El parlamento alemán legaliza el matrimonio homosexual
La iniciativa fue apoyada por 393 diputados y 226 se posicionaron en contra
Rosalía Sánchez - Berlín
«Yo he votado en contra», ha declarado la canciller Merkel a la salida del Bundestag, tras votar el pleno del parlamento alemán a favor de la legislación del matrimonio homosexual en Alemania. Pero fue precisamente ella quien a principios de semana hizo posible esta votación, declarando en una entrevista que la reforma podía ser considerado como un voto de conciencia y relatando experiencias personales con parejas homosexuales a las que ha conocido y que en su opinión se ocupan muy satisfactoriamente de sus hijos.
Apenas había terminado Merkel de pronunciar estas palabras, el Partido Socialdemócrata forzó la inclusión de una votación en el orden del día de la sesión de hoy, la última de esta legislatura, y la histórica decisión ha sido secundada por 393 diputados, de un total de 623.
«Recuerden, señores diputados, que cada uno de ustedes vota de forma personal y según su conciencia. No rigen en esta votación consignas de partido ni de grupo parlamentario», recordaba por megafonía el presidente del Bundestag, Norbert Lammert, instantes antes de la votación.
Muchos diputados cristianodemócratas prefirieron no votar, después de 12 años negándose sistemáticamente a esta posibilidad. El resto apenas ha comentado su voto. El semanario Der Spiegel, favorable a la reforma, ha acusado a Merkel sin embargo de «traicionar» y «faltar el respeto a sus votantes», mientras que, paradójicamente, prensa más cercana a Merkel y a posiciones contrarias al matrimonio homosexual da cuenta de la noticia sin escandalizarse. La Conferencia Episcopal Alemana, que había calificado la reforma como «precipitada» y «contraria a los valores cristianos», ha convocado una rueda de prensa esta misma tarde.
Confeti para celebrar la aprobación del matrimonio homosexual en el Parlamento alemán- Reuters
«Quería estar aquí, quería verlo con mis propios ojos para poder contárselo a mis hijos y a mis nietos», decía tras la votación Ingo, un ingeniero de 34 años que ha acudido con su pareja a presenciar la votación y que ha arrojado desde la platea de visitantes confeti sobre los diputados después de ser anunciado el resultado. «Él todavía no lo sabe, pero llevo en mi bolsillo un anillo y esta misma tarde voy a pedirle que se case conmigo, cruce los dedos para que me diga que sí…», bajaba la voz para no estropear la sorpresa con la que tiene pensado terminar este día.
A tres meses de las elecciones generales en Alemania, la aprobación del matrimonio homosexual en Alemania supone todo un terremoto político, dado que esta medida había sido rechazada de forma categórica por la CDU, que desactiva uno de las pocas promesas electorales de los socialdemócratas diferenciadoras y consciente de que debía abrir la puerta a la legalización del matrimonio homosexual para garantizarse posibles alianzas tras las elecciones legislativas del 24 de septiembre.
Condición para un pacto de gobierno
Tanto el SPD, su socio actual en el Gobierno, como el partido de la oposición Los Verdes, y los liberales del FDP, actualmente sin representación parlamentaria pero a quienes las encuestas otorgan opciones de regresar con fuerza a la Cámara, calificaron la aprobación del matrimonio de personas del mismo sexo como una de las condiciones para sellar un pacto de Gobierno.
Merkel ha argumentado su voto en contra en una breve comparecencia ante los medios, recordando que en los últimos años se habían eliminado «paso a paso» todas las discriminaciones para las parejas homosexuales y faltaba solamente el derecho a adoptar niños. «Tras reflexionar mucho sobre el bienestar de los menores, que es realmente lo que más debe importar», ha dicho, llegó a la conclusión de que «la adopción también debería ser posible» para las parejas homosexuales.
Sin embargo, a su juicio, el artículo 6 de la Constitución alemana, cuando señala que «el matrimonio y la familia se encuentran bajo la protección especial del orden estatal», está hablando del matrimonio entre un hombre y una mujer. Ha dicho también que el debate que ha derivado en la aprobación del matrimonio homosexual ha sido «emocional», también para ella, y confió en que ahora no se pierda el respeto y que, con la votación, se haya generado paz social y cohesión.
Alemania permite desde 2001 las uniones civiles de personas del mismo sexo, pero los homosexuales casados no gozan de plena igualdad jurídica y se les niegan determinados derechos, por ejemplo, en áreas como la adopción. El portavoz socialdemócrata, Thomas Oppermann, ha defendido por su parte el paso dado por su partido, calculando que «esta decisión quizá no es buena para la gran coalición, pero es buena para las personas, y buena para el Parlamento», rechazando que sea necesario ahora reformar la Constitución. «Si el matrimonio para todos llega, se habrá dado algo a alguien, pero no se le habrá quitado nada a nadie», ha subrayado, defendiendo su opción frente a los diputados reticentes, a quienes ha manifestado su respeto.
El responsable de defender el voto en contra en el estrado, el líder del grupo parlamentario cristianodemócrata Volker Kauder, ha argumentado que «el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer», expresando su respeto a sus compañeros con una opinión diferente. «Yo personalmente nunca pondré mi firma en algo que represente el matrimonio para todos, por motivos de conciencia», ha dicho, sembrando ciertas dudas sobre la constitucionalidad de la ley, al entender que la concepción cristiana del matrimonio está protegida en la ley fundamental alemana.
Desde el mismo partido, el diputado Jan Marco Luczak defendió el sí al proyecto al recordar que el respeto, el amor y la convivencia son valores tradicionales que deben defender los conservadores y consideró que no se necesita ninguna reforma constitucional para abrir el matrimonio.