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De: SOY LIBRE (Mensaje original) |
Enviado: 05/06/2017 15:51 |
Madrid empieza a colocar semáforos 'gay friendly' por el Orgullo Parejas de hombres y mujeres sustituirán a los clásicos peatones durante el World Pride
Esta madrugada, Madrid ha empezado a llenarse de semáforos con iconografía homosexual de cara al World Pride que se celebra en la capital entre el 23 de junio y el 2 de julio. Los habituales peatones serán sustituidos por parejas de dos hombres o de dos mujeres, que caminan juntos o se paran de la mano.
El Ayuntamiento de Manuela Carmena ha confirmado que es una de las medidas de señalización que han ideado desde Cibeles para celebrar el Orgullo de este año. Será la alcaldesa, junto a la concejala de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, quien dé este lunes los detalles en un acto celebrado a las 11:00 horas en el Círculo de Bellas Artes, junto a un itinerario por lugares del centro donde ya estarán activos los semáforos.
Según ha confirmado el Ayuntamiento al diario El Mundo, los semáforos LGTB estarán distribuidos por distintos distritos, aunque no se ha revelado ni el presupuesto ni si la colocación se alargará más allá de la celebración del Orgullo.
Las cajas con los dispositivos están en el Ayuntamiento desde hace varios días. Una iniciativa que en España sólo se había realizado con anterioridad en San Fernando de Henares, consistorio que recurrió a los semáforos LGTB en el día de San Valentín, el pasado 14 de febrero. Aunque la iniciativa se remonta al año 2015, cuando se realizó en Viena con motivo del festival de Eurovisión.
Para la celebración del World Pride se espera que se dupliquen los 1,7 millones de turistas que llegaron a las fiestas del Orgullo del año pasado. En 2016, Toronto acogió la celebración mundial y se superaron los 719 millones de recaudación. Para hacer más llevadera la afluencia, el Ayuntamiento abrirá el Metro durante 24 horas el día 1 de julio, cuando se celebra la manifestación central, y se instalarán 1.019 baños portátiles en la vía pública, que se sumarán a los 300 que colocarán los organizadores privados del evento.
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LOS SEMÁFOROS INCLUSIVOS SON
CRIITICABLES, PERO NO POR EL MOTIVO QUE ALGUNOS CREEN
La instalación en Madrid de semáforos con parejas del mismo sexo cabrea a los de siempre, mientras otros colectivos los reclaman "más inclusivos".
JUNIO MES DEL ORGULLO GAY MUNDIAL
El hombre es la medida de todas las cosas. Y a juzgar por la polémica generada por el anuncio de que el ayuntamiento de Madrid instalará semáforos inclusivos, igualitarios y paritarios con motivo del World Pride que serán permanentes, lo sigue siendo.
Ya se pueden ver en algunos de los 72 cruces seleccionados los nuevos semáforos que representan dos hombres o dos mujeres de la mano. El río de comentarios, quejas y chistes que cabía esperar sobre el tema no tiene intención de cesar. La mayoría van en la dirección de tildarla de medida sin sentido e innnecesaria: “¿Eso significa que si no voy de la mano de otro hombre no podré cruzar?”, “Se ve que la “emergencia social” eran los semáforos”, “¿Qué necesidad hay de discriminar a los heterosexuales?”, son algunos de los comentarios recurrentes que aparecen en las noticias sobre el tema.
Si nos invade cierto aire de déjà vu ante el asunto es porque hemos vivido controversias semejantes en los últimos años con una iniciativa similar: la de los semáforos igualitarios en los que aparecía “el monigote con falda” que se han ido haciendo frecuentes en distintos ayuntamientos.
Las críticas se centraban en que si ya la mayoría de las mujeres no vestían falda con frecuencia, la idea de identificarlas con ese signo era reduccionista. “Los pictogramas no tienen género”, aducían. En efecto, son símbolos del ser humano que muy a menudo se emplean de forma genérica para referirse a todas las personas. Pero sí, claro que tienen género o son sexuados en muchas ocasiones (en los baños, por ejemplo, la diferencia está clara). La clave es lo de siempre: que el masculino es el neutro; se entiende que él engloba a toda la humanidad.
