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General: Ante el cadáver del Che Guevara, el 10 de octubre de 1976
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: CUBA ETERNA  (Mensaje original) Enviado: 05/10/2017 16:59
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Ante el cadáver del ‘Che’ Guevara expuesto en un fregadero de lavandería en el pueblo de Valle Grande, Bolivia. Imagen tomada el 10 de octubre de 1967 (Marc Hutten)
 
'REPORTAJE DE LA AFP EN 1967'
El 10 de octubre de 1967, un día después de su muerte, el cuerpo del guerrillero argentino Ernesto “Che” Guevara se expuso en una morgue improvisada en Vallegrande, en el sur de Bolivia, donde intentó lanzar una nueva revolución.
 
Marc Hutten, fotógrafo de la AFP, fue uno de los pocos periodistas extranjeros testigos de esta escena. Sus fotografías en color del cadáver del mítico compañero de armas de Fidel Castro dieron la vuelta al mundo.
 
El ejército boliviano afirmó en aquel entonces que el “Che” murió a causa de sus heridas. Más tarde se sabría que fue ejecutado tras haber sido hecho prisionero.
 
Marc Hutten falleció en 2012. Solo un puñado de sus fotografías de ese reportaje figuran aún en los archivos de la AFP.
 
A continuación, la histórica escena ocurrida hace 50 años, tal y como la describió en una de sus notas, difundida el 11 de octubre de 1967:
 
Ante el cuerpo de “Ramón”
VALLEGRANDE (Bolivia), 11 octubre 1967 (AFP) - (Del enviado especial de la AFP: Marc Hutten)
 
Ayer por la tarde vi el cuerpo, acribillado de balas y sin vida, de un guerrillero apodado “Ramón”, el supuesto nombre de guerra de Ernesto “Che” Guevara.
 
Fuimos una treintena de periodistas, entre los cuales solo había tres corresponsales de prensa extranjeros, los que acudimos a Vallegrande, un pueblo somnoliento bajo la canícula del sureste boliviano, para constatar allí la muerte del más prestigioso de los guerrilleros.
 
Tras descender de las alturas brumosas del aeródromo militar de La Paz (4.100 metros), nuestro “Dakota” se posó en Vallegrande a la hora de la siesta. En el otro extremo del pueblo de calles desiertas, una verja ante la que estaban parados medio centenar de curiosos daba acceso a un terreno al final del cual se levantaba, en una ladera, una morgue improvisada en un antiguo establo. Unos gallardos oficiales y algunos soldados armados nos recibieron.
 
El cadáver de un hombre barbudo, de pelo largo y vestido únicamente con un pantalón verde oliva, yacía en una camilla puesta sobre un fregadero de cemento. Un olor a formol flotaba por encima del cuerpo acribillado a balazos y desangrado, a los pies del cual habían tirado otros dos cadáveres en el suelo. Los oficiales encargados de disipar cada una de nuestras eventuales objeciones sobre la identidad de “Ramón” se empeñaban en señalar el parecido, rasgo por rasgo, del cadáver con el guerrillero. No hay duda posible, nos decían: las huellas digitales del cadáver corresponden con las de Guevara.
 
“Ramón” fue herido mortalmente en la batalla del domingo pasado, a unos kilómetros de La Higuera, cerca de Vallegrande. Falleció a causa de sus heridas a primera hora del lunes. “No fue rematado”, precisó el coronel Arnaldo Saucedo, comandante del segundo batallón de ‘rangers' que opera en este sector.
 
“Soy el Che Guevara, he fracasado”, habría murmurado, dirigiéndose a los soldados que lo habían hecho prisionero. Eso es al menos lo que afirma el general Alfredo Ovando, comandante en jefe de las fuerzas armadas bolivianas. Al ser preguntado al respecto poco antes, en una rueda de prensa, el coronel Saucedo declaró sin embargo que “Ramón” no había recobrado el conocimiento en ningún momento.
 
Los periodistas que se arremolinan alrededor de la morgue, incluyendo fotógrafos y camarógrafos, daban muestras de una mezcla de estupefacción e incredulidad. El error en la identificación parecería ser, sin embargo, imposible.
 
