El Desgobierno de Donald Trump revoca 'DACA'
El programa que impide la deportación de 800.000 ‘dreamers’
Por Michael D. Shear y Javier Galán — Washington
El presidente estadounidense Donald Trump ordenó este martes la eliminación del programa, producto de una orden ejecutiva de Barack Obama, que protegía a los jóvenes sin documentos de la deportación y pidió al Congreso de Estados Unidos que lo remplace con leyes antes de que expire por completo el 5 de marzo de 2018.
Los funcionarios indicaron que el gobierno dejará de aceptar nuevas solicitudes para la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés). Sin embargo, reconocieron que los 800.000 beneficiarios no se verán afectados de inmediato por lo que calificaron de un “desmantelamiento ordenado” de la política del expresidente Obama.
Trump dio la señal la mañana del martes con un tuit y después el fiscal general Jeff Sessions lo anunció oficialmente. Este le pasó la responsabilidad del asunto migratorio a los legisladores.
“El programa conocido como DACA que efectuó el gobierno de Obama ha sido revocado”, dijo Sessions en conferencia de prensa, y agregó: “Esta política se implementó de manera unilateral, en medio de una gran controversia y preocupación legal”.
Sessions calificó al programa de la era Obama como una “total evasión de las leyes migratorias” y un uso inconstitucional del poder ejecutivo. “A través de DACA, el ejecutivo buscó deliberadamente lograr lo que el legislativo específicamente rechazó autorizar en varias ocasiones”, dijo.
“La nación debe establecer y fortalecer el límite de cuántos inmigrantes podemos aceptar cada año y eso significa que no todos pueden ser aceptados”, añadió el fiscal.
Elaine Duke, la secretaria de Seguridad Nacional, dijo en un comunicado que Trump eligió “desmantelar el programa de modo que proteja a sus beneficiarios en el corto plazo mientras el congreso avala la legislación”.
El anuncio es un esfuerzo de Trump por honrar una de sus promesas de campaña de acabar con la política migratoria de Obama, al tiempo que evita la eliminación inmediata de la protección y los permisos de trabajo de los llamados dreamers, muchos de los cuales han vivido en Estados Unidos desde que eran niños.
El anuncio da inicio oficial a la revocación del estatus legal de aquellos que estaban protegidos por este programa, que se implementó hace cinco años.
Los funcionarios dijeron que algunos inmigrantes que actualmente está protegidos por DACA podrán renovar su estatus legal de dos años hasta el 5 de octubre, pero si el congreso no actúa, los inmigrantes sin documentos que fueron llevados a Estados Unidos cuando era niños podrían ser deportados a países en los que muchos nunca han vivido a partir de marzo.
Los oficiales migratorios dijeron que no pretenden que los dreamers sean su objetivo principal para la deportación, aunque, sin la protección de DACA, sus beneficiarios son considerados como sujetos de expulsión de Estados Unidos y ya no podrían trabajar de manera legal en ese país.
Los funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional dijeron que no le darán pasos específicos a los agentes para proteger a los jóvenes inmigrantes de ser deportados y que dependerá del congreso el extender dicha protección.
Sin embargo, una persona familiarizada con las decisiones señaló que hasta una hora antes del anuncio de Sessions varios funcionarios expresaron reservas sobre la revocación al destacar que quizá Trump no había entendido por completo las implicaciones y que podría cambiar de parecer cuando lo haga.
Quiénes son los ‘soñadores’ y adónde irán si Trump los deporta
Ocho de cada diez beneficiarios del programa DACA para evitar la deportación de jóvenes sin papeles son mexicanos
Hace cinco años Obama suscitó la esperanza de millones de niños y jóvenes que habían entrado en el país como ilegales y no tenían papeles. En agosto de 2012 la anterior Administración norteamericana aprobó el programa DACA, que impedía la deportación de los jóvenes si cumplían ciertas condiciones de edad y tiempo de estancia en EE UU, y además no tenían antecedentes penales.
Cerca de 780.000 jóvenes han conseguido la protección de esta iniciativa hasta marzo de este año (las últimas cifras disponibles) en un proceso que, en el 90% de los casos, acaba con la aprobación. Sin contar las solicitudes pendientes, cerca de un 8% son denegadas por no cumplir los requisitos.
La gran mayoría de los acogidos al programa DACA son mexicanos: 8 de cada 10 personas que lo consiguieron tienen esta nacionalidad, casi 690.000. Le sigue muy de lejos El Salvador, que con 28.000 nacionales no llega al 4%. El estado con más soñadores es California, unos 225.000, casi el 30% de todos los solicitantes aprobados. Otros 125.000 residen en Texas y unos 40.000 en estados como Nueva York o Illinois.
El mismo programa que nunca gustó a los Republicanos y ahora Trump pone en solfa ha beneficiado ya a toda una generación de dreamers, soñadores, el apelativo popular en EE UU para referirse a esos jóvenes indocumentados.
Un estudio de un laboratorio de ideas de Washington especializado en migración concluye que del programa resulta provechoso, en cuanto a mejora en educación, empleo y posición social, para la mayoría de sus beneficiarios, y en especial las mujeres, que logran un mayor progreso laboral que sus compañeros hombres.
Uno de cada cuatro soñadores trabaja y estudia para permitirse los estudios. Esa inversión en dinero y esfuerzo les merece la pena, porque, según el estudio, al licenciarse y con el tiempo terminan consiguiendo mejores trabajos.
En el instituto se matriculó uno de cada tres, otro tanto lo hizo pero aún no lo ha terminado, y también uno de cada tres lo terminó, aunque dejó ahí los estudios. Del resto, un 20% se matriculó en la universidad, otro 11% logró finalizar en parte esos estudios y solo un 5% logró licenciarse al final. A esa etapa final de la formación llegan más las mujeres que los hombres: siendo el 45% del total de solicitantes, ellas consiguen el 54% de los títulos universitarios.
El informe comparó también a los soñadores con el conjunto de la población en la que anhelan algún día integrarse. Por lo general, se vio que obtienen menos logros académicos que los americanos en su mismo segmento de edad (de 15 a 32 años). Un quinto se matriculó en el instituto, otro quinto lo terminó pero no siguió estudiando.
Sí hay coincidencia con el porcentaje de matriculados en la universidad (el 20%), pero el índice de éxito es mayor (el 17% completaron algunos estudios y el 18% se licenció). Hay que tener en cuenta que el programa DACA comenzó en agosto de 2012 (muchos beneficiarios terminarán obteniendo una licenciatura cuando terminen sus actuales estudios) y que la comparativa con la población en general no tiene esa restricción temporal.
De la comparación sobre el tipo de trabajos que consiguen tampoco salen bien parados. Los beneficiarios del programa suelen obtener trabajos que exigen menor cualificación que los del conjunto de la población. Aun así, tener los requisitos para participar en el programa supone un salto social con respecto a la otra opción: la indocumentación y el riesgo continuo de ser deportado. Beneficiarse del programa DACA supone, estadísticamente, trabajar a cubierto, en entornos formales de negocios, con horarios fijos y mejores sueldos. No serlo implica casi siempre que hay que dedicarse a las tareas manuales en la construcción, la extracción petrolífera o la limpieza de edificios y su mantenimiento.
El salto entre unos y otros se marca aún más en el caso de las mujeres, que tienen más posibilidades de conseguir trabajos cualificados que sus pares hombres, sobre todo en el ámbito de la sanidad y de la educación.
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