Blogueros de cine, youtubers y un productor ganador de un Oscar: todos han dimitido tras acusaciones de conducta sexual inapropiada, un año después conocerse la grabación del presidente.
Cómo el “Grab them by the pussy” de Trump ha aireado las denuncias por acoso en Hollywood
Por Yohana Desta - Vanity Fair Ha pasado un año desde que The Washington Post destapase una grabación condenatoria de Donald Trump hablando en un micrófono encendido durante una aparición en Access Hollywood en 2005. En comentarios improvisados con el presentador Billy Bush, al entonces candidato presidencial se le escuchó hacer comentarios sobre mujeres, diciendo que él podía hacer lo que quisiera con ellas porque es famoso: “Agarrarlas por el coño”, dijo. “Puedes hacer cualquier cosa”.
Tras la revelación, muchas mujeres acusaron a Trump de actuar inadecuadamente e, incluso, una periodista de People afirmó que él la había agredido sexualmente. Finalmente, nada de esto hizo descarrilar a la campaña de Trump; él ignoró la grabación de Access Hollywood tachándola de “charla de vestuario” y continuó hasta ganar las elecciones un mes más tarde.
Pero mientras que la catástrofe de Access Hollywoodapenas hizo mella en la carrera de Trump, sí actuó como catalizador para algo más: las acusaciones de que en la comunidad cinematográfica las conductas sexuales inapropiadas estaban muy extendidas.
Una línea recta puede dibujarse entre la grabación y hasta la actual oleada de figuras famosas del mundo del cine que han sido expulsadas de sus puestos, destrozadas tras inquietantes denuncias. En las últimas 24 horas, Harvey Weinstein ha sido despedido de su distinguido puesto como jefe de la Weinstein Company. También, Defy Media despidió al famoso youtuber, Andy Signore, creador de Screen Junkies y de la serie Honest Trailer, después de que varias mujeres le denunciasen por acoso sexual.
Cuando la grabación de Access Hollywood se hizo pública, periodistas de todas las esferas intervinieron en Twitter; entre ellas estaba el editor deBirth.Movies.Death, Devin Faraci, que tuiteó que se sentía aterrado tras el comentario “agarrarlas por el coño” de Trump. Entonces, una mujer le respondió en Twitter: “Una pregunta rápida: ¿recuerdas cuando me agarraste por el coño y presumiste de ello con nuestros amigos, pidiéndoles que teolieran los dedos?”
Otras mujeres dieron un paso al frente con sus propias acusaciones contra Faraci, quien, poco después, dimitió como editor jefe del influyente blog sobre cine “porque me tomo este tipo de demandas en serio”.
Casi un año más tarde, se ha sabido que Faraci ha continuado trabajando discretamente para Alamo Drafthouse tras su salida de Birth.Movies.Death(que también es propiedad de la cadena de teatros). En una reacción posterior, el cofundador de Drafthouse Tim Leage publicó una declaración afirmando que habló con Faraci directamente y “coinciden en que la mejor decisión para él sería dejar la empresa de manera permanente”. “Él ofreció su dimisión y yo la he aceptado”. La decisión provocó un efecto dominó.
En septiembre, IndieWire publicó una entrevista con una mujer llamada Jasmine Baker, que alegó que el fundador de Ain’t It Cool News y cofundador de Fantastic Fest, Harry Knowles, le metió mano en un evento de Alamo Drafthouse. Cuando ella les comunicó el hecho a los fundadores de Drafthouse, Tim y Karrie League, estos opinaron que era “horrible”, pero no hicieron nada para censurar a Knowles.
Tras la entrevista de IndieWire, Knowles anunció que se iba a tomar un descanso de Ain’t It Cool para centrarse en “terapia, desintoxicación y llegar a un lugar mejor”. Entonces, Tim League pidió disculpas públicamente, aseguró que había “cortado todos los lazos” con Knowles y anunció la creación de una nueva junta directiva.
Hace unos días, el mundo del cine independiente fue golpeado de nuevo cuando una mujer llamada April Dawn afirmaba en Twitter que Andy Signore, el creador de Screen Junkies, había “tratado de agredirla sexualmente” en numerosas ocasiones, y le dijo que despediría a su novio y empleado en Screen Junkies, Josh Tapia, si ella contaba lo que había pasado. Sus acusaciones fueron específicas y explícitas: “Él sacó juguetes sexuales e intentó forzarme con ellos, me hizo fotos sin mi permiso y me prometió un puesto en Screen Junkies a cambio de favores sexuales”. Otras mujeres acusan a Signore de insinuaciones sexuales indebidas.
Defy Media, que dirige Screen Junkies y Honest Trailers, publicó rápidamente una declaración en la que aseguran que tienen “tolerancia cero hacia el acoso o las represalias de cualquier tipo” y que están investigando las acusaciones hechas hacia Signore. Además, suspendieron de empleo a Signore. Los representantes de Signore todavía no han respondido a la petición de comentarios hecha por Vanity Fair.
Todas estas acusaciones surgieron en el medio de un cambio cultural más amplio que retrocede a un punto anterior a la grabación de Access Hollywood: los logros de las mujeres que dieron un paso hacia delante paraacusar a Bill Cosby de agresión sexual a finales de 2014, en algunos casos una década después de que la agresión alegada tuviese lugar, son, quizá, el ejemplo más importante de una cultura que está tomando a las mujeres más en serio en relación a sus historias de acoso sexual.
La forma en la que surgieron estas historias, con una mujer haciéndolo público e inspirando a muchas otras a hacer lo mismo, también explica elefecto dominó que se está dando actualmente en Hollywood y las historias que continúan surgiendo sobre uno de los productores históricos de Hollywood, Harvey Weinstein. El pasado jueves, The New York Timespublicó un reportaje extenso en que detallaba numerosas acusaciones contra Weinstein por conducta sexual inapropiada, y en el que, además, denunciaba que el líder de la Weinstein Company había pagado acuerdos a ocho mujeres en el transcurso de casi los últimos 30 años.
Desde entonces, Weinstein ha sido despedido de su empresa. Además, varios políticos y actores, incluyendo a Judi Dench, Mark Ruffalo, Jessica Chastain y Meryl Streep, se pronunciaron contra él, señalando que sus días como líder y pez gordo en la industria puede que terminen pronto. Es, quizá, el resultado más sorprendente de aquella grabación de Access Hollywood, que todavía resuena en la industria cinematográfica, aún cuando su protagonista se sienta actualmente en la Casa Blanca.
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