Las boletas solo llevarán los nombres de los más obedientes y cuando llegue el momento de depositarlas en las urnas, los inocentes pioneritos de nada tendrán que preocuparse.
¿Elecciones en Cuba? Los nuevos guardianes electorales
Reinaldo Escobar | La Habana | 14yMedioLas elecciones cubanas tienen varios hitos publicitarios, entre ellos la presencia de niños vestidos con el uniforme escolar para custodiar los colegios. Los pioneritos confirman con un saludo cuando el elector deposita su voto, en contraposición a los soldados armados que en el pasado republicano impedían el robo de las urnas.
Durante cuatro décadas, la presencia de estos pioneros se volvió una imagen perseguida por los fotógrafos y un gesto simbólico, en su doble significado de característico o inútil. Está claro que nadie va a manipular las boletas puesto que todos los candidatos legitimados responden a los intereses del único partido permitido.
Este 4 de septiembre se da en todo el país el primer paso de un proceso que concluirá el 24 de febrero de 2018, cuando los ciudadanos se enteren de quiénes han sido los designados para cubrir las plazas del Consejo de Estado, en particular su presidente. Este lunes el proceso arranca como una "experiencia piloto" en una sola circunscripción de cada uno de los 168 municipios del país. Las votaciones se irán haciendo en las otras circunscripciones a lo largo del mes de septiembre.
Al Gobierno le preocupa que en estas asambleas de nominación de candidatos se filtre un candidato incómodo. No solo temen a un opositor que milite en una organización antigubernamental, sino que en una apartada circunscripción aparezca alguien que tenga la reputación de no aplaudir con suficiente entusiasmo.
Para impedir que algo así suceda, de poco sirve el alegórico recurso de los pioneros como guardianes de las urnas. Con sobrada anticipación un seguroso de rictus severo habrá visitado a quien pretenda postularse de forma independiente.
No será necesario mostrar los instrumentos al disconforme, basta con advertirle de las fatales consecuencias que podría acarrear su osadía. Alguien le recordará que tiene un abuelo ingresado en el hospital, un hijo que pretende ser universitario, una hermano que está solicitando una licencia de cuentapropista o un cerdo que cría en su patio sin permiso.
Si las amenazas no surten efecto y el desobediente llega a ser propuesto en la asamblea de nominación, el trabajo será terminado por los militantes del núcleo zonal a quienes se les habrá facilitado los rincones más oscuros de la biografía del intrépido candidato.
Sin recato ni pudor apuntarán alguna bajeza como que "si ha sido infiel a su pareja, cómo se puede esperar que sea leal con sus electores"; o mencionar que compra en el mercado negro o que nunca se apunta al trabajo voluntario. Finalmente se le pedirá a los advertidos participantes que a mano alzada decidan si el desacreditado aspirante será nominado como candidato.
Un novedoso recurso será utilizado en esta ocasión. Las brigadas juveniles del IX Congreso de los Comités de Defensa de la Revolución que han programado su agenda de actividades justamente durante el período de tiempo en que se realizan las asambleas de nominación de candidatos.
La iniciativa, que tiene como propósito proclamado realizar actividades de trabajo voluntario y recorrido por sitios históricos en homenaje al magno evento cederista, cuenta entre sus diligencias "apoyar las asambleas donde el pueblo propone a sus candidatos", y todo el mundo sabe lo que esto significa. Como Guardias Rojos estarán velando por la pureza de las propuestas desde el mismo génesis del proceso.
Las boletas solo llevarán los nombres de los más obedientes y cuando llegue el momento de depositarlas en las urnas, los inocentes pioneritos de nada tendrán que preocuparse.
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