59 razones para irse de Cuba
Por Orlando Luis Pardo Lazo
1. Me fui de Cuba porque en Cuba era imposible decir te quiero.
2. Me fui de Cuba porque por ninguna parte encontraba un destornillador de estrías.
3. Me fui de Cuba porque Fidel era eterno como la muerte.
4. Me fui de Cuba porque Fidel hacía una eternidad que se estaba a punto de morir.
5. Me fui de Cuba para que los sobres de correo tuvieran olor. Y para que llegaran, con o sin olor, al correo que lo mandaba.
6. Me fui de Cuba por motivos estrictamente económicos, no por nada que tuviera que ver con política. Ni yo ni nadie que yo haya conocido nunca en Cuba sabíamos estrictamente nada de política.
7. Me fui de Cuba sin decírselo a nadie. De todas formas nadie hubiera notado la diferencia de quién se fue y quién se quedó (irse del país en cubano se dice «quedarse» y para quedarse dentro hay que estar un poco ido de la cabeza).
8. Me fui de Cuba porque Orlando Hernández se fue antes de Cuba. Y sin un Duque en el diamante azul del terreno ya nada en Cuba era igual. Ni la patria ni la pelota.
9. Me fui de Cuba para mirar por un telescopio, sin tener que sacar un permiso de la policía y del ejército de la provincia desde donde mirar.
10. Me fui de Cuba para no templar más en cubano, para templar con el silencio de lo legítimo y no como si fuera un robo o una violación.
11. Me fui de Cuba para traspasar la puerta de entrada de una sex-shop. Y para leer, sin caer preso, las dos entrevistas de Fidel Castro en sendas revistas Playboy (unos dicen que le pagaron un millón de dólares al hombre que ilegalizó los desnudos en Cuba; otros dicen que fue por amor al arte).
12. Me fui de Cuba para que los videos corrieran como Jobs manda en YouTube.
13. Me fui de Cuba para nunca más tener que rendirle cuentas de nada a otro cubano.
14. Me fui de Cuba porque la coriza me estaba literalmente matando.
15. Me fui de Cuba para comprar libros que parecieran libros por fuera, aunque por dentro los libros en ninguna parte se me parecen a nada.
16. Me fui de Cuba para aprender a bailar bien, salsa y lo que no es salsa.
17. Me fui de Cuba para suscribirme a un periódico cualquiera, incluso de la izquierda más infantil en cuestiones de Isla.
18. Me fui de Cuba para viajar sentado en un bus.
19. Me fui de Cuba para ir a un zoológico con animales.
20. Me fui de Cuba porque mi padre en el 2000 o año cero sin avisar se murió (una metástasis misericorde que nunca lo obligó a ver a un médico).
21. Me fui de Cuba para que nadie me llore cuando llegue mi año cero o 2000.
22. Me fui de Cuba para usar un teléfono móvil con naturalidad (es mucho peor de lo que pensaba).
23. Me fui de Cuba para no comer tanto arroz (es lo único que se extraña).
24. Me fui de Cuba para poder subir de peso al punto de poder emprender una dieta radical.
25. Me fui de Cuba para publicar la única novela cubana que no tendrá nada que ver con nada (Cuba, Castro, los cubanos, entre otras cacas clásicas de la literatura local).
26. Me fui de Cuba para no publicar esa novela única cubana que tendrá todo que ver con todo (Cuba, Castro, los cubanos…), sino para engavetarla hasta que nuestra raza de lectores se merezca cruzar ciertos límites contrarrevolucionarios.
27. Me fui de Cuba para filmar la segunda parte de Memorias del Subdesarrollo (desde el 2010 ya está filmada por Miguel Coyula, pero le falta una escena donde yo hago un cameo descojonante como Orlando Luis Pardo Lazo recibiendo el Nobel de Literatura en mi cumpleaños número 100: 10 de diciembre de 2071).