Un colega boliviano me dice: “Vallegrande acaba de entrar en la historia revolucionaria de América del Sur”.
 
A los pies del cadáver de “Ramón”, otros dos guerrilleros yacen en el suelo. Se trataría de los cuerpos de “El Chino”, un peruano, y de “El Moro”, un médico cubano. Otros dos cadáveres, pertenecientes al parecer a bolivianos, todavía no fueron identificados definitivamente.
 
El coronel Saucedo, que ofrece una rueda de prensa tras la presentación de los cadáveres, afirma que solo quedan nueve guerrilleros en todo el sureste boliviano y que ya no quedan focos de insurrección. Atlético y con bigote negro, habla de pie bajo la imagen pía que decora una de las paredes de la sala del hotel en la que nos hemos reunido.
 
Un militar estadounidense asiste a esta conferencia. No lleva ninguna insignia pero su estatura, su tez rubicunda y su uniforme de campaña traicionan su nacionalidad. Lo abordo para interrogarlo en inglés. Se vuelve hacia un soldado boliviano para preguntarle, en español, qué queremos. Dirigiéndose a mí, añade: “no comprendo…” y se va de allí. Al ser preguntado, el coronel Saucedo me dice: “Sí, es un militar estadounidense, un instructor del centro de Santa Cruz. Vino aquí como observador. Ningún ‘boina verde' estadounidense participa en las operaciones militares en Bolivia”.
 
Una lista de 33 guerrilleros, incluyendo más de una decena de cubanos, abatidos desde que comenzaran las hostilidades el pasado 23 de marzo, se ha publicada en Vallegrande.
 
El general Ovando lleva a la guerrilla boliviana a proporciones tan reducidas como inesperadas, afirmando que sus efectivos nunca pasaron de los alrededor de 60 hombres.
 
“La aventura de la guerrilla ha terminado”, afirma. “Como toda aventura descabellada debe terminar. Su fracaso se debe a la ausencia de cualquier apoyo popular y a la aridez del terreno elegido”. Y agrega: “enterraremos a Guevara aquí mismo, en Vallegrande”.
 
El guerrillero “Ramón” habrá encontrado la muerte en el fondo de un valle estrecho, al término de una batalla encarnizada, de cuerpo a cuerpo o casi: las nueve balas que lo alcanzaron fueron disparadas a 50 metros de distancia.
 
Dejó un diario, cuya escritura, que llena una agenda alemana del 7 de noviembre del 1966 al 7 de octubre del 1967 -11 meses exactamente- no deja lugar a dudas, dicen, sobre la identidad del autor. Allí se encuentre una frase “irrefutable” para Régis Debray*: “Se le encargó una misión a cuenta de la guerrilla…”.
 
AFP
 
* El escritor francés Régis Debray, que se enroló junto al Che Guevara, fue encarcelado y juzgado en Bolivia en 1967, acusado de haber participado en enfrentamientos que dejaron 18 muertos en las filas del ejército boliviano.


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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 06/10/2017 13:09
Medio siglo después de la muerte de Ernesto 'Che' Guevara la narrativa oficial ha cambiado. Tras haber repetido durante décadas que el 'Che' fue asesinado en una escuelita de ese país sudamericano, los medios de propaganda del Partido Comunista han rebautizado el hecho como "la caída en combate del Guerrillero Heroico" significativamente la versión sobre lo sucedido en 1967 en Bolivia.
 
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                                                                                                                                                                                                                                                                            Poco antes de morir en La Higuera, Bolivia, en 1967
Crimen o combate
                                      Reinaldo Escobar | La Habana | 14yMedio
Medio siglo después de la muerte de Ernesto Che Guevara la narrativa oficial ha cambiado significativamente la versión sobre lo sucedido aquel 9 de octubre de 1967 en La Higuera, Bolivia.
  
Tras haber repetido durante décadas que el Che fue asesinado en una escuelita de ese país sudamericano, los medios de propaganda del Partido Comunista, en particular el diario Granma, han rebautizado el hecho como "la caída en combate del Guerrillero Heroico".
  
