Vamos a ver qué pasa cuando venga
Trump a Miami para anunciar su cambio de política hacia Cuba.
¿Habrá tenido bien puesta la cabeza al decidir qué hacer con La Perla del Caribe?
Cuba y la cabeza cortada de Trump
Jorge Dávila Miguel | Cuba EncuentroKathy Griffin se fotografió con la cabeza sangrante y cortada de Trump. Claro, una réplica. Llama la atención cuanta sangre le pusieron en el rostro al presidente. Estaba todo rojo, como un tomate decapitado. En la preparación de la sesión fotográfica deben de haberse divertido mucho la Griffin, una comediante —quien suplicó el perdón cuando estalló el escándalo— y su fotógrafo Tyler Shields, quien no se arrepiente para nada. Tal vez porque es menos conocido y le hace falta el griterío. Shields dice que su foto es arte. En estos días se le llama arte a cualquier cosa; en realidad en estos días se llama cualquier cosa a cualquier cosa. Griffin bromeó con el fotógrafo antes de subir la foto a la Internet. Le dijo: “Nos tendremos que mudar para México”, mientras salivaba por el revolico y la gloria de ser elevada hasta las primeras filas del combate contra Trump. Pero lo que pasó es que la expulsaron de la CNN, hasta Anderson Cooper y Chelsea Clinton la repudiaron y se quedó sin escalera. Solamente colgada de la cabeza cortada y sangrante de Trump.
Aunque no es nada nuevo. En Game of Thrones pusieron la cabeza de George Bush en una pica; Snoopy Dog en un video clip le dio un tiro al presidente vestido de payaso y Madona clamó por volar la casa Blanca.
La “obra artística” de Griffin–Shields remeda nada más y nada menos que la escultura de Cellini Perseo con la cabeza (decapitada)
de Medusa, pero eso ya se le había ocurrido con Trump a un profesor de Alaska hace algún tiempo. Pero si endeble es la “obra artística” de la comediante y el fotógrafo, falsa fue la “honesta” súplica del perdón por parte de la Griffin. No lo hizo por contrición o comprensión, sino porque le salió mal la jugada. Su enorme y débil ego recibió el embate del rechazo. Nadie se lo creyó, aunque saliera en la tele sin maquillaje y sin peluca para subrayar desolación.
Y vamos a ver qué pasa cuando venga Trump a Miami para anunciar su cambio de política hacia Cuba. ¿Habrá tenido bien puesta la cabeza al decidir qué hacer con La Perla del Caribe? Al parecer la revisión de la política hacia La Habana ya está terminada o casi casi terminada, aunque no ha sido simple. Los congresistas cubanoamericanos, principalmente Mario Díaz Balart, Marco Rubio y Bob Menéndez, cabildean desde hace meses para que Trump derogue todo lo que hizo Obama, pero desde otras partes del espectro gran empresarial dicen que ni tanto ni tan rápido. En realidad, habría que darles mucho crédito a esos tres congresistas en su intento, porque las fuerzas en contra ni son pocas ni son tontas. Y es que Trump lo prometió a mandíbula batiente cuando quería ganar votos en Miami. El mismo “Viva Cuba Libre” electoral de siempre. Y algo tendrá que entregar el presidente. Por eso hay que felicitar a los congresistas, porque casi seguramente ninguna de las promesas electorales de Donald a todo lo largo y ancho del territorio nacional han tenido un interés tan constante y un seguimiento tan feroz como el de estos Tres Villalobos de la política cubana. Y recogerán sus frutos, aunque sean los de una guerra que ya terminó.
Pero si dicha revisión es negativa para la normalización entre los dos países y dañina para la maltrecha economía cubana, tales consecuencias también serían responsabilidad de La Habana. No haber sido capaz durante los dulces años de la reconciliación obamista, en al menos definir qué querían decir la palabra “prisa” y la palabra “pausa”[1] respecto a los cambios económicos que el mismo gobierno del Partido Comunista se había trazado y que aún hoy no ha acometido. Cambios que muy posiblemente habrían mejorado la economía nacional frente a la dependencia política y económica extranjera.
Cuando Perseo entró a la caverna de las Gorgonas, su peligro era quedar paralizado por la mirada de Medusa antes de cortarle la cabeza. Para eso llevaba el escudo de Atenea. Desde hace días se espera que el gobierno cubano realice “importantes declaraciones”. Tal vez antes de las de Trump en Miami. Veremos cuáles son y quién queda “con el escudo o sobre el escudo”.