Denuncian el asesinato de un adolescente gay de
17 años en Chechenia, arrojado desde un noveno piso por su propio tío
Distintos medios de comunicación internacionales recogen el terrible final que habría tenido un joven gay checheno, empujado desde una azotea por su propio tío. Al parecer, el crimen se habría cometido para “lavar la vergüenza” de la familia. Este caso no es el único que ha salido a la luz en los últimos días. Otra víctima del horror homófobo de Chechenia ha explicado que la policía estaría instigando a las familias a acabar con sus hijos homosexuales, alentándoles a “limpiar el honor con sangre”. Aunque el Gobierno de Putin ha hecho hasta ahora oídos sordos a la persecución homófoba de Chechenia, tras la reciente visita a Rusia de la canciller alemana, Angela Merkel, ha acabado prometiendo que investigará los hechos denunciados. Eso sí, un compromiso hecho con la boca pequeña.
Un muchacho homosexual, de apenas 17 años, habría sido arrojado al vacío desde un noveno piso en Chechenia. El propio tío, autor material del crimen, habría procedido de esta forma para “lavar la vergüenza” de la familia. La historia del asesinato del adolescente se produce después de que un superviviente de la purga gay en Chechenia se abriera a la revista rusa Snob sobre su experiencia de crecer en esta república semiautónoma de la Federación de Rusia. De acuerdo con su testimonio, las redadas contra homosexuales en Chechenia habrían estado ocurriendo desde hace años, no solo desde finales de 2016, como publicó Novaya Gazeta (el diario ruso que destapó la persecución organizada de las autoridades chechenas contra su población homosexual).
En la historia de vida publicada por Snob, un hombre gay que consiguió escapar de Chechenia relata que, al menos desde 2009, miembros de las “fuerzas de seguridad” se habrían dedicado detener a homosexuales para chantajearles económicamente. “Un amigo me llamó y me pidió que le llevara cien mil [rublos], me pidió prestado ese dinero, y se reunió con los que lo habían retenido. Fui empujado dentro de un coche y llevado a una comisaría, en un edificio de tres pisos. Ellos comenzaron a decir que éramos maricas, gais y todo eso… Me quitaron el dinero y me golpearon: me rompieron la nariz…”, relata el joven.
En una entrevista concedida a France 24, con el rostro tapado, otra víctima ha contado sus amargas experiencias en Chechenia. Las autoridades estarían, supuestamente, alentando a los padres de hombres homosexuales a “solucionar el problema”, para que no tenga que encargarse el Estado. Ellos lo llaman “la limpieza de su honor con la sangre”, dice el joven.
Angela Merkel pide a Putin que intervenga y este se “compromete” a investigar
Posiblemente como respuesta a las miles de firmas y peticiones recibidas de toda Europa, la canciller alemana, Angela Merkel, ha instado al presidente Vladimir Putin a proteger a las personas homosexuales en Chechenia. Aunque Merkel no es ningún adalid de los derechos del colectivo LGTB, la líder conservadora planteó la cuestión durante su primera visita a Rusia desde 2015, en la que se entrevistó con Putin en su residencia de verano en Sochi.
La canciller alemana le explicó al presidente ruso que había recibido “informes negativos sobre el tratamiento de los homosexuales, particularmente en Chechenia”. Por este motivo, explicaba Merkel, “le pedí al presidente Putin que usara su influencia para garantizar los derechos de las minorías”. Ambops dirigentes, por otra parte, trataron otros temas espinosos como la aplicación del acuerdo de Minsk (un acuerdo de paz internacionalmente negociado para Ucrania) o el ataque con armas químicas en una ciudad siria el mes pasado.
Tras la visita diplomática de Angela Merkel y la insistencia de la comisionada para de Derechos Humanos en Rusia, Tatiana Moskalkova (la única miembro del partido del presidente, Rusia Unida, que ha mostrado un mínimo interés por el tema), Putin ha declarado que “por supuesto, hablaré con el Fiscal General, el Ministro de Asuntos Internos, para que les apoyen en el tema que han planteado”. Hace solo unas semanas, tras la reunión de Vladimir Putin con el presidente checheno, Ramzán Kadýrov, el portavoz Dmitry Peskov aseguraba que el Kremlin no tenía conocimiento de “ninguna información creíble” sobre las denuncias de detenciones, torturas y asesinatos de más de 100 hombres gays en Chechenia.