La variación no es poca cosa si se tiene en cuenta que morir durante un enfrentamiento armado, además de tener un cariz más heroico, implica que el fallecido no fue una víctima, sino parte actuante de un conflicto. De un plumazo, la propaganda gubernamental ha optado por descartar la versión del crimen y priorizar la épica militar, restando así culpa a quienes ordenaron apretar el gatillo.
 
De no haber muerto en aquella circunstancias bélicas, Guevara quizás celebraría su condición de nonagenario el próximo 14 de junio, aunque otros dicen que en realidad nació el 14 de mayo. Como todo ser humano convertido en mito, su biografía está plagada de contradicciones y zonas oscuras, polémicas y medias verdades. Las fechas de su llegada y salida de este mundo también están en discusión.
 
Tal vez, de no haber muerto en La Higuera, el argentino hubiera terminado sus días en el aburrido despacho de un ministerio o habría quedado apartado del poder en alguna de las purgas que se han sucedido en medio siglo. En cualquiera de estos casos no existirían hoy tantas leyendas sobre su vida, ni se hubiera realizado ningún filme idealizándolo o estigmatizándolo.
 
Sin aquellos disparos de fusil efectuados a la 1:10 de la tarde en aquella pequeña aula, la emblemática foto en la que se le ve con el pelo largo y la mirada perdida en lontananza no se hubiera convertido en un ícono del siglo XX. No llenaría las estanterías de las tiendas de souvenirs ni asomaría en las camisetas de tantos jóvenes.
 
Con ligeras variaciones, todos los relatos coinciden en que el 8 de octubre de 1967 Guevara fue capturado y que un día después, sin haber sido sometido a un proceso judicial, perdió la vida a manos de un soldado boliviano que cumplía órdenes de su Gobierno. Se encontraba desarmado y herido.
 
Otras versiones culpan directa o indirectamente a la CIA, en especial al cubano Félix Rodríguez, alias El Gato.
 
En la Cumbre de las Américas celebrada en Panamá en abril de 2015 los medios oficiales cubanos señalaron que Rodríguez se presentó allí para coincidir con algunos opositores de la Isla que asistieron a la cita. Entre otros insultos procedentes de los grupos de choque organizados por la Plaza de la Revolución, los activistas fueron acusados de haber viajado "para abrazarse con el asesino del Che". Ese mismo individuo parece ahora haber sido exonerado del homicidio por obra y gracia de esa misma prensa progubernamental.
 
En Cuba se sigue insistiendo en conmemorar la muerte de Guevara el 8 de octubre, porque así lo mencionó Fidel Castro en la primera información oficial sobre su fallecimiento. Esa es la razón por la que este domingo en varias salas de conciertos del país se presentará un programa común con obras sinfónicas, poemas y canciones.
 
En la ciudad de Santa Clara, donde se ubica el memorial con los restos de los otros cubanos caídos en la guerrilla en Bolivia, será el acto central para recordar la fecha. Ninguno de los presentes osará cuestionar el significativo cambio de versión que ha experimentado la efeméride.
 
              REINALDO ESCOBAR
Fuente: Diario hecho en Cuba 14yMedio
 

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: administrador2 Enviado: 07/10/2017 15:47
Jacobo Machover:
El escritor cubano califica de asesino a Ernesto Guevara 
Ernesto Guevara dio 'el primer paso hacia los campos de trabajo forzado' en Cuba  
  
el-verdadero- (728×546)
SI NO PENSAS COMO YO TE FUSILO.. HOMÓFOBO Y ASESINO
El trabajo os hara hombres, así curaba el Ché a los gays
A Ernesto Che Guevara se le "considera un héroe revolucionario, un romántico, un humanista, cuando en realidad en Cuba, ha sido uno de los principales responsables de las ejecuciones que se produjeron en 1959 e incluso antes, cuando estaba en la Sierra Maestra luchando con Fidel Castro", afirmó el escritor cubano Jacobo Machover en entrevista con la BBC.
 
Machover es autor de La cara oculta del Che (2008) que se presentó en la Librairie polonaise de París en el marco del 50 aniversario de la muerte del argentino.
 
También el escritor cubano atribuyó al Che ser el que dio "el primer paso hacia los campos de trabajo forzado" en Cuba conocidos como Unidad Militar de Ayuda a la Producción (UMAP) "donde fueron encerrados homosexuales, católicos, adeptos de las religiones afrocubanas".
 
"Otro aspecto en el que el Che puede ser extraordinariamente criticado es que fue él quien creó el primer campo de trabajo en Cuba, que fue situado en la península Guanahacabibes, donde metían a funcionarios o militantes del Partido Comunista que no habían cumplido con las normas, que no eran lo suficientemente revolucionarios", detalló.
 
"A mí me parece que es una vergüenza seguir mostrando afiches y camisetas con la cara de alguien que es un verdadero asesino, y sin ninguna razón, de gente que no había sido juzgada", condenó el escritor cubano en referencia a "las ejecuciones" realizadas por Guevara.
 
"Cuando él hizo ejecutar a la gente en la fortaleza de La Cabaña, en 1959, son cerca de 200 ejecuciones. En ese momento no había guerrilla, no había guerra. El Ejército de Batista había sido derrotado, no había la más mínima resistencia. Esas ejecuciones fueron a sangre fría", agregó Machover.
 
Asimismo, el escritor atribuyó la creación del "mito del Che" al difunto dictador Fidel Castro y a una serie de intelectuales europeos, norteamericanos y latinoamericanos.
  
Destacó, además, que ese mito se hubiese creado a pesar de las evidencias de que Guevara "le profería un culto a la muerte".
 
"El Che Guevara escribía en su diario de viajes por América Latina durante su primer viaje en 1951-1952: 'Degollaré a todos mis enemigos', lo que da una idea de la patología de ese hombre. Él escribe en su mensaje a la Tricontinental en 1967, poco antes de morir en Bolivia, que el revolucionario debe ser una máquina de matar. Todos sus discursos están llenos de ese tipo de culto a la muerte, la muerte de los demás, no de la suya", abundó.
 
Recordó también sus palabras ante Naciones Unidas en 1964: "'Hemos fusilado, fusilamos, y seguiremos fusilando mientras sea necesario' (dijo), es algo que es absolutamente inadmisible. No entiendo cómo los que han leído esas palabras o las han escuchado y han leído los diferentes libros sobre el tema siguen admirando al Che".
 
Por otra parte, interrogado por la BBC sobre si habría que reconocer en Guevara que era un hombre "dispuesto a morir por sus ideas como reconoció la CIA", Machover arguyó que "no es una cualidad morir por sus ideas. Incluso hoy en día los fanáticos islamistas están dispuestos a morir por sus ideas".
 
"Ahora, si él estaba dispuesto a morir por sus ideas, lo que yo le reprocho (en nombre de los descendientes de los que él hizo ejecutar) es que él estaba dispuesto a matar por sus ideas sin la más mínima compasión ni piedad", añadió.
 
Por otra parte, Machover habló de una mitificación de la figura del argentino "en el aspecto de teórico del socialismo. Él fue nombrado presidente del Banco Nacional de Cuba, fue una catástrofe absoluta. El peso cubano perdió todo su valor frente a las demás monedas extranjeras".
  
         ENTREVISTA COMPLETA CON LA BBC
Mar Pichel -- "Creo que hay una gigantesca mentira alrededor del Che": Jacobo Machover, el escritor cubano que califica de asesino a Ernesto Guevara a 50 años de su muerte.
Han pasado 50 años desde su muerte, el 9 de octubre a manos del Ejército boliviano, pero el Che sigue despertando pasiones.  Jóvenes de todo el mundo visten camisetas con su imagen, y su figura, elevada a categoría de mito, fue objeto de numerosos estudios y biografías. Pero Ernesto "Che" Guevara también tiene detractores que acusan al guerrillero argentino de ser una persona sanguinaria y un asesino sin piedad.
 
En su libro usted pretende desmitificar la figura del Che, ¿por qué considera que esto era importante?
 
