Premio Nacional de Teatro en 1997
Ha muerto Nati Mistral, la artista española que no se mordía la lengua
La actriz y cantante compaginó el teatro y la canción y fue pionera de los musicales en España
NATI MISTRAL
Cuentan que un día Nati Mistral llegó tarde al ensayo de una obra de teatro. El director le pidió a una de las actrices que hiciera su parte mientras llegaba. Cuando Nati entró en el teatro se deshizo de su abrigo, dejó a su perro en el suelo y, tras quitarse las gafas de sol, empujó levemente a su compañera mientras le decía: «¡Aparta, figuranta!»
Esta anécdota –«se non è vero, è ben trovato»– revela la inconfundible personalidad de Nati Mistral, que murió ayer en Madrid, la ciudad en la que había nacido hace 88 años. «Desde hace una semana estaba ya muy malita», dice uno de sus allegados. Hace unos meses, Nati Mistral sufrió un infarto cerebral. Deja detrás una actividad de más de siete décadas sobre el escenario, con una fecunda carrera como cantante y como actriz marcada por su estilo único y peculiar, asentado sobre su penetrante voz, y su temperamento. Era un huracán castizo que ha sido velada en el Tanatorio de San Isidro y será incinerada este lunes en San Lorenzo de El Escorial.
La artista española Natividad Macho Álvarez, Nati Mistral, que pasa a la historia con el apellido artístico robado a la poeta chilena Gabriela Mistral, deja tras de sí el rastro de su energía como cantante y actriz y el recuerdo más reciente de apariciones televisivas donde no se mordía la lengua.
“Soy española, madrileña y monárquica”, se definía la actriz, que presumía de “derechona” y de que, a ella, historia viva de España, no la “callaba nadie”.
Sus apariciones en los últimos tiempos en una emisora de televisión conservadora, relacionada con la Iglesia católica, contribuyeron a aumentar su fama de octogenaria lúcida, peleona, conservadora y divertida como pocas.
Famosos fueron sus consejos a la entonces alcaldesa de Madrid Ana Botella (PP, centroderecha) para que solucionase los problemas de limpieza de la ciudad acudiendo al ejército, las acusaciones a Mariano Rajoy de actuar para la masonería o los insultos al dirigente izquierdista de Podemos, Pablo Iglesias, al que le llamaba “eso” .
Frases lapidarias que se juntan en su biografía con sus excepcionales recitales de poesía, el último, a los 80 años, su despedida en Buenos Aires, “Cantares, poemas y bailes de España”, con poemas de Villaespesa, Lope de Vega, Manuel Benítez Carrasco y Rafael de León, y sus canciones favoritas: “Yo vi llorar a Dios”, “Gracias a la vida”, “Sueño imposible” y “Balada para un loco”.
Actriz de casta con muchos años de escenarios a sus espaldas tanto en España como en Latinoamérica, cantante y también bailaora, interpretó todos los géneros teatrales: tragedia, comedia, musical, pasando por la zarzuela y las variedades.
Fue la primera cantante española que actuó en la BBC de Londres; curiosamente, también fue la actriz de este país que más veces interpretó obras de Federico García Lorca.
Nati Mistral estaba convencida de que la televisión había terminado con los “actores de verdad”, y que ninguno de los actuales sabía “decir y sentir” un texto.
Por ejemplo, opinaba que la actriz española Penélope Cruz, ganadora de un Óscar, era “una estrella, pero no buena actriz”, mientras su marido, Javier Bardem, que “sí era buen interprete, porque lo había mamado”, siempre hacía papeles “de la cara de desabrido que tiene”.
La mujer que contaba chistes delante del dictador Francisco Franco y que tenía al padre del rey Juan Carlos, Juan de Borbón, entre sus admiradores, también fue Premio Nacional de Teatro, en 1997, y Medalla de Oro de las Bellas Artes en 2007.
Nacida en una humilde familia madrileña el 13 de diciembre de 1928, dedicó más de 50 años de su vida a la escena.
Siendo una niña se incorporó al Teatro Español; con quince años, ganó un premio en la emisora Radio Madrid, cantando un fado portugués, y fue contratada por la compañía de los artistas Lola Flores y Manolo Caracol.
En 1947 Arthur Kaps y Franz Johan le propusieron una gira por Europa con su famosa compañía “Los Vieneses”; se quedó en Alemania cinco años, y allí logró olvidarse del plantón que le dio su novio, el actor español Tony LeBlanc, cuando ya preparaban la boda.
Con quien sí se casó años después, en 1959, fue con el industrial barcelonés Joaquín Vila Puig, “el amor de su vida”, que murió en 2014. No tuvieron hijos.
A partir de 1957, encadenó un éxito teatral tras otro con obras como “Te espero en el Eslava”, “Ven y ven al Eslava”, “La Bella de Texas” y “La Perrichola y, en 1966, la primera versión en Madrid de ”El hombre de La Mancha“.
No en vano, Nati Mistral está considerada como la pionera de los grandes musicales en España.
Siguieron ”La corte del Faraón“ y dramas como ”Fortunata y Jacinta“, ”Bodas de sangre“ y ”Anillos para una dama“. Una de las aportaciones de las que se sintió más orgullosa fue su interpretación en ”Divinas palabras“ de Valle-Inclán (1962).
