencia judicial que, al estallar ante sus compañeros en la fragata 'Canarias', también los acusó a gritos de ser ellos quienes habían provocado su reacción. "Vosotros tenéis la culpa de todo", vociferó el sargento, quien se dirigió concretamente a su compañera Patricia M. P. "Sabes muy bien lo que ha pasado en la Escuela de Suboficiales, hija de puta", le chilló antes de añadir que lo que ocurría era 'vox populi'. "En la escuela todos sabían lo que me pasaba y el comandante de brigada no hizo nada; llevo mucho tiempo sufriendo 'bullying' en la puta Armada, desde marinero", protestó tras los insultos.
Ante el Juzgado número 12, el acusado señaló directamente al sargento Mario G. G. como quien más fomentaba esas mofas contra su persona. Fue este suboficial, según dijo David L. L., el hombre por el que tuvo que abandonar la Escuela de Submarinos. No era, sin embargo, el único que se burlaba de él, añadió en su declaración judicial. La propia Patricia M. P., indicó, tenía conocimiento de todo lo que estaba ocurriendo en torno al sargento y a su condición sexual, según detalla el Juzgado Togado en un auto firmado el pasado 7 de febrero, que también relata cómo, tras la declaración del supuesto agresor, la investigación dio un giro procesal.
La titular del Juzgado número 12 reclamó llevar a cabo un reconocimiento psiquiátrico del inculpado que confirmó la sospecha y ratificó el testimonio del sargento. "Como antecedentes patobiográficos de interés —revelaba el informe médico—, se encuentran los de haber sufrido previamente un grave trastorno de ansiedad cronificado durante su periodo de formación en la Armada y en relación con vivencias subjetivas de alusión de los demás compañeros en relación a su condición sexual, lo que motivó la petición de baja del curso de submarinos que realizaba así como alguna ideación y gesto autolítico no elaborado, sin acudir a especialista alguno".
Tras el informe, el hombre siguió estando imputado por el presunto apuñalamiento contra su compañero Martín A. A. y la agresión y los insultos a Patricia M. P., pero la titular del Juzgado número 12 ordenó —en el mencionado auto del 7 de febrero— abrir un proceso paralelo para investigar los hechos narrados por el sargento y apoyados por los especialistas psiquiátricos. En concreto, derivó esta nueva causa al Juzgado Togado Militar número 14 de Cartagena —dado que es allí donde se ubica la Escuela de Submarinos— con el fin de que este último iniciara una investigación contra Mario G. G. y otros funcionarios que participaron en las mofas por un delito contra los derechos fundamentales contemplado en el artículo 49 del Código Penal Militar, que vendría a ser el equivalente a delito de odio.
Un mes después, el pasado 15 de marzo, el Juzgado 14 de Cartagena hizo lo esperado e incoó un sumario con el fin de esclarecer los hechos, decisión que trasladó tanto al sargento ahora investigado como a la Fiscalía Jurídico Militar, que deberá ahora presentar un informe en el que relate las diligencias que considera necesario llevar a cabo para averiguar qué pasó realmente durante el periodo de formación de David L. L., quien hoy se encuentra en activo, pero pendiente de que la Armada le asigne nuevo destino.
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