Robert Huskey (izquierda) y Jack Zawadski
Una funeraria de Mississippi se niega a trasladar el
cuerpo de un anciano al descubrir que estaba casado con otro hombre
En esta página hemos informado de innumerables historias de discriminación en la vida cotidiana de las parejas del mismo sexo en Estados Unidos, pero pocas tan miserables como esta. Una empresa funeraria se negó a trasladar al crematorio el cádaver de Robert Huskey, de 86 años, al enterarse de que estaba casado con otro hombre. Su viudo, Jack Zawadski, de 82 años, que compartió con Huskey 52 años de su vida, se encontró de repente con que se les denegaba un servicio previamente contratado por ser una pareja gay. Ocurrió en Mississippi, un estado que no protege a las personas LGTB contra la discriminación. A pesar de ello, Zawadski y su sobrino, John Gaspari, han interpuesto una demanda.
En su demanda contra la empresa Picayune Funeral Home, Huskey y Gaspari están representados por Lambda Legal, una organización de defensa de los derechos civiles de las personas LGTB. Los demandantes acusan a la funeraria de violación de contrato y tergiversación negligente, así como de infligir un daño emocional a la familia del fallecido. Los demandantes no incluyen entre sus acusaciones una que resulta obvia: discriminación por razones de orientación sexual, ya que en este caso la empresa no violó las leyes del estado, que no solo no protegen a las personas LGTB contra la discriminación, sino que desde 2016 la permiten de forma expresa (aunque la aplicación de esta norma permanece temporalmente suspendida por la justicia federal: lo explicamos más abajo).
Huskey y Zawadski se conocieron en California en 1965, y casi inmediatamente se enamoraron y convirtieron en pareja. Tras una intensa vida de trabajo en la que se movieron a lo largo y ancho del país y ejercieron muy diversas actividades (desde profesores de educación especial hasta cultivadores de manzanas), tras la jubilación se instalaron en Mississippi, un estado del “sur profundo” de los Estados Unidos, profundamente conservador, en el que el avance de los derechos civiles de las minorías siempre ha ido a remolque de lo que decidiesen los tribunales federales. Así sucedió en el caso del matrimonio igualitario. No fue hasta que en 2015 el Tribunal Supremo hizo extensivo este derecho a todo el país, Huskey y Zawadski pudieron por fin contraer matrimonio. Fue el 17 de agosto de 2015.
Meses después de su boda, en la primavera de 2016, la pareja fue consciente de que el momento final se acercaba para Huskey, debido a la evolución desfavorable de una enfermedad cardiaca. John Gaspari, un sobrino muy cercano a la pareja, ayudó a Zawadski con todo lo necesario: encontraron una residencia en la que Huskey pudiese estar bien atendido durante sus últimas semanas de vida, organizaron todos los preparativos legales… Entre ellos, el funeral. Picayune Funeral Home fue la empresa elegida para la cremación del cuerpo, dado que se trata de la única funeraria del condado que cuenta con crematorio propio. Con ella firmaron un contrato de transporte y cremación a cambio de 1.795 dólares. Sin embargo, cuando llegó el momento y desde la propia residencia se pusieron en contacto con la funeraria, esta se negó a recoger el cuerpo. La funeraria se había enterado de que Huskey y Zawadsky eran matrimonio y se negaba, por esa razón, a prestarles el servicio que habán contratado previamente.
La negativa de la funeraria no solo agravó el dolor de Zawadski y de su sobrino, sino que además les generó una angustia a la que nadie debería enfrentarse en el momento de la muerte de un ser querido: la residencia no disponía de una morgue en la que pudiese conservarse el cadáver de Huskey, por lo que se vieron obligaron a buscar con carácter urgente un servicio alternativo que trasladase el cuerpo a otro crematorio situado a 90 millas. Ello les impidió, por ejemplo, celebrar el homenaje al fallecido tal y como tenían previsto.
Cuando discriminar a las personas LGTB es legal
Mississippi aprobó en 2016, con el apoyo de las dos cámaras legislativas del estado (de mayoría republicana) y del gobernador (También republicano) una ley que permite funcionarios, empresas, negocios y organizaciones rehusar prestar sus servicios a aquellos cuya “forma de vida” no esté en consonancia con sus creencias religiosas. En concreto, se protegía que se pudieran denegar servicios si el proveedor o funcionario estimara que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer; si considerara que las relaciones sexuales solo pueden mantenerse dentro del matrimonio; o si creyese que el género asignado al nacimiento no debe ser cambiado. El objeto principal de la ley, como bien puede deducirse, no era tanto asegurar la “libertad religiosa” como blindar jurídicamente la discriminación de las personas LGTB.
Pocas horas antes de que entrase en vigor, sin embargo, el juez federal Carlton W. Reeves dictaminó su nulidad. El magistrado consideró que la norma vulnera el derecho a la igual protección recogido en la Constitución de los Estados Unidos, así como la misma libertad religiosa que pretende defender, al anteponer las creencias de determinadas confesiones —las más conservadoras— sobre las demás. El fallo de Reeves (y el proceso jurídico al que dé lugar) se considera de capital importancia, al ser de los primeros que anula una de las leyes LGTBfobas surgidas como reacción a la aprobación del matrimonio igualitario en los Estados Unidos. En estos momentos la suspensión de la ley se encuentra pendiente de que se resuelva la correspondiente apelación.
Insertamos a continuación un vídeo elaborado por Lambda Legal que resume la historia y que incluye testimonios de
Zawadski y de su sobrino. Resulta desgarrador, aunque también trasmite la intensidad del amor que la pareja se profesaba: