Un estudio revela que el mayor tamaño del cerebro de los cetáceos es una respuesta a entornos sociales complejos. Se comportan casi como humanos, viven en grupos, mantienen relaciones complejas y hablan entre ellos en distintos dialectos.
El comportamiento social de ballenas y delfines es más ‘humano’ de lo que creíamos
Para algunos científicos los cetáceos son las segundas criaturas más inteligentes del mundo después de los seres humanos. De hecho, su privilegiada capacidad intelectual ha llevado a la comunidad científica a reclamar en alguna ocasión que sean tratados como “personas no humanas”.
Y no es para menos según revela un estudio publicado recientemente por la revista Nature Ecology & Evolution en el que un grupo de científicos constata que las ballenas, los delfines y las marsopas que viven en grandes grupos presentan comportamientos similares a la cultura humana, como vivir en grupos muy unidos, mantener relaciones complejas y hablar entre ellos.
Para llevar a cabo el estudio, realizado en colaboración por las universidades inglesas de Manchester y London School of Economics, la Universidad de Stanford en EEUU y la Universidad de British Columbia, en Canadá, los expertos utilizaron el conjunto de datos para probar la hipótesis del cerebro social y la hipótesis del cerebro cultural, teorías evolutivas desarrolladas originalmente para explicar los grandes cerebros en primates y mamíferos terrestres. Argumentan que los cerebros grandes son una respuesta evolutiva a entornos sociales complejos y ricos en información; sin embargo, esta es la primera vez que estas hipótesis se han aplicado a los mamíferos marinos "inteligentes" a una escala tan grande.
Gracias a ello los expertos han podido comprobar que el mayor tamaño del cerebro de estas especies es una respuesta a entornos sociales complejos en los que los individuos intercambian información continuamente.
Asimismo, los científicos han identificado en los cetáceos una serie de rasgos comparables a las sociedades humanas como lo son el trabajo en equipo a fin de conseguir un beneficio mutuo, la transferencia de conocimientos –en el caso de los cetáceos sobretodo enmarcada en las técnicas de caza- o la cooperación entre diferentes especies.
Rasgos compartidos
Los cetáceos, como los humanos, trabajan en equipo, cooperan y hablan entre ellos
Además, según han podido comprobar, son capaces de hacer vocalizaciones complejas -hablar entre ellos- y desarrollar dialectos grupales por regiones, es decir, emitir silbidos propios de cada individuo utilizando un sistema de reconocimiento por nombre.
“Nuestra capacidad como humanos de cultivar las relaciones sociales nos ha permitido colonizar el planeta y los cetáceos, también con cerebros anatómicamente sofisticados, han creado una cultura marina similar”, asegura la doctora Susanne Shultz, bióloga de la Escuela de Ciencias de la Tierra y el Medioambiente de Manchester.
Por su parte, Kieran Fox, neurólogo de la Universidad de Standford, destaca que el comportamiento de los cetáceos, además de ser similar al de los humanos, comparte numerosos rasgos con el de los primates. Sin embargo, tienen estructuras cerebrales diferentes de nosotros, lo que lleva a algunos investigadores a argumentar que las ballenas y los delfines no podrían lograr mayores habilidades cognitivas y sociales. Creo que nuestra investigación muestra que claramente no es así, sino que surge una nueva pregunta: ¿cómo pueden los patrones muy diversos de estructura cerebral en especies muy diferentes dar lugar a conductas cognitivas y sociales muy similares? ", se pregunta Kieran Fox, coautor del estudio.