Como cantante, grabó prácticamente todos los cuplés de los años veinte y treinta, títulos famosísimos, como ”Mimosa“, ”Rosa de Madrid“, ”Monísima“ o ”El polichinela“.
Entre sus últimos trabajos teatrales destacan ”La malquerida“, ”La Celestina“ y ”La Dorotea“ (2001), ”Inés desabrochada“ (2004) y ”La gracia que no quiso darme el cielo“ (2005), un collage dramatizado de diversos poemas de Cervantes.
Mistral también hizo cine, donde debutó en 1946 y después fue protagonista en películas como ”Currito de la Cruz“ (1949), ”Cabaret“ (1952), ”Mis Buenos Aires queridos“ (1962) o ”Canciones de nuestra vida“ (1975). La última, ”Frutilla“ (1980).
«Divinas palabras»
En 1957, Luis Escobar creó para ella el espectáculo «Te espero en Eslava», todo un fenómeno en aquella época, y al que siguió «Ven y ven al Eslava». Dos años más tarde, el 11 de abril de 1959, Nati Mistral se casó en la Abadía de Montserrat con el empresario catalán Joaquín Vila, e interrumpió durante un par de años su actividad artística. Rompió su silencio únicamente para participar en algún festival benéfico. En uno de ellos, el director granadino José Tamayo la escuchó recitar un poema lorquiano, «Los mozos de Monleón» –recitar fue una de sus grandes especialidades, y Lorca una pasión especial para la actriz–, y la contrató para interpretar a Mari-Gaila en el estreno de «Divinas palabras», de Valle-Inclán.
«Pasé al drama con mucho miedo –confesaba. Por lo fuerte del tipo que se me encomendaba; por toda la obra. Pero Tamayo me dirigió con extraordinario interés y mis compañeros –Milagros Leal, Manuel Dicenta– me ayudaron mucho también para la composición del personaje».
Aquel papel –que repetiría en 1986, veinticinco años después del primer montaje– supuso la definitiva consagración como actriz de Nati Mistral. En los años siguientes, destacó en comedias musicales como «La Perrichola», «La bella de Texas» y «El hombre de La Mancha», que interpretó también en Argentina y México. Estos dos países fueron para Nati Mistral su segunda casa; en Buenos Aires llegó a regentar, junto a Alberto Closas, el teatro Avenida.
No se bajó de los escenarios, viajando de la comedia al drama, del musical a la zarzuela, y combinándolo con sus conciertos en los que cantaba y recitaba poemas. «Medea», «Fortunata y Jacinta», «Anillos para una dama»; «Isabel reina de corazones», «La Chunga»; «Los padres terribles»; «Café cantante», «La malquerida»; «La Celestina», «La Dorotea», «Inés desabrochada», «La duda» o «Tras las huellas de Bette Davis» son algunos de los títulos que protagonizó en escena, tanto en España como en Iberoamérica. A ello sumó numerosos discos y programas televisivos como cantante. Nati Mistral también hizo larga carrera en Argentina y México. En Buenos Aires fue empresaria de su propio teatro –el Avenida- junto al actor Alberto Closas. Y allí logró un prestigio merecido por sus recitales poéticos.
Y en el recuerdo queda, también, su carácter lenguaraz y la abierta expresión de sus ideas políticas –«no soy de derechas, soy de derechísimas»–, que le causaron no pocos problemas.
A sus 88 años estaba de vuelta de todo y le importaba poco que la llamaran franquista y ultraderechista: "y resulta que con Franco yo era roja, me llamaban comunista y me amenazaban porque he sido la actriz que más veces he representado a Lorca. Ahora vienen los nuevos y no saben ni recitar, y encima te tachan de facha. Lo mejor que he tenido ha sido la memoria que, por supuesto, la sigo ejercitando". Y a los postres con su voz profunda y sonora recitaba una estrofa de Valle-Inclán o cantaba un trozo de cualquiera de los musicales en los que había intervenido. Fue pionera en ese género, igual que presumía de ser la primera española que había actuado en la BBC y de hablar alemán, porque vivió unos años allí.
Era habitual que en el espacio en el que colaboraba en la Cope, después de dar caña al mono, se pusiera a cantar. Además, aseguraba que: "en la radio de los obispos nunca me han vetado nada de lo que digo. En otras si eso que yo soy la memoria viva de España".
Era una mujer tremendamente coqueta y por eso no quiso que las amistades, conocidos e incluso hasta los íntimos la fueran a visitar al hospital cuando se supo que estaba ingresada. Cuando la llamaba por teléfono no contestaba, pero mandaba mensajes de voz felicitando las navidades, la Semana Santa o lo que fuera, y se despedía con un "nos veremos en mi entierro".
La artista, que sufrió un infarto cerebral hace unos meses, falleció este domingo a los 88 años.
Su despedida será en el Tanatorio de San Isidro
Sus restos mortales serán trasladados esta tarde al Tanatorio de San Isidro de Madrid, donde ya se ha habilitado una sala. Por allí se espera que pasen amigos y familiares de la fallecida, muchos de los cuales han expresado ya sus condolencias a través de las redes sociales.
En paz descanse
Nati Mistral - Cantares (1978)