Donald Trump también menospreció los intentos del vicepresidente estadounidense Mike Pence de restringir el aborto, según informo el diario ‘The New Yorker’.
Trump bromeó con que su vicepresidente quiere “ahorcar” a los homosexuales
Joan Faus - El PaísEl vicepresidente estadounidense, Mike Pence, vuelve a estar envuelto en una polémica sobre la comunidad gay. En un encuentro con Pence, que en el pasado ha promovido políticas discriminatorias, y un experto legal, en que hablaban sobre derechos de los homosexuales, el presidente Donald Trump aseguró: “No le preguntes a ese tipo. !Los quiere ahorcar a todos!”, dijo señalando a su vicepresidente, según la revista The New Yorker, que cita dos fuentes anónimas.
La conversación, que no se sabe cuando tuvo lugar, también versó sobre el aborto. Ante el experto legal, Trump menospreció la voluntad de Pence de acabar con la sentencia del Tribunal Supremo de 1973 que protegió los principales preceptos de interrupción del embarazo. El experto sostuvo que, si el Supremo anulara dicha sentencia, muchos Estados decidirían actuar por su cuenta. “¿Has visto? Has perdido todo este tiempo y energía en esto y no va a acabar con el aborto en cualquier caso”, le dijo entonces Trump a Pence.
La revista también cita un miembro de la campaña de Trump que asegura que el presidente se burla de la religiosidad de Pence. Por ejemplo, cuando alguien pasa por el despacho de Trump tras estar en el de Pence, el mandatario les pregunta: ¿Mike te hizo rezar?”.
En el pasado, Trump apoyó el aborto pero en la última década viró hacia la derecha en ese asunto y ahora dice oponerse. Desde que llegó a la Casa Blanca, ha cortejado a los votantes conservadores religiosos y ha tomado medidas que satisfacen a ese colectivo, como acabar con fondos para medidas contraconceptivas o limitar el acceso de transexuales al Ejército. Pero es Pence quien abandera la política conservadora de la presidencia en asuntos sociales, sobre todo en el aborto.
Cuando era gobernador de Indiana, Pence promovió en 2015 la ley que permitía a los comercios negar sus servicios a los homosexuales, aunque luego dio marcha atrás. En 2006, el ahora vicepresidente apoyó una enmienda que hubiese definido el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, y sostuvo que legalizar el matrimonio gay llevaría a un “colapso social”.
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