Se trata de una figura que ha sido magnificada por todas partes del mundo. Se lo considera un héroe revolucionario, un romántico, un humanista, cuando en realidad en mi país, en Cuba, ha sido uno de los principales responsables de las ejecuciones que se produjeron en 1959 e incluso antes, cuando estaba en la Sierra Maestra luchando con Fidel Castro.
 
A mí me parece que es una vergüenza seguir mostrando afiches y camisetas con la cara de alguien que es un verdadero asesino, y sin ninguna razón, de gente que no había sido juzgada.
 
Cuando había juicios, duraban media hora o ni siquiera eso y la gente era condenada a muerte sistemáticamente bajo pretexto de haber sido esbirros de la dictadura de (Fulgencio) Batista, pero eso no era comprobado. No fueron juicios dignos.
 
¿Por qué el Che sigue siendo un mito 50 años después?
 
Creo que sigue siendo un mito porque no se sabe toda la verdad. No se sabe suficientemente en todo caso.
 
Digamos que quien creó el mito del Che Guevara fue por un lado Fidel Castro y, por otro lado, una serie de intelectuales europeos, norteamericanos, y latinoamericanos también, que lo elevaron a la categoría de un ser perfecto, el ser más completo de nuestra era, como dijo el filósofo francés Jean Paul Sartre.
 
Creo que hay una gigantesca mentira alrededor de ese hombre que le profería un culto a la muerte desde siempre, desde incluso antes de ser revolucionario y estar con las tropas de Fidel Castro y luego en Bolivia.
 
El Che Guevara escribía en su diario de viajes por América Latina durante su primer viaje en 1951-1952: "Degollaré a todos mis enemigos", lo que da una idea de la patología de ese hombre.
 
Él escribe en su mensaje a la Tricontinental en 1967, poco antes de morir en Bolivia, que el revolucionario debe ser una máquina de matar. Todos sus discursos están llenos de ese tipo de culto a la muerte, la muerte de los demás, no de la suya.
 
Él declaraba en las Naciones Unidas en 1964: "Hemos fusilado, fusilamos, y seguiremos fusilando mientras sea necesario", es algo que es absolutamente inadmisible.
 
No entiendo como los que han leído esas palabras o las han escuchado y han leído los diferentes libros sobre el tema siguen admirando al Che.
 
Pero incluso alguno de sus más fervientes críticos, como miembros de la CIA, le reconocen que era un hombre dispuesto a morir por sus ideas…
 
No es una cualidad morir por sus ideas. Incluso hoy en día los fanáticos islamistas están dispuestos a morir por sus ideas. Para mí no es una cualidad.
 
En mi libro, cito el testimonio de un exagente de la CIA, Félix Rodríguez, que fue uno de los que capturaron al Che Guevara. Él cuenta un diálogo entre los dos en el que el Che se vuelve un poco humano: le tiene miedo a la muerte.
 
Incluso cuando es capturado por el Ejército boliviano él grita: "No disparen. Soy el Che Guevara. Valgo más vivo que muerto".
 
Es en ese último momento que se vuelve un poco más humano.
 
Ahora, si él estaba dispuesto a morir por sus ideas, lo que yo le reprocho -en nombre de los descendientes de los que él hizo ejecutar- es que él estaba dispuesto a matar por sus ideas sin la más mínima compasión ni piedad.
 
Pero el Che combatía en una guerrilla, en una guerra contra el régimen de Batista. ¿No es esa una de las caras de la guerra, morir o matar?
 
Cuando él hizo ejecutar a la gente en la fortaleza de La Cabaña, en 1959, son cerca de 200 ejecuciones. En ese momento no había guerrilla, no había guerra. El ejército de Batista había sido derrotado, no había la más mínima resistencia. Esas ejecuciones fueron a sangre fría.
 
En la dictadura anterior hubo amnistías. Incluso hubo amnistía a Fidel Castro. Lo que no hubo, excepto en cierto momento 20 años después de la revolución, durante el régimen de Fidel y Raúl Castro. Todo eso fue a sangre fría.
 