Sin embargo, Tatiana Moskalkova, basándose en las atribuciones de su cargo de comisionada, habría pedido a Putin que diera una orden “sobre el establecimiento de un grupo de trabajo interdepartamental que podría aceptar solicitudes de ciudadanos aquí en la parte central [de Rusia] y no en el territorio de Chechenia”, para proteger a las víctimas.
La escasa credibilidad del Gobierno de Putin
Dosmanzanas viene matizando que, en el caso de Chechenia, resulta muy difícil conocer toda la verdad de los hechos denunciados. Es cierto, pero también lo es que la administración federal rusa, controlada por Putin, carece de legitimidad y veracidad en cuestión de derechos humanos y de respeto al colectivo LGTB.
Esta premisa se sostiene en el hecho contrastado de que, desde la aprobación de las leyes homófobas de estado, no hemos dejado de trasladar a nuestros lectores informaciones sobre la práctica impunidad de los grupos homófobos, dedicados a la extorsión, acoso, tortura e incluso asesinato de personas LGTB, y que son muy tímidamente perseguidos por las autoridades.
De hecho, en lugar de perseguir activamente a quienes agreden y torturan, las autoridades rusas alientan aún más la homofobia con leyes como la aprobada en 2013, que prohíbe informar positivamente de la homosexualidad a menores, a la vez que permite que quienes simplemente enarbolan una bandera arcoíris o reivindican la celebración del Orgullo sean detenidos, sancionados con multas considerables o incluso encarcelados. Las últimas detenciones se producían hace tan solo unos días, cuando una decena de activistas LGTB eran arrestados en San Petersburgo por manifestarse contra la persecución homófoba de Chechenia.
Tampoco la administración chechena parece una voz autorizada en este sentido y más atendiendo a su primera reacción ante el escándalo. “No puedes detener a personas que no existen en nuestra república. Si personas así existieran en Chechenia, las fuerzas de orden público no tendrían que preocuparse de ellas: sus propias familias se encargarían de enviarlas donde no pudiesen volver”, decía Alvi Karimov, portavoz de Ramzán Kadýrov. La explicación más reciente que ha ofrecido el propio Kadýrov se basa en que todo se trataría de una estrategia de los “políticos occidentales” para ayudar a algunas personas, sin mencionar la orientación sexual de estas, a “moverse hacia el oeste”. Para logar este supuesto objetivo, el presidente checheno sostiene que “sorprende” que desde Occidente se hagan “afirmaciones sin fundamento”.
El horror homófobo de Chechenia
Tras publicar las primeras informaciones sobre persecución organizada de las autoridades chechenas contra su población homosexual, nos hicimos eco de la tortura sufrida por un hombre gay, sometido a la corriente de una silla eléctrica casera para que delatara a otros homosexuales.
Con el mismo objetivo parece que se constituyó un ilegal campo de concentración de prisioneros gays en la ciudad chechena de Argún, a unos 15 kilómetros de Grozni (la capital de la república). Según publicaba Novaya Gazeta, el campo se ubicaba en un antiguo complejo militar, oficialmente sin uso desde hace años. El mismo medio, que no ha parado de recibir amenazas, también dejaba claro que no es el único centro de detenciones que las autoridades chechenas mantienen en secreto.
Miles de activistas LGTB de todo el mundo, incluyendo en Madrid y en otras ciudades de España, han estado saliendo a las calles para rebelarse contra la pasividad que venía manteniendo el Gobierno de Putin hasta ahora, ante las cada vez más informaciones, denuncias y testimonios relacionados con el horror homófobo checheno. También desde instituciones como el Consejo de Europa o la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), así como desde organizaciones no gubernamentales como ILGA-Europa, Amnistía Internacional o Human Rights Watch vienen denunciando “graves violaciones de las obligaciones de la Federación Rusa” en relación a Chechenia.
ACERCA DEL AUTOR:
Juli Amadeu Àrias - nace en la ciudad de Valencia en España el 18 de octubre de 1982; Escritor, Periodista y fotógrafo profesional, habla varias lenguas..