28. Me fui de Cuba porque la música del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano es tan triste como aquel primer amor que nunca voy a olvidar (el resto de mis primeros amores sí son pasto para la desmemoria).
29. Me fui de Cuba porque Eslinda Núñez envejeció, pero conservó sin días el noviembre que anida en sus ojos de alto contraste.
30. Me fui de Cuba para darle la mano a Milan Kundera, antes de que se nos muera a los cubanos en un continente que lo ignora, como corresponde a la incultura de Europa (en la incultura de Cuba, lo leí convencido de que Milan Kundera era una mujer).
31. Me fui de Cuba para cortarme un traje a la medida y pagar por adelantado o endeudarme o ambos.
32. Me fui de Cuba para tener una tarjeta de banco y comprar, digamos, un lápiz de diseño personalizado por internet.
33. Me fui de Cuba para que el printer-laser fuera un objeto doméstico y no un lujito más o menos gubernamental.
34. Me fui de Cuba para conectarme wi-fi en un parque (de pronto esto es lo único que es posible hacer ya en Cuba, pagando por horas para ser monitoreado amablemente por el Ministerio del Interior).
35. Me fui de Cuba para ver unas Navidades de verdad.
36. Me fui de Cuba para ver si la nieve era verdad.
37. Me fui de Cuba para que las auroras boreales me revelaran cuál iba a ser mi verdad (ni en Alaska ni en Islandia me lo han revelado todavía).
38. Me fui de Cuba para comprar billetes de lotería (con la Revolución cubana no se permitían juegos, ni azar, ni juegos de azar).
39. Me fui de Cuba para inyectarme un litro de silicona en cada culo.
40. Me fui de Cuba para tener conceptualmente dos culos (no pregunten cuáles).
41. Me fui de Cuba para curarme una enfermedad degenerativa que no tiene cura excepto en Cuba.
42. Me fui de Cuba para hacer una huelga (y descubrir que en la práctica son casi ilegales).
43. Me fui de Cuba para jugar golf o billar (preferiblemente, golf y billar).
44. Me fui de Cuba para fundar una ONG que no tenga ninguna «misión social», pero que sea 100% sufragada con dinero privado.
45. Me fui de Cuba para ver comerciales y comerciales, hasta extrañar la carencia de comerciales en Cuba.
46. Me fui de Cuba para que mis hijos nazcan con otra nacionalidad, para anclarlos automáticamente en las antípodas de Cuba (solo así no odiarán a su patria según vayan creciendo).
47. Me fui de Cuba para travestirme sin llamar la atención (en términos de corrección política ha sido imposible).
48. Me fui de Cuba para escuchar sin odio los primeros discos de Silvio (sin reconciliación sonora no habrá reconciliación social).
49. Me fui de Cuba para no votar nunca más en unas elecciones democráticas, mucho menos si son libres, justas y plurales.
50. Me fui de Cuba para votar a propósito por el partido contrario (disculpen mi doble contradicción).
51. Me fui de Cuba para postularme como presidente de Cuba, cuando los déspotas se hayan despingado contra los déspotas (la nación cubana se ha fundado siempre desde el extranjero, lejos de nuestro patíbulo de país).
52. Me fui de Cuba para no oír hablar de comunismo en cien años (en Cuba habrá que ilegalizar de por vida a unas cuantas «organizaciones de masa»).
53. Me fui de Cuba para conocer a marxistas que crean en el marxismo y que puedan citar con conciencia a Marx.
54. Me fui de Cuba por incompatibilidad de caracteres.
55. Me fui de Cuba para ser el último de los niños de la Operación Peter Pan, medio siglo después de la Operación Peter Pan.
56. Me fui de Cuba para del clarín escuchar no el bullicio bárbaro del himno, sino su silencio sentimental.
57. Me fui de Cuba para no tener que responder por qué hoy me iría de nuevo de Cuba.
58. Me fui de Cuba para tener que responderme por qué hoy me iría de nuevo de Cuba.