No es una cuestión de guerra, no había enfrentamientos de unos con otros, fue una simple venganza y una voluntad de sangre por parte del régimen castrista llevada a cabo por el guerrillero argentino, que en ese momento ocupaba el cargo de comandante en jefe de la fortaleza La Cabaña.
 
¿En qué otros aspectos, según usted, se ha mitificado su figura?
 
En el aspecto de teórico del socialismo. Él fue nombrado presidente del Banco Nacional de Cuba, fue una catástrofe absoluta. El peso cubano perdió todo su valor frente a las demás monedas extranjeras.
 
Él defendía una noción que era la de los estímulos morales contra los estímulos materiales. Pensaba que dando banderitas, dando medallitas honoríficas a los trabajadores cubanos ellos iban a aumentar la producción y trabajar voluntariamente. Era algo absolutamente utópico, pero no utópico en el buen sentido de la palabra, sino que eso podía llevar a una ideología totalitaria.
 
Otro aspecto en el que el Che puede ser extraordinariamente criticado es que fue él quien creó el primer campo de trabajo en Cuba, que fue situado en la península Guanahacabibes, donde metían a funcionarios o militantes del Partido Comunista que no habían cumplido con las normas, que no eran lo suficientemente revolucionarios.
 
Ese fue el primer paso hacia los campos de trabajo forzado que hubo en Cuba en los años 60, tristemente conocidos como Unidad Militar de Ayuda a la Producción (UMAP), donde fueron encerrados homosexuales, católicos, adeptos de las religiones afrocubanas…
 
El Che Guevara tiene una gran responsabilidad en la creación de esos campos trabajos que fueron una vergüenza para el régimen castrista.
 
Usted mencionó que los algunos de los enviados a esos campos de trabajo eran homosexuales, y esa es una crítica que comúnmente se hace a la élite de la revolución cubana: la represión contra los homosexuales. Pero teniendo en cuenta que hace 50 años la homosexualidad estaba prohibida prácticamente todos los países, ¿es posible juzgar en ese aspecto al Che desde una visión actual?
 
Bueno, no todos los países, los años 60 fueron precisamente los años en que se empezó a desarrollar el movimiento gay.
 
La represión contra los homosexuales en Cuba fue una imitación de la que había en algunos países comunistas en Europa del este, como por ejemplo en Bulgaria. Parece que Raúl Castro trajo el concepto de la UMAP Bulgaria, en uno de los numerosos viajes que emprendió por el bloque comunista.
 
Hay algo inmanente a la personalidad de los Castro, una especie de orden moral contra los homosexuales, contra la gente a la que le gustaba la música pop y rock, contra los cabarets, contra esa forma de vivir que tenían el cubano antes de la revolución y que no se adaptaba a cierta moral que ellos querían implantar, del hombre nuevo comunista.
 
Volviendo a su libro, uno de los testimonios que menciona es el del exguerrillero "Benigno"…
 
Tuve la oportunidad de conocer a Daniel Alarcón Ramírez, "Benigno", que había sido compañero del Che Guevara en la guerrilla en la Sierra Maestra, en el Congo, y fue un sobreviviente de guerrilla de Bolivia. Entre 1995 y 1996 pidió asilo en Francia.
 
Un día empezamos a hablar y me contó como en La Cabaña el Che se sentaba en un muro, fumando su puro, viendo las ejecuciones. Le pedí que me diera su testimonio y tuvimos largas conversaciones.
 
Él llegó a la conclusión de que antes le tenía admiración al Che Guevara. Después de muchos años, se dio cuenta de que lo que le tenía era miedo, toda esa admiración se transformó en miedo.              BBC Mundo *
  
ACERCA DEL AUTOR:
Jacobo Manchover, periodista y escritor cubano exiliado en Francia, es catedrático de Lengua, Literatura y Civilización Hispánicas en la Universidad de Aviñón, en Francia, desempeño que conjuga con su labor como escritor de ensayos, novelas, y relatos. Autor de las novelas "La cara oculta del Che" (2008) y El exilio, lejos del paraíso, sus memorias noveladas de la historia de su familia: emigrantes judíos que huyeron del Holocausto y a los que, luego, les tocó escapar de la Revolución.
    


 
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