“No llevaba ni un día y ya quería irme” Vacaciones en el infierno: Los ‘todo incluido’ de Cuba
Cola para desayunar (Foto: Vladimir Turró)
Vladimir Turró Páez | Matanzas, Cuba | CubanetAún no comienzan sus vacaciones y ya están molestos. Los turistas nacionales que llegan al hotel Mar del Sur en el polo turístico de Varadero tropiezan con una variedad de deficiencias que quizás nunca imaginaron encontrar: el alto costo que pagaron por el hospedaje no se corresponde con la atención ni con la calidad de los servicios.
La recepción está llena de visitantes que esperan recibir sus habitaciones. Las pocas camareras de que dispone el hotel para la aún no las tienen listas y son 499 cuartos los que hay que entregar.
Finalmente, después de más de cuatro horas de espera, los clientes se ponen las manillas para hacer uso de la instalación y de su servicio todo incluido.
Así le sucedió a Elizabeth Arqueala. Luego de sacar no pocas cuentas reservó por dos noches en este hotel 112 CUC. Era el cumpleaños de su hijo y quiso hacerle este regalo. Su salario mensual no rebasa los 25 cuc, pero gracias a la ayuda del padre del niño, radicado en los Estados Unidos, pudo hacerle realidad el sueño a su hijo.
Según cuenta a CubaNet, una mañana se levantó y cuando fue a desayunar se encontró con una inmensa cola en las afueras del restaurante. Adentro estaba casi vacío, pero la carencia de dependientes dificultaba la atención.
“Solo tenían tres personas atendiendo un salón con capacidad para 160. Cuando pregunté, me dijeron que no tenían más personal porque el hotel no tiene dinero para pagar. Al entrar no había platos limpios, ni cucharas, ni copas, y los alimentos escaseaban. Muy mala atención, poca variedad de panadería y los dulces malísimos; pero además, la higiene pésima, habían cucarachas en algunos estantes donde estaba la comida”, señala.
“No llevaba ni un día y ya quería irme”, confiesa.
Mar del Sur es un hotel de la cadena cubana Islazul, principal red hotelera de todo el país, que brinda servicios tanto al turismo nacional como al internacional. Sus hoteles también brindan alojamiento a eventos deportivos, donde se destaca entre otros la serie Nacional de Béisbol, evento al que dedican todos los años una de sus instalaciones para el alojamiento de todo el personal que interviene en ella, incluyendo atletas, entrenadores y árbitros.
Sonia, la gerente del hotel, explica con respecto a la carencia de personal que el hotel solicita a la agencia empleadora más trabajadores para los fines de semana, ya que entre semana el hotel se mantiene vacío.
“Nosotros solicitamos como contrata a un grupo de personal de apoyo los fines de semana para ofrecer un servicio de calidad. El hotel no puede mantener a todos estos trabajadores fijos, porque si no tienes sustento de clientes no vas a tener dinero para pagarles. No puedo gastar más salarios que los ingresos del hotel”, explica la administradora.
“De la agencia te prometen enviar el personal, pero si otro hotel de más categoría, donde mayormente asiste buena cantidad de extranjeros, solicita trabajadores, la agencia prefiere enviárselos a ellos, así que los que debían venir hacia este hotel van para aquellos que requieren de un mejor servicio”, agrega Sonia.
La frustración por las deficiencias no era solo para Elizabeth. Marcos Rey Martínez fue otro de los clientes que lamentó haber pagado tan caro por un servicio tan deplorable. “Lo más triste es que el costo es de 56 CUC por noche y no tienes ni a dónde quejarte porque no tenemos el más mínimo derecho a exigir que nos devuelvan el dinero, y yo no pagué por esto”, dice.
Marcos relata que en varias ocasiones llegó al bar del lobby en busca de un trago y no se lo pudieron despachar debido a la carencia de vasos desechables.
“No habían vasos ni hielo a las 10 de la mañana, hora en que se suponía que acababan de surtir todas las áreas de servicios”, advierte.
Bárbara, la jefa de servicio, quien no quiso revelar su apellido, detalla que el hotel también carece de almacenero, por lo que de ese trabajo se encarga cualquier otro trabajador del hotel que esté libre en ese momento.
“Imagínate, si no hay nadie que esté disponible pasan estas cosas. Yo entiendo que le dificultan la estancia a los clientes, pero no depende del hotel, no está en nuestras manos. Por otra parte, la hielera que tenemos es muy pequeña; por eso se nos acaba el hielo tan rápido”, argumentó
Roberto, otro cliente que prefirió mantener su apellido en anonimato destaca sentirse muy insatisfecho con los servicios del hotel y señala que estas fueron las peores vacaciones de su vida.
“Uno iba al restaurante y tenía que esperar tres horas afuera para entrar, pero además otras tres adentro para comer porque no había de nada; la piscina estaba de asco, nunca vi que la limpiaran a ninguna hora”, dijo Roberto.
La discriminación con el turismo nacional es otra de las problemáticas fundamentales que enfrenta la mayoría de los hoteles cubanos. La mala atención, según algunos trabajadores encuestados, se genera fundamentalmente ante la falta de propinas por parte de los nacionales, quienes en su mayoría hacen grandes sacrificios para poder visitar estas instalaciones.
Los cubanos, a pesar de que pagan el hospedaje igual o más caro que los turistas extranjeros, son tratados como ladrones en cualquier hotel de la isla. A menudo sufren restricciones con los comestibles y las bebidas, medidas a las que no está sujeto ningún visitante internacional.
“Nos prohíben pedir varios tragos a la misma vez, pedir bocaditos para llevar a la habitación y en el restaurante te revisan hasta las carteras, eso es en el mejor de los casos, porque la mayoría de las veces no dejan pasarlas”, refleja Kenia, una joven que ha visitado más de tres hoteles en el balneario de Varadero.
Buffet del todo incluido (Foto: Vladimir Turró)
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