El problema no es ese, el problema viene cuando darle la vuelta, utilizar un símbolo de femenino para representar la globalidad, se considera ridículo, absurdo y motivo de rechifla generalizada. Porque todos nos hemos criado aceptando sin cuestionarlo que lo masculino nos atañe a todos y lo femenino sólo a las mujeres. La idea –tan simple como revolucionaria– de que podría no ser así fue tildada de extremista, cuando no de tontería sin sentido.
Lo mismo está ocurriendo con los semáforos con parejas gays: que en dos hombres o dos mujeres de la mano pueda identificarse todo peatón busca ese término tan cacareado que algunos no parecen entender bien: la visibilidad. De eso se trata, precisamente: de que cada persona, pareja o grupo heterosexual pueda sentir que el semáforo con una pareja gay se dirige a él.
El mundo sigue siendo cisgénero, heterosexual y predominantemente masculino: lo “normal” es ser heterosexual, es lo que se da por supuesto, de lo que se parte por defecto. Toda minoría está, por su propia naturaleza, infrarrepresentada (aunque en ocasiones esta “minoría” sea tan arbitraria como las mujeres, que son poco más de la mitad de la humanidad), por eso estas luchas son importantes. La lucha consiste en estar, en ser, en ocupar el espacio público del que de forma habitual son expulsados y en el que todavía, recordémoslo, se producen agresiones con una frecuencia alarmante y pasmosa.
La propuesta de que en esta sociedad un signo tan cotidiano como un semáforo utilice una pareja gay como señalización para todos (he ahí la clave: para todos) levante tales ampollas nos dice por sí sola lo necesario que es poner en solfa lo establecido. Porque de eso va en gran parte la batalla por la igualdad y reivindicación de las minorías en todos los ámbitos sociales, de preguntarnos por el sentido de las cosas que damos por sentado.
El otro argumento habitual empleado para criticar la medida es su coste: poco más de 20.000 euros que son considerados un derroche de dinero imperdonable. Frente al coste descomunal de otros proyectos públicos, esos 20.000 euros resultan a algunos una cantidad desorbitada. Se obvia también que no se trata sólo de una iniciativa cosmética de cara a los fastos de la celebración del World Pride en Madrid, sino que son semáforos pensados para permanecer en el tiempo.
Claro que estas críticas no vienen en su mayoría de organizaciones o personas preocupadas por la inclusión y los derechos del colectivo LGTBI que creen que ese presupuesto puede destinarse a medidas más efectivas contra la discriminación, sino de aquellos a los que estos temas se la traen al pairo o no están, precisamente, en su lista de prioridades.
Pero hay otra crítica, muy minoritaria y que apenas se ha dejado oír, que sí tiene sentido y está justificada: el caso de los que se quejan de que los semáforos inclusivos no representan al colectivo transexual.
Identificar orgullo LGTB sólo con homosexualidad es algo que ocurre con frecuencia. Casi tanto como identificar homosexualidad exclusivamente con la masculina, olvidándose de las lesbianas o bisexuales. La homofobia es una plaga que se encuentra incluso en donde menos se la espera. A esto se suman las críticas al lema del orgullo de este año, “Ames a quién ames”, plenamente fundamentadas, porque este se centra sólo en orientación sexual y no en género, obviando a transexuales e intersexuales. Parece que incluso dentro de la discriminación, todavía hay clases.
Como apuntan algunos como Carla Antonelli, no basta con dejar a la imaginación de cada uno el pensar que alguno de los “monigotes” de los semáforos naciera como mujer en un cuerpo de hombre o viceversa. Si hablamos de representación y de inclusión, no se pueden dar cosas por supuestas ni dejarlas a la interpretación abierta, porque suena a pitorreo incluso entre a quienes le mueven las mejores intenciones. Tal vez sea una oportunidad para aprender de cara al futuro.
Al fin y al cabo, estamos hablando de símbolos. Y en el contexto de las guerras culturales en las que estamos inmersos, los símbolos son uno de los campos de batalla más importantes.
'JUNIO MES DEL ORGULLO GAY MUNDIAL'
Estación Chueca de la línea 5 del Metro de Madrid
Chueca es uno de los barrios gays más conocidos de Europa
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